Jasper Cook
En definitiva, así no había planeado que terminara mi noche.
Realmente no estaba seguro de que hora era, pero desde que Violett se encerró en el baño había pasado al menos una hora y media. Los primeros treinta minutos no hice más que golpear la puerta con intención de que me abriera, pero cuando entendí que no quería que nadie la viera supe que era hora de rendirme.
Aun así, nunca me moví. Permanecí tras la puerta hasta que ella cedió.
Supe que ya era suficientemente tarde cuando en la sala, las chicas comenzaban a irse. Fue Marc el que se ofreció llevarlas a su casa junto Cameron. Alex, se quedó a ayudar a Lance a recoger todo, mientras yo me quedaba en la sala a esperar a que Violett diera señales de vida.
—Violett— llame por millonésima vez intentando llamar su atención.
Mentiría si dijera que no estaba cansado.
Pase la mano por mi cabello sintiendo ligera frustración por aquella situación. Tuve que dejarme caer al piso, recostando así mi espalda sobre la puerta del baño.
Tome mi celular y divise la hora
4:50 am
Genial
Por cómo iba la cosa, hoy dormiría aquí, y si Violett no daba señales de vida terminaría durmiendo en el retrete.
De pronto como si mis suplicas internas fueran escuchadas en su cabeza, se escuchó la cadena bajar y un par de ruidos desde dentro.
Me puse de pie tan rápido como pude apenas sentí el pestiño girar sobre mí. De pronto la figura de Violett se mostró.
Sus ojos.
Tenía las mejillas rojas, el cabello un poco alborotado y su blusa blanca manchada levemente de un líquido amarillo ya seco. Sus labios que habían pasado toda la noche con un brillo rosa sobre él, ahora estaban secos y levemente rotos. Su maquillaje no estaba corrido, pero se veía que había estado llorando en todo ese tiempo.
Tuve que dedicarle una media sonrisa para no hacerla sentir peor.
—Me veo patética, ya lo es— menciono con la voz ronca, cerrando la puerta tras de ella—¿Podemos hacer como que nada esto paso? —pregunto sonando avergonzada— Lamento haberte hecho esperar aquí. Necesitaba pasar mi borrachera, sola
—Por dios, muñequita. Si salías y no me encontrabas esperandote, seguro te ponías a llorar.
—¿Mas? — respondió con ironía siguiéndome la broma— Necesito dormir.
Asentí con mi cabeza dándole la razón. Tome su mano y la arrastre hasta fuera de la sala.
Antes de poder abrir la puerta ella se detuvo y me obligo a mirarla.
—Lo siento— susurro de la nada. Se veía increíblemente apenada— No quería arruinar tu noche, ni hacerte pasar vergüenza, debí hacerte caso… incluso, seguro ni debí venir.
Esa fue la primera vez que vi a Violett totalmente vulnerable, lo suficiente como para hacerme sentir mal a mí.
Sus bonitos ojos marrones brillaron y por un segundo creí que volvería a llorar
—Haz hecho mi noche la más increíble, Violett— respondí con total sinceridad—. Me he divertido viéndote pasarla bien… Además, se ve que tu no sales mucho.
Rio para sí misma y finalmente golpeo mi hombro con su pequeño puño.
—Y tú no eres muy bueno consolando a la gente.
—Es que a las lindas las beso cuando están triste, no me gusta verlas llorar— admití aun intentando hacerla reír.
—¿Y es que acaso no soy linda?
—¿Quieres que te bese?
Pero antes de que ella pudiese responder, la puerta de la sala se abrió y un Lance se dejó ver sobre el marco de esta.
—Uhh— soltó divertido apenas noto la escena frente a nosotros.
—No digas nada, tu estabas peor— le advirtió la castaña señalándolo con su dedo índice.
Lance, en señal de paz subió sus manos fingiendo no saber de qué hablaba.
—No recuerdo que yo haya vomitado— dijo mientras ocultaba una risita— ¿Se quedaran? Hay un par de habitaciones sin usar
—Yo no puedo volver a casa, aún. Se supone que estoy junto a una amiga— respondió ella encogiéndose de hombros.
—Ni yo tengo ganas de conducir justo ahora— admití pasando parte mi cabello hacia atrás— Siempre dejo ropa aquí, puedo prestarte una camiseta.
La vi alzar una ceja, como si mi comentario le hubiese sorprendido.
—Bien, yo me iré a dormir— hablo Lance, haciendo una seña militar—. Me duele hasta el culo.
Finalmente, antes de irse, me lanzo las llaves de la casa y me pidió que cerrara por él. Salió por la puerta y se perdió por las escaleras de la mansión, en el camino nos encontramos con un Alex dormido en el sofá. Fue Violett la que decidió pasarle un cojín pues dijo que le daba pena verlo dormir tan incomodo.
En la casa, no quedaba nadie. Salvo nosotros cuatro y tal vez alguna chica que Lance decidió que dormiría con ella. Su mansión, no estaba limpia, pero al menos, no había tanto desastre por ahí.
—A la mierda— soltó apenas noto el tamaño de la cama frente a ella.
Tuve que ladear una sonrisa por su reacción.
Esta era la habitación donde solía dormir cada que me quedaba en este lugar. No era la más grande, pero a mí me gustaba y claramente la cama era lo mejor de aquí.
De pronto antes de poder decir algo, Violett rio como una niña y se tiró sobre el colchón estirando sus brazos sobre esta, pareciendo asi una estrella de mar.
—¿Qué se supone que haces? — decidí preguntar para molestarla pues ese se había convertido en mi pasatiempo favorito.
—Silencio ¿Sí? — pidió mientras cerraba los ojos y cruzaba las piernas para que no se viera nada que no debiera verse— Vivo con tres hermanas y compartí cuarto por un tiempo. Nunca he tenido una cama tan grande.
—Yo te dije que tener hermanos era triste— respondí sonando totalmente sincero.
Cerré la puerta tras de mí y me senté a su lado. Apenas noto que estábamos solos en una habitación se puso alerta. Se levanto de un golpe y se acomodo el cabello intentando alisarlo en el proceso.