Capítulo 6

El hecho de que Leen y yo viviéramos juntas y fuéramos las mejores amigas no significaba que no tuviera más amistades. Marissa camina conmigo a través del campus para llegar a las mesas de estudio al aire libre, acordamos pasar la hora libre que tenemos después de que el Sr. Miller de la clase de Sistemas estructurales suspendiera la clase por razones personales.

—¿Y ya has visto algún lugar donde trabajar? —me pregunta Marissa sacándome de mi ensimismamiento mientras nos sentamos en la mesa circular.

—No —suelto con un bufido —, hoy comenzare a recorrer lugares, necesito encontrar algo que me de dinero extra —apoyo mi brazo sobre la mesa y descanso mi barbilla en la palma de mi mano

—¿Cómo que estás buscando Nin? —inquiere Marissa sacando un paquete de galletas de su mochila.

—No se Issa, a estas alturas lo que sea —suelto una pequeña risa e Issa me mira con ojos divertidos

—No te desanimes Nin pronto encontraras algo —me acerca su paquete de galletas y tomo gustosa una —, yo también estaré muy atenta, si veo algo, te avisare -agrega animada

—Muchas gracias Issa —doy un mordisco a mi galleta y saboreo el relleno de chocolate.

—Préstame tus apuntes de matemáticas —deja sobre el empaque su galleta y comienza a buscar en su mochila hasta sacar una libreta de color verde —, necesito el problema 7, no me salió y tu si lo tienes —dice dándome una sonrisa enorme, como si fuera a negarme a prestarle mi cuaderno.

Sacudo las moronas de mi boca, manos y ropa y acerco mi mochila para buscar mi cuaderno, la hojeo hasta encontrar la página y se lo extiendo frente a ella.

—¡No puede ser Nina! —suelta de repente en un controlado grito

—¿Qué?

—Estúpido, estúpido 6, ya vi donde me equivoqué... —deja al aire su conversación mientras analiza el problema de mi cuaderno con el ceño fruncido —. Tonto 8 y tonto signo de menos —continúa concentrada en el problema y yo la miro a punto de reír —, ¡No puede ser!, no-puede-ser -hace una pausa —. Estuve a un procedimiento completo de que estuviera bien —reprime una risa —, solo copié bien el problema de la pizarra el resto está mal -completa animada

Suelto una carcajada y enseguida se pone a resolver el problema en base a mi cuaderno, la observo sacar su calculadora, su borrador y por último su sacapuntas.

A lo lejos veo que Ian camina con sus amigos rumbo a un edificio de salones, lo veo moverse como en cámara lenta y por instinto enderezo mi espalda para dejar de lucir encorvada, quizá el me vería desde lo lejos.

Claro, como él tiene vista de águila me vera desde la distancia —recito irónicamente en mi mente

—Te pareces a tu vecina la señora extraña Nina —se burla Marissa sin siquiera mirarme

—¿Soy tan obvia? —pienso, encorvándome nuevamente sobre mi lugar

—Sip —dice de la nada Marissa haciendo sonar la "p"

—¿Si qué? —su respuesta me saca de mi ensimismamiento y la miro mientras ella sigue con la cabeza baja escribiendo números en su libreta

—Eres obvia —responde a mi pregunta sin mirarme —, MUY obvia —hace énfasis en el "muy" abriendo sus ojos con exageración, me le quedo mirando sorprendida y ella sigue sin levantar la mirada del cuaderno

—Pero yo... — tartamudeo —, ¿lees las mentes o algo por estilo?, ¿tienes un quinto ojo recién descubierto como mi vecina?

—Lo dijiste en voz alta Nin -contraataca — y no, no es quinto ojo es TERCER OJO —añade burlona

—Lo que sea -respondo mientras contengo la risa.

—Te gusta mucho Ian ¿no es así? —la ojimiel me da una mirada divertida

—Mucho —lloriqueo

—¿Porque no te le acercas Nin? —suelta su lápiz y cruza sus brazos sobre la mesa

—¿Y parecerme a Amanda?, por supuesto que no —suelto indignada

—Bueno no, definitivamente no como Amanda —ríe—, solo que tu deberías dar primeros pasos también, mira... —se acomoda en su lugar y se inclina aún más sobre la mesa —Ian te busca muchísimo y es obvio que le atraes igual —hago una mueca dejando claro que no estoy tan segura si a Ian le gusto de la misma manera —Si, Nina si le atraes igual —usa su tono de reproche —, no porque él no te mire tan fijamente como tú lo haces, no quiere decir que no le atraigas —recita mientras contiene la risa.