Lo que tengo para ti

Perdido

Al día siguiente, Taís le dio muchas vueltas al asunto. Realmente le extrañaba que Carolina se hubiera ido a Alemania a… ¿casarse? Decidió entonces llamarla, debía aclararlo con ella misma. Si eso fuera verdad, entonces ella se sentiría muy lastimada, a ella también le sabría a traición, a mentira.

Marcó su número sintiendo que su corazón se le aceleraba, el miedo a descubrir que una vez más podrían haber sido embaucados por aquella mujer a la que tanto quería y admiraba le estrujaba su corazón, además estaba la culpa… la culpa que se generaba por dudar de ella.

—¿Hola? ¿Taís? —La voz suave y armónica de Carolina la saludó y Taís pudo sentir su alegría, estaba feliz de que la llamara.

—Caro… —Saludó ella apesadumbraba, ahora que la tenía en línea no sabía cómo preguntarle.

—¿Qué sucede?

La conocía, aquella mujer la conocía tan bien que era capaz de intuir la preocupación en su voz.

—No sé cómo decir esto… —dijo ella sincerándose—. Es que… tú… ¿a qué fuiste a Alemania, Caro? —Se animó a preguntar. Quizás si ella se lo decía.

—¿Qué? —Carolina sonó un poco confundida.

—Sí… ¿Cuál fue el motivo del viaje? —agregó Taís.

—Vine para el casamiento de Niko… Era muy importante para él que yo estuviera en su boda —contestó aún confundida. ¿Por qué Taís le hacía esa pregunta?

—¡A la boda de Nikolaus! —exclamó Taís que sonó entusiasmada—. ¡Con otra mujer! ¡No contigo! —agregó.

—¿Conmigo? ¡Qué cosas dices, Taís! —Carolina rio divertida—. Niko es como un hermano mayor para mí, no puedo decir padre porque no nos separan tantos años, pero es un mentor, un hermano… un amigo. Conoció a esta mujer, Berta, unos meses antes que yo viajara para allá. Empezaron a salir y luego ella quedó embarazada. Niko decidió hacer las cosas bien, como a él le gusta, y se casaron un poco antes de que naciera Adler, mi sobrino y ahijado. No sabes, es un bebé hermoso, Taís… tienes que conocerlo. Te mandaré una foto al WhatsApp para que lo veas, me tiene loca. Los ayudo a cuidarlo ya que ambos han vuelto a trabajar y, como sabes, yo tengo un horario más libre, además lo adoro.

Carolina empezó a hablar entusiasmada sobre Niko, Berta y Adler, y mientras tanto se preguntó por qué no lo había hablado antes con Taís. Es que cuando conversaban siempre era Taís la que le contaba sus cosas y ella la escuchaba o aconsejaba. La chica intentó atender aquella conversación, pero la alegría que experimentaba no le permitía concentrarse, ella solo quería cortar y correr hasta su tío para contarle que todo había sido una confusión.

Luego de varios minutos de charla, finalmente cortaron. En aquel momento, Rafael se hallaba en el trabajo así que Taís decidió llamarlo, no podía esperar para contarle aquello. Sin embargo, la llamada derivó al buzón de mensajes, de seguro su tío se hallaba en alguna reunión o con algún cliente.

Taís observó su reloj dándose cuenta de que se le estaba haciendo demasiado tarde para ir a la academia. Segundos más tarde, su celular recibía un mensaje. Era la foto prometida, en ella podía verse a Carolina —ahora de nuevo con el pelo rubio— con un bebé en brazos, ella le besaba en la frente y el bebé le estiraba un mechón de cabello, Taís no llegó a verla, porque se había metido a bañar.

Se dio una ducha rápida y luego tomó su bolso saliendo para el ensayo. A la noche, cuando regresara hablaría con Rafael.

Al salir de la academia se encontró a Rodrigo que la esperaba frente al edificio. Su sonrisa se amplió al verlo y corrió a abrazarlo. Él tenía un ramo de flores en su mano y se lo entregó luego del abrazo.

—Hoy cumplimos otro mes juntos —dijo besándola—. Pensé que quizá sería buena idea ir a cenar y al cine, ¿qué te parece? Te llamé muchísimo para concretarlo, pero no atendías.

—¡Suena divertido! —dijo Taís luego de pensarlo un poco. Quería cenar con Rafael y contarle lo de Carolina, pero no podía rechazar aquello tampoco. Decidió que se lo diría al llegar—. Déjame que avise a papi.

Taís buscó su teléfono para llamarlo, pero no lo encontró por ningún lado, pensó que lo dejó en el vestuario e ingresó de nuevo al edificio en su búsqueda que tampoco dio resultado, el celular no estaba.

—Te presto el mío —dijo Rodri, pero ella negó con la cabeza.

—Hagamos algo, pasemos por casa así dejo mis cosas, me cambio y buscamos mi celular. Quizá lo dejé allí.

Rodrigo asintió y manejó hasta la casa de Taís, ambos bajaron y, mientras él la esperaba, ella ingresó a su habitación. Allí encontró su celular en el mismo sitio donde lo había dejado antes de entrar al baño, suspiró, era uno costoso y había sido un regalo de Rafael que no quería perder. Entonces, salió de su habitación para mostrarle a Rodri el aparato en señal de que lo había encontrado y el chico sonrió. Buscó a su tío por toda la casa para saludarle e informarle que saldría, pero no había rastros de él.

En la habitación, por algún motivo, había ropa tirada por toda la cama, lo que a Taís le pareció sumamente raro ya que él era muy ordenado.

Intentó llamarlo al celular, pero daba apagado; resignada y triste, se encaminó de nuevo a su propio cuarto para tomar un baño y cambiarse mientras Rodri se había acomodado para ver si había alguna buena serie en la televisión, él era adicto a ellas.

Taís se metió a la ducha pensando en Rafael, ¿dónde estaría? Seguro por algún bar llenando su cuerpo de alcohol o enrollándose con alguna mujer de la que no sabía ni su nombre. Odiaba pensar en su tío como esa clase de hombres que ella aborrecía.

Taís había sido criada por un hombre bueno, por uno de esos que parecían no existir más que en los libros, y gracias a aquello ella creía en que esos hombres existían y solía discutírselo a sus amigas cuando decían que no quedaban en el mundo hombres que valieran la pena. Sin embargo, ahora Rafael estaba echando por el suelo todas sus teorías, todas sus esperanzas… incluso sus pretensiones para el futuro. Las situaciones negativas en su vida le habían demostrado a Taís que todo el mundo podía cambiar, tanto para bien como para mal, pero aquello daba miedo, ¿en quién se podría entonces confiar?



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En el texto hay: destino, separacion, amor

Editado: 03.03.2020

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