Capítulo Uno

Capítulo I:

Pensemos en esa persona que llena tu vida de aquel típico sentimiento que todos conocemos, amor. El cual es demostrado de muchas maneras, detalles, momentos, gestos, miradas o caricias. O aquel nombrado ‘efecto mariposa’, que quizá muchas personas alguna vez hemos sentido, sin importar la edad que tengamos.

Ahora pensemos en lo que sentimos, lógicamente estar a su lado es lo que más quieres porque te enamoraste, porque quieres dar todo por esa persona. Porque le quieres mucho. Porque sientes que con esa persona encuentras tranquilidad, alegría, te sientes bien. Por que la amas.

Pero si el destino lo impide… ¿?

Impide cercanía... que lo imaginado, lo planeado, no sea logrado. Que, aunque luchaste, porque lo querías, no pudo ser, por una u otra razón.

Puedo llamarme víctima del destino, pero es muy pronto para llamarme así. No sin antes saber mi historia.

Hace cuatro años me enamoré de un chico, el cual solo es un año mayor que yo, en realidad ocho meses mayor que yo.

Enamorarse. Muchas veces no te das cuenta como sucede, y creo que no sé en qué momento empecé a sentir tantas cosas por él. Me enamoré en una situación un poco complicada. Cuento con un pasado que afecta hoy mi presente, un pasado que me lastima. Que duele un poco recordarlo.

Anteriormente vivía una fantasía, fantasía que llamé amor. Fantasía en la que dije amar. Culpable mi inmadurez que me hizo creer ello. Quizá recibía amor, pero muy tarde me di cuenta que no era lo que yo sentía. Era un amor inexpresivo, solo un amor virtual con millones de palabras que en presencia solo era un silencio molestoso que pocas veces rompíamos. Era algo que realmente me alejaba, me incomodaba y muchas veces esquivaba, era solo una fantasía que nunca formalizó una relación. Soy tan culpable de sentir ello y no poner punto final.

De una coincidencia conocí a un chico, anteriormente le vi en una gira, era distinto a demás personas conocidas. Me gustó el cómo era, su forma de ser, y nos hicimos llamar ‘amigos’. Amigos que más tarde se consideraron hermanos. Y de una manera sin darme cuenta una confesión de su parte, de yo atraerle causó confusión semanas después.

Ambos sabíamos que era algo imposible entre él y yo. Como mencioné estaba con otra persona, con la que llevaba "algo".

No éramos cercanos, pero poco a poco la confusión inundó mi cabeza.

Sentir cosas por él con el pasar del tiempo fue algo que no lo vi venir, tenía miedo de hacer una locura, pero una acción como inicio de un amor fue quien aclaró mis dudas, un beso. Me empezaba a enamorar de aquel chico que me impresionó cuando le conocí.

Un chico que no opinó sobre mis decisiones, pero era consiente al igual que yo de ese algo con otra persona. Persona que notaba mis actitudes, y lo distante que era, sin embargo, era tan inmadura que no tomé una decisión responsable, y aunque pensé que podría lastimar a alguien, igual creí que no decirle para no lastimarle era mejor que decir la verdad. Lo cual era una idea completamente equivocada.

Se lo confesé, pero más tarde quise intentar remediar ese daño y lo no sucedido al inicio lo hice luego, herí a ese chico con quien me ilusioné y creí que con él conocí el amor, pero verdaderamente no fue así. No solo lo herí a él, lo hice a mí también, no me perdonaba lastimar a una persona de buenos sentimientos de tal manera, así fuera un amor inexpresivo.

Tuvimos una larga plática, decidí alejarme y él se tomó su tiempo puesto que no en ese momento podría perdonarme.

Algo no cambió. Pues seguía enamorada y quería estar con el chico que antes conocí. Por mis decisiones igual afecte mi relación con él. Sin embargo, continuamos juntos, un camino que nos llevó meses después a formalizar en noviazgo. Confiando en el amor que ambos sembramos juntos. Ocurrió hace dos años, y es una fecha que atesora mi corazón. Día martes 23 de Abril 2019.

MIIA - Dynasty.   7:52 p.m