Eduardo había dormido poco ese día, vio el ultimo cuadro que había pintado a un lado del de sus compañeras de guerra, ambos unos de sus más grandes trabajos, tomó su cartera que reposaba en una mesita cerca de la entrada y la abrió, apenas tenía dinero, tendría que conseguir un trabajo de verdad o vender alguno de sus cuadros, aun no lo sabía.
-Hoy será el último día que la vere-
Eduardo se acostumbro a hablar solo cuando en la guerra muchos de sus compañeros no querían compartir sus anécdotas o preocupaciones, y antes de ello, Eduardo se había acostumbrado a hablar sin parar por varias horas con Laura, y ahora el simplemente imaginarse sin ella le revolvía los intestinos aun mas que no poder poner las chapas a los cuerpos luego de una larga batalla a consecuencia de no reconocerlos, sin pensarlo dos veces, metió su cartera al bolso del pantalón, tomó sus llaves y salió de casa rumbo al hospital.
-¿Cómo estas hoy?- preguntó sentándose a un lado de Fátima
-Un poco nerviosa, es la primera eutanasia que hago, nunca pensé que eso se haría en México-
-Ciertamente, pero todo cambio desde que las mujeres de ciencia subieron al poder, cosas buenas, cosas malas, solo el tiempo lo dirá, además, también es la primera vez que decido por la vida de alguien más, y la primera vez que es alguien que rescato-
-¿Por qué ya no llevas tu medalla?-
-Me la dieron por ayudar a alguien a quien ahora asesinare, creo que no la merezco-
-Entonces…- dijo y se levanto del escritorio- quitare mi juramento hipocrático, acabo de romperlo- dijo y arrojó el juramento enmarcado al bote de basura
-¿Sabes que eso es una tontería cierto?-
-Solo seguía tu ejemplo, me pareció algo lindo-
Anel se levantó de la silla y caminó hasta el bote de basura, sacó el juramento enmarcado y lo colocó en su lugar, metió la mano al bolso de su pantalón y sacó la medalla.
-Es tu turno- dijo arrojando la medalla a las manos de Fátima- ponla, en mi seno izquierdo- dijo y se sentó en el escritorio frente a Fátima
-¿De verdad?-
-Colgué tu cuadro, ahora te toca-
Fátima respiro profundamente y acerco su mano firmemente al seno de Anel, y antes de tocarlo, Anel le tomó la mano y la colocó completamente en su seno.
-¿Sientes eso?-
-Si, creo que crecieron, deberías de revisarte, lo digo enserio-
-No, mi corazón late, como loco, creo que es hora de tomar una decisión sobre mi vida-
-¿A qué te refieres?-
-Fátima, ¿Quieres pasar el resto de tu vida junto al resto de la mía?- preguntó sacando una anillo del bolso de su pantalón
-Dios… pensé que era la única con sentimientos de amor-
-¿De verdad?, pensé que yo era la única-
-Somos las únicas con sentimientos de amor a la otra, claro que quiero pasar el resto de mi vida junto al resto de la tuya-
Anel tomó el rostro de Fátima por sus mejillas y le dio un suave beso en los labios, beso que solo pasaba en las fantasías de ambas ahora se estaba haciendo realidad.
-Doctor… valla, solo se tardaron cinco años- dijo la enfermera recargándose en el marco de la puerta
-¿Qué necesitas?- preguntó Fátima separándose de Anel
-Eduardo está aquí, me dijo que le dijera que esta listo para desconectar a Laura-
-Bueno, es hora de trabajar, vámonos-
Fátima estaba por levantarse y Anel le dio un beso en la mejilla.
-Ambas son muy tiernas, pero Eduardo espera-
-Hoy viniste mas temprano de lo habitual, ¿Qué ocurrió?- preguntó Fátima a Eduardo
-Nada en especial, solo que estuve pensando toda la noche, yo mismo la desconectare-
-Esa es una gran idea- dijo Fátima y Eduardo se levantó de la cama
Fátima dio las indicaciones a Eduardo y lo dejo para que este actuara cuando estuviera listo.
-Laura, te amé desde el primer día que te vi, sin embargo, nunca quise arruinar la amistad que teníamos, y una guerra me alejo de ti, y esa misma ahora te llevara… lo siento- dijo con lágrimas en los ojos y pulso el botón de apagado del respirador artificial
El monitor al poco tiempo comenzó a pitar haciendo que Eduardo soltara en llanto, Anel y Fátima le tomaron por los hombros y este solo las abrazó.
-Gracias… por no dejarla sola… y por haber aceptado mi presencia-
-Estoy segura que donde quiera que ella este, es feliz, mas si fuiste tu quien la desconecto- dijo Anel y regresó el abrazo a Eduardo
-Tu tienes la ultima palabra sobre el cuerpo, ¿Quieres que llamemos a la funeraria?-
-No- dijo soltando a ambas mujeres- solo quiero sus cenizas, quiero que la cremen, llevare sus cenizas a casa-
-Muy bien, ¿La acompañaras?-
-Quiero pintar algo mientras ella está ahí dentro-
-Está bien-
El cuerpo de Laura fue llevado a la sala de cremación e inmediatamente fue metido a una cremadora, Anel y Fátima dejaron solo a Eduardo y este puso su lienzo en el suelo recargado contra la pared, en su paleta mezclo todos los tonos que ocuparía, y mientras que el fuego consumiendo el cuerpo de su amada producía un sonido mas bien repugnante y grotesco le adornaba la melodía de sus trazos, una pintura de Laura a la antigua, su cuerpo reposaba en una sabana de seda, la adornaban flores de muchos colores y también tenia el rostro maquillado para ocultar su delgadez y falta de color, con una expresión tranquila como la que recordaba de hace un momento, terminó con el cuadro y al mismo tiempo le dieron la urna con las cenizas.
-Gracias- dijo y cubrió el cuadro para luego ponérselo al hombro y salir del hospital- te llevare a casa, como lo prometí- dijo a la urna y caminó hasta casa
-¿No crees que es una mala idea que se lleve las cenizas?-
-Su psicóloga me dijo que estará bien, deja de preocuparte por él, tal vez un día encuentre a alguien más para ser feliz-
-¿Crees que eso pase?-