Capitulo 5: Aquella chica
Jonathan Miller:
– Lo siento, lo siento mucho señor– Achine mis ojos mirando a aquel chico –. Yo no quería, ah lo siento – Hice mi cabeza a un lado y parpadee un par de veces, su rostro se me hacia familiar, su ojos familiares me hicieron recordar cosas que siempre quise olvidar, cosas que tenia tiempo sin recordar, cosas que preferí enterrar.
– Flahsback–
– Yo seré directa – estaba emocionado por lo que diría Sasha tenia algo importante que decirme, no habíamos hablado en los últimos días y eso me entristecía. Sasha y yo salíamos hace exactamente un año, un largo y maravilloso año, yo realmente estoy enamorado de esta chica.
De hecho justo hoy cumplimos exactamente un año de novios, le compre un ramo de rosas color carmesí, siempre fueron sus favoritas, con una pequeña nota aun lado.
Te agradezco por estar en mi vida, mejor dicho te agradezco por ser mi vida.
La miraba atento esperando que terminara de hablar, admiraba su hermoso cabello largo y liso, sus ojos verdes que volvían tan loco.
– Suspiro pesadamente– Yo quiero terminar – Mi sonrisa se desvaneció instantáneamente –. Yo ya no puedo seguir con esta mentira, ya no siento lo mismo – Mis ojos empezaron a cristalizarse, había un nudo en mi garganta, y las rosas, las rosas cayeron de mis manos que temblaban.
– ¿Hace cuanto? – Mi voz ronca y me corazón haciéndose pedazos hablaron.
– Hace mucho – Desvié mi mirada, ¿hace mucho? ¿Que hay de todo lo que vivimos juntos?¿que hay de todas las veces que dijiste “juntos por siempre”? ¿que hay de mi? Quería decir mucho pero no pude, el nudo en mi garganta y mi corazón comprimiéndose me impedían hablar –, Fue después de nuestro primer mes, no lo se ya no era igual, ya no es igual – Decía aquellas palabras con tanta tranquilidad y con una sonrisa cínica en su rostro, y pensar que ese es rostro del cual me enamore...
¿Porque no lo dijo antes? ¿Porque espero a que me enamorara cada vez mas de ella? ¿Porque me hace sufrir de esta manera?
– Suspire – ¿Solo estuviste jugando conmigo? ¿Durante todo este tiempo? – La miraba aquella sonrisa se hizo notar mas, ¿quien eres?
– Ríe – Piensa como quieras, ¿piensas que solo fue juego? Esta bien, me da igual, seré franca tengo a alguien mas– Sus palabras cada vez me herían mas, ahora todo estaba claro, las veces que no contestaba las llamadas, ni los mensajes, los “estoy ocupada” “ no me dan permiso” y las miles de excusas mas, eran solo eso excusas.
– ¿Hay algo que no sea un juego para ti? – La miraba sin expresión alguna, todo esto me llenaba de impotencia, yo soy un idiota, un imbécil, un imbécil que siempre fue ciego.
– Tu lo eres – Y sin darme cuenta las lagrimas cayeron por mi mejilla –, Pero no me importa, dejaste de importarme hace mucho y si fingía solo por presión, pero que podrías ofrecerme, tu familia esta en la bancarrota, ¿y tu? – Me apunto para luego reír –, No creo que llegues muy lejos, eres demasiado inmaduro como para hacer algo por lo que sentirte orgulloso– Sus palabras ya no dolían, sus palabra quemaban, ¿donde esta la chica la cual me enamore?–. Tu eres un niño, un infantil, y no quiero eso, yo necesito a un hombre maduro y con metas establecidas – Reía para si misma mientras hablaba
– Te demostrare, se lo demostrare a todos, sera grande ya lo veras, cumpliré todos mis objetivos – Seque mis lagrimas –. Te lo juro.
– Ríe sarcásticamente – Eres muy incrédulo – Se dio la vuelta y empezó a caminar pero se detuvo –, Y si es que llegas a lograrlo, que lo dudo demasiado, volveré contigo – Fue lo ultimo que escuche de ella ese dia.
¿Quien cree que soy? Que solo lo haré para que vuelva conmigo, la quiero demasiado, pero se que ella no me merece, merezco a alguien que en verdad sepa valorarme.
Lo peor es que estoy tan loco por ella, que me duele el hecho de que ya no estará a mi lado, pero se que estará al lado de alguien mas...
–Fin del flahsback–
– Señor Miller – Pasaba su mano frente a mi cara –, ¿Esta bien? – Grace parecía preocupada.
– Oye idiota – Me miraba tronaba sus dedos frente a mi –, ¿Que te pasa? Viste un fantasma – Mire a la lunática y volví a plantar mis pies sobre la tierra, yo solo asentí varias veces aun confundido–. Estas tan pálido, ¿le quieres dar competencia al papel de baño? – siempre me reía de la cosas que ella decía, pero este no era el caso, mi mente estaba perdida, pensaba en aquella chica que me hizo sufrir tanto.