Una muerte inesperada

Había policías y personas vestidas de blanco, todos los profesores estaban despiertos, lamentándose, algunos dejaban que sus lágrimas descendieran silenciosamente por sus rostros, muchos chicos y algunas niñas merodeaban intentando conseguir algo de información.

Minutos después, varios hombres lograron salir entre el manojo de personas que se apretujaban en la entrada de los laboratorios cargando una camilla con un cuerpo totalmente cubierto encima.

El cuerpo estaba descalzo, sus pies sobresalían de  la manta blanca que lo cubría, su mano inerte permanecía a un lado y la sangre fresca correteaba por los dedos.Daniel Castel reconoció inmediatamente  aquella pulsera verde ensangrentada que el cuerpo posa ya que el mismo tenia una igual. Se echo a correr desesperadamente salpicando los pequeños arroyos de agua que se habían formado por la lluvia, su ropa se había empapado y ensuciado pero aquello parecía no importarle, algunos policías lo detuvieron antes que alcanzara al cuerpo que estaba siendo subido a un carro negro, la lluvia se intensificaba y los rayos retomaban fuertemente, o, tal vez, era el sonido del corazón de Daniel destrozándose en mil pedazos.

Daniel tenia las manos congeladas y la cara caliente por las lagrimas que no logro contener, unas manos le agarraban fuertemente el estomago impidiendo que se moviera. Entre lagrimas que le nublaban la vista, Daniel vio como el cuerpo y el alma de su mejor amigo se alejaban d el completamente sin ninguna explicación.

A Daniel tuvieron que llevarlo dos policías a la fuerza hasta la cocina, el cocinero, de muy mala gana, le preparo un te para que se tranquilizara.

Los demás alumnos habían sido reñidos a volver a sus dormitorios.

Todo había pasado tan de repente que Daniel no podía articular una palabra, solo cerraba los ojos intentando dejar de llorar, jamás en su vida había soltado una lagrima, pero en aquel momento tan doloroso no lo pudo evitar, dos profesores lo acompañaban en silencio.

 Cuando pudo caminar nuevamente sin temblar, le enviaron directamente a su habitación, la que compartía con Harv, el solo obedeció pero sabia que no podría poner un solo pie en aquel cuartito pintado de azul que alguna ver Harvy había ocupado con vehemente determinación. Los mejores amigos de Harv lo esperaban despiertos de pie en los pasillos sin ninguna iluminación.

-¿han dicho algo?

Mark se negaba a si mismo a llorar. En  cambio Stand sollozaba incontrolablemente abrazándose a si mismo al pie de la puerta. Daniel negó con la cabeza y un par de lágrimas se le escaparon, agradeció que nadie pudiera verlo en tal estado.

Los constantes sollozos de Stand rompían el silencio pesado de la noche, Stand era un chico sensible y no tenia problema en demostrarlo. Hammer, Stand, Mark y Daniel permanecieron ahí, en silencio, afrontando la dura realidad que los azotaba. De esa forma pasaron una o dos horas, compartiendo en silencio sus más remotos pesares y miedos.

El funeral de Harv había sido, sin duda, el acontecimiento más importante del año. Asistieron importantes personajes de la sociedad, sus familiares, profesores, amigos y alumnos.Desde hacia tres semanas todas las clases se habían suspendido en honor a la memoria de Harvy. Aunque el caso había sido investigado cuidadosamente, las averiguaciones no habían arrogado nada, ni una teoría, ni una sospecha, absolutamente nada.

Poco a poco los alumnos y profesores recobraron la normalidad, salían de aquel trance que la muerte había provocado de forma inesperada. La única persona que no podía estar realmente bien era Daniel, aunque ya había asistido al psicólogo, a terapia grupal, aunque los pares de Harv le agradecieron por ser su amigo, aunque los exámenes de criminalistica no arrojaban un posible asesinato. El no comía bien, no podía dormir porque las pesadillas le perseguían incansablemente, no podía pensar en otra cosa que en encontrar la verdad, pasara lo que pasara el iba a resolver la incógnita mas grande de su vida

¿Quién mato a Harvy Deker?