Capitulo 8: Ser extraño es genial
Ava Roberts:
Cualquiera diría que las casualidades no existen; pienso lo mismo, siempre he dicho que las cosas pasan por algo, nada es por casualidad. Sin embargo eso es lo que era Jonathan Miller una casualidad, una pesada casualidad.
Siendo sincera a primera vista, pensé que era de esos chicos que se creen la gran cosa solo por tener bonito rostro y dinero en el bolsillo idiotas, me equivoque el chico puede se una piedra en el zapato para cualquiera, pero admito que es un buena compañía, molesto, pero buena compañía, una molesta compañía.
Desde aquel dia en el edificio, el no a dejado de molestarme, casi siempre va al restaurante, termino siendo mi vecino y para colmo ahora es mi jefe, tengo demasiada suerte, noten mi sarcasmo. El punto es que este acosador de primera no es como pensaba, termino agradándome cosa que me sorprende.
Mi nana me había llamado, había olvidado que tenia que pasarme por el orfanato el dia de hoy, cosa que me alegraba, me gusta visitar a aquellos niños que son como alguna vez yo fui, inocentes y risueños, aunque hubieran perdido a sus padres ellos seguían sonriendo, seguían iluminando el dia de cualquiera con sus sonrisas.
Debía pasar a comprar algunas cosas antes de ir. El neurótico de mi jefe dijo que me llevaría, pero lleva minutos hablando con una chica sospecho que es de la que me hablo hace rato, no parece mucho una ex, literalmente se le lanzo encima sospechoso, muy sospechoso. Iba a seguir mi camino, pero mi “querido” vecino dijo que iba llevarme, de nuevo. Este idiota piensa que tengo todo el dia, la paciencia nunca a sido uno de mis fuertes.
Sinceramente no prestaba mucha atención a lo que decían, me sentía muy tonta al estar esperando por otro tonto, no obstante llegue a escuchar algo.
– ¿Ella y tu? – La castaña parecía algo decepcionada – Lo siento yo no debí entrometerme – Termino para luego sonreír con tristeza.
– Negó muchas veces – No. esta bien – Al parecer alguien se siente apenado... –, Ella es mi... – Se lo pensó un poco. ¿El idiota piensa que somos algo? Alguien necesita ayuda –, Amiga – A pesar de que pienso que seria algo estúpido que algo pasara entre nosotros, aquel Amiga me disgusto un poco, ¿por que? No lo se, me pregunto lo mismo.
¿Por que debería molestarme?¿el y yo? Eso jamas sucedería, es decir, me agrada, es la primera persona que conozco con esa singular personalidad, la primera persona que dice las cosas positivas que hay en mi,que es demasiado insistente conmigo, es la primera persona que piensa que no soy alguien común. Pero ojo a esto, que el y yo llegáramos a algo; seria imposible, digo es agradable, pero amigos, solo amigos.
Desconcertada por mi actitud, me di la vuelta y decidí seguir mi rumbo. Paula me matara si no llego, los niños se entristecerían y eso me partiría el corazón.
Admito que caminaba con toda la mala gana del mundo y con una cara de pocos amigos ¿por? Simple el neurótico hizo que perdiera mi tiempo, haciendo que lo esperara, tiempo que fácilmente hubiera preferido gastar jugando con los pequeños.
Algunos minutos después el loco que tengo por jefe, apareció, fingí mi mejor cara sin expresiones mientras escuchaba su propuesta de hacer las pases.
¿Cuales pases si ni siquiera nos hemos molestado? Bueno o eso pienso según yo, apuesto por mis pantuflas de stich que piensa que estoy molesta, bueno si un poco, pero no lo liquidare, al menos no por ahora.
– ¿Quieres que me largue?– Asentí lentamente ¿que estas tramando? – Si lo pensare...– Bufe mientras lo miraba, al parecer si se lo esta pensando – Yo no te dejare – Me miro a los ojos, yo lo veía algo confundida. No te dejare, ya había escuchado aquellas palabras muchas veces, tristemente ya no me las creo. Este tonto esta lleno de sorpresas ¿No creo que tenga nada bueno en mente?
Y si, tenia la razón, ya que en un abrir y cerrar de ojos, estaba en su hombro chillando y golpeándolo para que se dignara a bajarme, me llevo al asiento del copiloto de su auto, lo miraba molesta, irritada, iba llegar tarde y todo por su culpa, y claro tampoco me gusta que me tomen a la fuerza.
Estoy segura que esto es un delito, no obstante me quedo callada, no quiero decir ninguna grosería al frente de este tonto.
– ¿Podrías llevarme a un lugar? – Pregunte con toda la mala gana del mundo, mi orgullo esta por los suelos, a pesar de esto necesito llegar al orfanato, no quiero defraudar a los pequeños. El por su parte asintió y fijo su vista en el camino –, y... ¿Podrías detenerte en alguna tienda?– Si antes me orgullo estaba por el suelo ahora esta bajo tierra literalmente, no me agrada mucho la idea de andar pidiendo favores y menos si es a el neurótico de mi vecino.