De los cuentos cortos que a veces son largos y de los cuentos largos que a veces son cortos, se pueden decir y hablar muchas cosas.
Podemos creer saberlo todo, pero eso es solo un cuento, porque nadie puede saberlo.
¿Existe el problema o no existe?
— ¿Que vamos a hacer? ¡Ya no puedo con esta situación!
— ¡Has oración y Dios nos ayudará!
— ¡Si cariño, pero el problema está a punto de rebasar nuestras propias fuerzas!
— ¡No te preocupes, Dios lo puede todo! ¡Ya veremos que hacer!
¿El problema se resuelve orando o se resuelve trabajando?
— ¡Hola querido, te ves cansado! ¡Siéntate en tu sillón para que te dé un masaje! ¡Has trabajado mucho!
— ¡Gracias linda! ¡Te tengo una noticia!
— ¿Ahora qué pasó? ¿Otra prórroga?
— ¡Todo lo contrario cariño! ¡Mi trabajo por fin fue revisado y aprobado! ¡Me darán el dinero para comenzar con el proyecto la próxima semana! ¡Se terminaron los problemas!
— ¡Vendito Dios que escuchó nuestras plegarias, valió la pena tanto trabajo!
Los problemas no existen, son tan solo una ruta que nos dirige, si trabajamos en resolverlos, a darnos cuenta y concluir que, orando, podemos enfocar mejor lo que tenemos, mucho o poco, con todo nuestro esfuerzo, para resolver los problemas, creyendo con seguridad que Dios, con su bondadosa mano, nos empujará por la espalda, en la cuesta más empinada de esta ruta, aunque él, nunca andará el camino por nosotros.
¿Tenemos que ayudar forzosamente a la familia o no?
— ¡Siempre es lo mismo contigo! ¡Tengo un problema y no puedes ayudarme!
— ¡Pero es que yo también tengo problemas y gastos fuertes, como quieres que...!
— ¡Si, si! ¡Gracias de todos modos por venir!
— ¿Los problemas de tu familia se arreglan con la palabra de Dios o con dinero?
— ¡Tu hermano está en el hospital! ¿Vas a ir a verlo mi amor?
— ¡Ya estoy aquí, pero no quiere ver a nadie! ¡Dios sabe que con uno de mis riñones se mejorará, pero tiene miedo por mí!
— ¿Que vas a hacer mi vida, tus hijos y yo también te necesitamos?
— ¡Lo sé, pero no lo voy a dejar morir! ¡Voy a colgar el teléfono, reza por nosotros!
El dinero es una herramienta creada por los hombres y el amor es un don obsequiado por Dios, y por medio de su palabra, nos deja ver que, ninguna cantidad de dinero es razón para dejar a un lado la oportunidad de ser un Cristo para tu familia, cuando es necesario. No es obligación ayudar a nadie, ayudar es una regla que Dios nos puso para valorar nuestro interés por los demás, porque Dios está entre nosotros todo el tiempo y uno no sabe si estás ayudando al mismo Dios en persona, al ayudar a otros.
No tiene caso poner más ejemplos de todo esto, la única forma de ser feliz es, hablar con Dios, porque cierto es que está entre nosotros y no lo vemos, pero hay una formula conocida que te deja hablar con él.
Un momento a solas contigo, sin televisión, radio o compañía alguna. Parece mentira, pero en el momento que deseas hablar con Dios estando solamente tú, en cualquier lugar, el señor se hará presente y te escuchará con atención y sin importar lo que tú necesitas, Dios te escuchará y te ayudará.
De los cuentos cortos que a veces son largos y de los cuentos largos que a veces son cortos, se pueden decir y hablar muchas cosas.
Pero no pidas, solo trata de sentir su maravillosa presencia, Dios sabe de sobra lo que te acongoja, porque siempre está a tu lado y sufre contigo.
Cualquier oración sirve para llamarlo, pero un “Padre nuestro” es la forma en la que Dios nos enseñó a pedir.
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Editado: 01.05.2021