AMOR, AMOR
—Tu corbata es un desastre.
—Bueno mamá, ya sabes que nunca aprendí a hacerlo bien —se ríe y la chica la ordena un poco.
—Para eso me tienes a mí.
—Lo sé, que suerte la mía —le da un corto beso.
—Si, realmente.
—Ey mamá —suelta una carcajada.
—Listo, ya estas perfecto, como siempre.
—Y tu cariñito, eres preciosa.
—Ustedes son adorables.
—Eso es culpa suya —le ofrece su mano a la chica y ella la toma— bien, a comer —suelta.
—Por eso somos tal para cual.
Caminan con un poco de lentitud dentro del lugar y le entregan su invitación a un muchacho que asiente y les indica su mesa.
Es un poco incómodo cuando algunas personas notan su presencia, y sus miradas de sorpresa son comprensibles en realidad porque cuando paso lo que pasó él decidió alejarse sin más y para muchos eso fue raro.
—Eric...
La ve pararse frente a los tres, medio sonriendo, y le es imposible ignorar como posa su mirada en su mano entrelazada con la de la morocha.
—Hola —intenta sonreírle— ella es Clara —la mira— Clara, ella es Denisse.
La primera extiende su mano y la otra chica acepta el gesto con lentitud.
—Bonjour.
—Es mi novia —agrega el español.
—Ah, que gustó.
—Je ne dis pas la même chose.
—¿Qué?
—Igualmente —le aclara él, aunque obviamente es mentira.
—Ah, Lucia —se acerca— que agradable verla de nuevo.
—¿Cómo te va, querida?
—Muy bien, por suerte.
—Me alegro.
Algunos pequeños golpes se escuchan en los parlantes y a continuación un hombre habla «Nos están informando que los novios están por llegar, por favor queremos que todos estén en sus mesas para que todo salga como esperan»
—Bueno, hay que ir a nuestra mesa.
—Ah sí, yo igual. Que gustó saludarlos.
—Igual...
Ella es quien se aleja primero y Eric no puede contener su risa.
—Ay Clara.
—¿Qué?
—Yo estoy de su lado —acota la pelirroja mientras toma asiento.
—¿Y si ella hubiese entendido?
—Mira, si ella se encargó de perder a alguien como tú, entonces no me entendería.
—No debería decirlo otra vez, pero, ella es mi nuera favorita.
—Buenas noches —un mozo se para frente a ellos— voy a servir su mesa está noche ¿Les gustaría una copa de vino?
—Claro.
—¿Tinto o blanco?
—Blanco, por favor.
—Perfecto.
Se aleja y los deja solos otra vez.
—Esto se ve lujoso.
—Bueno, sí, y organizado.
—Eso es muy Cristina, ella siempre tenía listas para todo, hasta para las cosas más simples.
—Me agrada eso.
—Si, lo sé, ustedes se llevarían bien.
—Puede ser, también me gusta su estilo de decoración.
—Es lindo, sí.
La música típica de boda empieza a sonar y algunas personas se ponen de pie para mirar a la entrada expectantes por ver los recién casados.
La primera en aparecer por la puerta es Cristina y cuando lo hace recibe un buen coro de gritos por parte de su grupo de amigas.
Su novio las sigue unos cuantos segundos después corriendo con mucha prisa por lo cual algunas personas se ríen por eso.
Choca el puño con un par de personas y vuelve al lado de su esposa para darle un buen beso.
—¡Démosles la bienvenida a los recien casados! Y ahora sí, a disfrutar de la fiesta...
* *
—Creo que no comía tanto hace siglos.
—¿En serio? Porque yo me comí tu postre.
—Y el de tu madre.
—Bueno, pero ese es nuestro secreto.
—Amo esa canción.
—Pues dígame cariñito ¿Quiere usted concederme está pieza?
—Sería un placer.
Toma su mano y caminan juntos hasta el centro de la pista donde el resto de los invitados también baila y grita sobre algunas cosas.
—¿Te dije que estabas linda hoy?
—Creo que lo olvidé.
—Pues estás preciosa.
Ella sonríe y alguien la choca tirando parte de su bebida en su ropa.
—Ush, perdón.
—Procura fijarte por don...
—Eric.
—Que tal John.
Bueno, otro de esos momentos incómodos.
—No sabía si vendrías.
—Pues aquí estoy, felicidades.
—Gracias y discúlpame por golpear a...
—Clara, es mi novia.
—Ah, lo siento Clara.
—Está bien.
—Espero que estén pasándola bien.
—Si, gracias.
—Y me alegra verte otra vez.
—Gracias.
—John ¿Dónde te habías metido? —otra persona lo empuja un poco para que camine y el aludido solo les da una última sonrisa antes de marcharse.
—Guau, eso ha sido...
—Raro —completa.
—Pero estás genial ¿No? Al menos tú no tienes bebida en la ropa.
—Cierto ¿Estás bien? ¿Necesitas que busque algo por ti? Creo que puedo conseguir algo para que te ocupes de eso ¿Okey? Ahora vuelvo.
—Bueno, pero no te pierdas.
—En cinco estoy aquí cariño.
Se acerca a algún mozo para pedirle un par de servilletas o algo con que secar la ropa de su acompañante a lo cual este lo lleva a otra habitación para hacerlo esperar unos segundos.
La fiesta está hecha en un hotel, por ende, es bastante común que salgan al vestíbulo de este para ir hacia otros lados (la cocina, el baño y más) así que cuando está fuera se encuentra a Denisse parada frente a un espejo arreglando su labial.
—Ey.
—Ey.
—¿Qué haces acá?
—Es que John derramó bebida sobre Clara así que vine por algo para ella.
—Ah, que mala suerte.
—No ha sido nada muy grave, por suerte.
—Asi que...ella es tu novia ¿No? —asiente— ¿Y hace mucho están juntos?
—Un tiempo, sí.
—Que bien, ella es linda.
—Si, realmente es hermosa.
—Además, permíteme decir que, tiene suerte.
—Mira Den...
—No, no hace falta que digas nada, sé que fui yo la que lo arruinó todo.
—No, espera, déjame hablar. Lo que hubo entre nosotros fue algo lindo ¿Sí? A pesar de todo lo fue y yo te respeto y siempre trato de acordarme de las cosas buenas de lo que vivimos.
—Agradezco eso, de verdad.
—Si me hubieses hablado así un mes después de lo que pasó, tal vez habrías obtenido la respuesta que sé que esperas, pero...yo creo que en realidad lo que pasó no fue tan malo.
—¿Cómo puedes pensar eso?
—Porque la conocí a ella, y sé que puede ser algo estúpido pensar así después de todo, pero, realmente creo que ella es el amor de mi vida.
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Editado: 05.02.2022