Lo siento...

10. ESTO FUE LO QUE SIEMPRE QUISISTE

Quedaban solo unos días para regresar a casa. Tenía unas ganas locas de volver. Sabía que apenas llegaran junto a Esteban, tendrían el almuerzo familiar que cada mes juntaba a los Müller. Estaba entusiasmado. Sus hermanos estarían esperándolos. Se moría de ganas de ver a Santiago y preguntarle cómo iban las cosas con Olivia. Se suponía que a esa altura por fin la habría conocido y quería saber cómo les estaba yendo como nuevos hermanos que eran. ¿Se disputarían la primogenitura de la familia? Jajaja....No….no creía que fuese posible. Estaba seguro de que ambos se llevarían más que bien, después de todo tenían la misma edad ¿no?

Sin embargo, lo que más entusiasmado tenía a Lucas era la idea de volver a ver a Ani, “SU” Ani, su “preciosa”. La última vez que la vio estaba tan hermosa con su cabello castaño, su casta mirada color miel y su personalidad tan alegre y cautivadora que lo tenía pensando en ella cada día. Aún le costaba aceptar que veía en ella algo más que a una hermanita. Seguía en la lucha interna de persuadirse a sí mismo de que no había algo más allá del cariño fraternal que sentía por ella, aunque ya habrían oportunidades para salir del limbo emocional en el cual se encontraba.

 

***

_No sabes cuánto ansiaba esto, Ani. Contaba los días y las horas para volver y compartir contigo el delicioso chocolate caliente que Ester prepara cada vez que estoy en casa_ dijo Lucas mirando fijamente cómo giraba el dulce líquido a la par de la cuchara que él sostenía.

_Me alegro de que hayas vuelto sano y salvo otra vez_ le dijo con una hermosa sonrisa que tuvo el enorme poder de derretir a Lucas.

_¿Y? ¿Cómo han andado las cosas entre Olivia y Santiago?_ preguntó el rubio con una sonrisa traviesa y un tono chismoso que le sacó una carcajada a Ani mientras tomaba el último sorbo de su chocolate casi helado.

_Para ser sincera, ha sido bastante extraña la relación de ellos. Cuando tu padre los presentó, daba la impresión que se conocían de antes, de hecho el abrazo que se dieron fue algo…..inexplicable para mí. Pensé que se llevarían bien dada la familiaridad con que se trataron, pero a medida que pasaban los días, los vi en muchas ocasiones mirarse sin dirigirse la palabra, con miradas que parecían rayar en la melancolía y la tristeza, pero cuando estaban delante de tu padre, cambiaban drásticamente los dos, como si su lazo de hermandad aflorara en un instante. Era como que querían disimular no sé qué, delante de él. Extraño_ fue la conclusión de su análisis.

_Quizás sea porque se están recién conociendo y Santiago suele ser tímido por naturaleza. Pero ya. Basta de hablar de ese parcito. Quiero saber de ti. ¿Qué has hecho este tiempo en que no he estado en casa?_ preguntó con interés el pequeño Müller.

Ani estaba inquieta por todo lo que vivió con Tomás y su propio padre. No podía contarle a Lucas lo sucedido, porque si lo hacía, tendría que delatar a su padre y ella no quería ensuciar su reputación, si es que aún la tenía, mientras aún no esclareciera los asuntos y se encargara de que Tomás eliminara esa maldita imagen que estaba en su poder, antes de que volviera a usarla en su contra o peor aún, para conseguir más cosas de ella.

_Nada del otro mundo. He seguido trabajando de día aquí en la casa junto a Luzmila y por las tardes me voy a estudiar al instituto. No me ha ido mal, pero sé que podría irme mejor, es solo que…..mi mente ha estado un poco ida últimamente. En fin….creo que es hora de irme. Mañana es el almuerzo de tu familia y debo levantarme temprano para ayudar a mamá con la comida. Que descanses Lucas_ se despidió dejándolo aturdido por el poco tiempo del que pudo disfrutar junto a ella.

Se daba cuenta de que algo le pasaba, ya no era la misma de antes. Desde que él partió su carrera como marino Ani se había vuelto más retraída y trataba de pasar poco tiempo con él o de plano evitarlo, algo que le ocasionaba profunda tristeza. Si ella supiera que cada vez que ha estado lejos lo único que lo mantiene alegre es saber que volverá pronto para verla y estar con ella. Pero claro…..no podía decírselo. No quería que Ani pensara que estaba enamorado de ella cuando no era el caso, o al menos eso era lo que él se empeñaba en creer.

 

***

Al día siguiente, el almuerzo de la familia Müller se realizó sin inconvenientes, salvo unos absurdos comportamientos de Santiago que provocaron la burla de Lucas.

Ya era tarde y los invitados se habían retirado. Ani se disponía a ordenar el comedor mientras que Ester lavaba la vajilla y Luzmila se preocupaba por el orden en los jardines. Cuando estaba colocando en orden las sillas y subiendo los últimos vasos en la bandeja de peltre que traía en sus manos, Lucas aparece de repente de debajo de la mesa dándole un susto de muerte.

_¡¡BU!!_ se carcajeó.

_¡¡Maldición, Lucas!!!_ gritó Ani cuando la hizo caer de trasero sobre el duro piso de madera haciendo que los vasos cayeran estrepitosamente junto con ella y sufriera un pequeño corte en la palma de su mano.

_¡¡Perdóname, Ani, perdóname!!, no quise causarte daño, créeme por favor, te lo suplico_ le rogaba con angustia sin creer cómo pudo actuar de manera tan infantil.

_¡¡Tú no cambias!! ¿Hasta cuándo te comportarás como un niño? Ya eres todo un hombre y sigues haciendo travesuras como cuando tenías 5. Un día de estos tendrás que tomar decisiones importantes en tu vida y tendrás que dejarte de niñerías si no quieres que aquellas cosas que realmente te importan sufran por tu falta de madurez_ espetó furiosa. No lo dejó acercarse a ver cómo estaba su herida y desapareció tras la puerta de la cocina dejándolo visiblemente contrariado y con un sentimiento de culpabilidad ante lo ocurrido, pero además de congoja por las duras palabras que Ani le dijo y de las cuales sabía que eran totalmente ciertas.




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