Lo siento...

11. SENCILLAMENTE PRECIOSO……COMO TÚ

De solo recordarlo le hervía la sangre. ¡Maldito, Tomás! Tenía ganas de arrancarle los ojos, la nariz y las orejas y echarlos a cocer en un caldero como si fuera la bruja más cruel del universo.

_Eso no es parte del trato_ le dijo ese día horas antes de la cena.

_Cierto, pero acabo de agregarlo. Además no te estoy pidiendo nada malo. No tienes que renunciar ni a tu dignidad y ni a tu virtud por acompañarme. Piensa que serás como Cenicienta y yo….como tu hado padrino. Te compraré un lindo vestido y los accesorios necesarios para completar el look que necesito que muestres_ le dijo burlonamente el moreno con el alma tan negra como su cabello.

_No pienso acompañarte, y créeme que no me interesa en lo más mínimo verme o sentirme como Cenicienta ni como ninguna otra princesa Disney. Quiero que hagamos lo acordado lo antes posible y que me jures que te desharás de esa maldita foto, de lo contrario….

_De lo contrario, qué…._le interrumpió Tomás con fastidio. Ani no dijo nada. _No estás en posición de exigir absolutamente nada. De hecho, no pensaba eliminar de mi galería de imágenes esa foto, para darle uso en un futuro si la ocasión lo requiere. Peeeero….en mi infinita misericordia, estoy dispuesto a deshacerme de ella siempre y cuando accedas a acompañarme esta noche y te comportes como la alegre chica que eres demostrando lo feliz que te sientes por la amistad que ahora nos une. Y quiero ver esa felicidad especialmente en frente de Lucas, ¿me oíste?_.

_Estás enfermo. No le encuentro otra explicación. Entiendo que quieras vengarte de mi por haberte rechazado, pero ¿por qué quieres incluir a Lucas como parte de tu venganza? ¿Acaso no es tu amigo? Además, que yo me presente contigo ante él no tiene ningún sentido_.

_No tienes que encontrarle sentido, Ani querida. Tan solo hace lo que te ordeno y yo veo cómo manejo mis asuntos. Entonces paso por ti a las 3. Iremos a comprarte lo que necesites y luego al salón de belleza a que te peinen y maquillen para esta gran ocasión_ sonrió lleno de satisfacción sabiendo que su venganza de a poco iba tomando forma y color. Se había jurado cobrarse el rechazo de Ani y la estupidez de su amigo Lucas. Ambos terminarían por romper el lazo que los unía y él se sentaría a gozar de ese momento.

Y ahí estaba, entrando al bendito salón de baile del brazo del aquel hombre perverso y manipulador. Tenía que fingir alegría cuando en su corazón solo había dolor y rabia por verse envuelta en el sucio juego en el que Tomás la había obligado a jugar.

Ciertamente le hubiera encantado estar en el mismo lugar si el brazo que sostuviera fuera otro…el de Lucas, pero él jamás se lo pidió y eso era clara señal de que no la deseaba a su lado ni como acompañante, ni como mujer. Claro que, tomando en cuenta la distancia que ella misma había puesto entre ellos, debía reconocer que era más que obvio que ni siquiera le pediría estar con él esa noche.

Aun así, no podía evitar que su corazón latiera con fiereza al verlo en su imponente traje militar, con su rostro hermoso, suave como la seda y ese aroma tan varonil que siempre ha tenido impregnado en su ser. Era una tortura estar enojada con él. Quería hacer las paces, sobre todo porque al día siguiente nuevamente se iría de su lado y no quería que las cosas quedaran de esa forma entre ellos.

Las horas pasaron y el cansancio la agobiaba después de bailar tanto con Tomás. Esteban también bailó unas cuantas veces con ella, algo que agradeció enormemente ya que le daba tiempo para despejarse del tormento que le reportaba el estar al lado de ese hombre insufrible.

Una vez que acabó el baile, Tomás la llevó de vuelta a casa. Esperó que entrara y luego se fue con una sensación de victoria en el pecho. Esa noche había ganado una pequeña batalla. Ya pronto ganaría la guerra.

 

***

Ani iba camino a su casa atravesando para ello el hermoso jardín de los Müller. La noche era perfecta y las estrellas parecían brillar con más intensidad que nunca.

_Cualquiera diría que esta noche no la pasaste tan bien como esperabas_ le dijo desde la oscuridad sentado a la orilla de la piscina esperando por ella.

_Tú y tu manía de andar asustando a la gente_ espetó Ani sin dejar de caminar en dirección a su casa.

Lucas se puso de pie rápidamente, bastante más sobrio que cuando estaba en la cena del club, y fue a plantarse enfrente de ella cortándole el paso.

_¿Me podrías decir desde cuándo te hiciste amiga de Tomás?_ preguntó sarcásticamente Lucas.

_No sé, no lo recuerdo. Simplemente pasó_ le contestó escuetamente.

_No me gusta_ dijo más para sí mismo que para Ani.

_Pero quién te entiende Lucas Müller. Por años me rogaste para que me diera el tiempo de conocer a Tomás y llegara a ser su amiga y ahora que lo soy_ mintió obligada_ me dices que no te gusta la idea_ le recriminó Ani con el deseo intenso de contarle a Lucas que todo no era más que una farsa orquestada por un psicópata que la tenía amenazada con lo más valioso que ella tenía….su familia, pero no podía.

Tomando los brazos de Ani entre sus manos y juntando sutilmente su frente con la de ella le dijo…

_Lo sé. Sé que uno de mis sueños era que los tres fuéramos amigos, pero ver que ese sueño hoy se hacía realidad ante mis ojos no hizo otra cosa más que arrepentirme de haberlo deseado. Y es que me di cuenta al verte a su lado que ya no puedo negar lo que siento y he sentido toda mi vida por ti. Te amo, Ani. Te amo con locura y desesperación. No puedo soportar verte al lado de nadie más que no sea yo. No quiero que mires a otro, ni le sonrías a otro, ni que ames a nadie más que a mí. Mi vida entera te la entrego para que hagas con ella lo que quieras. Me rindo ante ti con alegría y esperanza. Con la esperanza de que sientas lo mismo que yo_ terminó de confesar lo que tenía guardado en su corazón desde siempre y no se había atrevido a reconocer.




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