-¿Y bien?- preguntó Fátima mientras le daba una toalla a Anel
-Fatal, no hubo salida ni entrada de nadie, pero dentro se escuchaban a dos personas hablar… luego me agarró la lluvia… maldita sea- dijo y comenzó a tallar su cabello
-Solo lo enredaras- dijo mientras detenía las manos de Anel
-Me siento enojada-
-Tengo una mejor idea, entra a ducharte, con un poco de agua caliente te relajaras, te prestare una de mis pijamas y quédate esta noche a dormir aquí-
-Gracias, ¿Cepillarías mi cabello?-
-Y también lo secare, anda-
Anel entró al baño y se desnudó para luego pasar a la regadera, abrió la llave de agua caliente y esta cayó sobre su cabello resbalando y humedeciendo todo su cuerpo, el frio que tenia se fue inmediatamente y sintió un calor suave que le hizo sentir feliz, cerró los ojos y mientras el agua le seguía mojando, sintió como algo aún más cálido y también suave le tomó por la cintura, luego algo muy suave y tierno se recargó en su espalda, algo que Anel sintió como un vientre y un busto, abrió los ojos y lo giró para encontrarse con el rostro de Fátima, un rostro que visto de cerca era muy lindo, sus labios se abrieron un poco y Anel acercó los suyos a los de ella para unirlos hasta que solo el grosor de la piel los separaba, al inicio empezaron tímidas pero luego comenzaron a jugar con sus lenguas, Anel poco a poco subió sus manos recorriendo las piernas y luego los glúteos de Fátima, acarició las caderas de esta y luego tomó sus senos en ambas manos, ambas se separaron por un momento y en poco tiempo Fátima ya tenia los senos de Anel en sus manos…
-¡Anel!-
-¿Qué… que ocurre?- preguntó despertando de su fantasía
-Dios, te llame varias veces y no contestaste, pensé que algo te había pasado, ¿Estas bien?- preguntó desde el otro lado del cancel
-Lo estoy, solo que me quede pensando en otra cosa-
-Si es así, dejare el pijama aquí y la toalla colgada, no tardes mucho-
-Tranquila, ahora salgo-
Anel escuchó como Fátima salía del baño, cerró la llave del agua caliente y abrió la del agua fría, no quería cometer algún error durante la noche así que tendría que enfriar su cabeza lo más que pudiese.
-Listo, tu pijama me queda un poco apretada de la espalda-
-Me lo esperaba, tu tienes una gran figura, ahora espérame aquí, también me bañare- dijo y entró al baño con el pijama sobre sus brazos
Anel se notaba un poco bastante inquieta, se sentó en el sofá y comenzó a jugar con sus manos mientras que escuchaba la regadera abierta y a Fátima cantando en voz muy bajita para evitar ser escuchada.
-¿Te portaste bien Anel?- preguntó Fátima mientras terminaba de secar su cabello con la toalla
-Ehh… si, me porte muy bien, ¿Ya cepillarías mi cabello?-
-Claro, solo espérame un poco-
Fátima fue hasta su cuarto por la secadora y un cepillo, se sentó a un lado de Anel y esta le dio la espalda para que comenzara a cepillarle el cabello.
-Gracias, algún día aprenderé a hacerlo correctamente-
-Tranquila, siempre me puedes pedir ayuda para esto, sabes que lo disfruto-
-¿Por qué no fuiste estilista?-
-Porque quería ganar dinero y ayudar a las personas en el proceso, ¿Por qué fuiste enfermera?-
-Por que donde vivía no había otra preparatoria, y irme a otro pueblo era más caro, lo bueno es que conseguí mi sueño de ser rescatista y ser heroína de la nación-
-Eso es un gran logro, me alegro que sigamos siendo amigas a pesar de todo lo que ha pasado-
-Si, eso es un gran logro-
Fátima encendió la secadora y la apunto al cabello de Anel, este comenzó a flotar entre el aire caliente y Anel no pudo evitar reír cuando el aire caliente le rozaba la nuca, Fátima también río un poco y luego Anel se dio la vuelta, susurró algo que no se escucho por el motor de la secadora y luego tomó las muñecas de Fátima para recostarla en el sofá y besarla en los sabios salvajemente, a la fuerza ingresó su lengua en la boca de Fátima y comenzó a jugar con la de ella, Fátima intentó librarse de Anel pero esta era muy fuerte y un poco violenta, Anel tomó ambas muñecas de Fátima con una sola mano y con la otra subió su playera y luego la de Fátima, sin dejar de besarla unió sus senos con los de ella, pezones con pezones mientras le seguía besando e incluso le mordía los labios…
-¡Fátima!- exclamó Anel quitando la secadora de la mano de Fátima
-¿Qué?... ¿Qué paso?-
-Te quedaste en seco, ¿En qué pensabas?-
-En una paciente que tiene síndrome de túnel carpiano y necesita una cirugía… creo que… deberíamos de ir a dormir, me siento algo cansada-
-Se te nota, yo también estoy cansada, vamos-