Un maldito pito suena molesto a mi lado. Abro los ojos y arrugo mi nariz al sentir el olor del hospital.
Miro a mí alrededor y mis amigas están dormidas en un mueble bastante incómodo. A mi lado Derek tiene apoyado su cabeza en la camilla mientras toma mi mano.
Carraspeó y ninguno se movió. Aprieto la mano de Derek y lo observo levantar su rostro dormido. Cuando me ve se levanta como un resorte y toma mi rostro entre sus manos.
—Jamás he sentido un susto tan horrible como este— Susurra sobre mis labios y un nudo se forma en mi estómago.
—¿Qué sucedió?— Pregunto por qué no tengo la menor idea de que pasó.
—Te encontraron desmayada en el segundo piso, cerca de los baños— Pienso por un momento tratando de acordarme de todo.
Un pequeño flash retumba mi mente. Yo alejándome de Derek para ir al baño, yo entrando al baño y me quejo por lo lleno y pienso ir al del segundo piso. Yo haciendo mis necesidades, yo... Abro los ojos asustada.
—¿Recordaste que pasó?— Niego con mi cabeza y una pulsada hace que cierre los ojos haciendo una mueca de dolor —¿Estás segura?— No quiero mirarlo, solo vuelvo a negar y lo escucho suspirar.
La máquina que está conectada a mi corazón empieza a sonar con fuerza. Helena y Lucía se levantan asustadas y yo solo me arranco las tiras para que deje de sonar.
—Auch— Me quejo y acarició mi pecho.
—¿Nena qué sucedió?—Pregunta Helena preocupada empujando a Derek hacia atrás.
—Por poco nos matas del susto—Susurra Lucía al borde del llanto metiéndose en el medio y empuja hacia atrás a Derek.
—Pueden dejar de empujar a mi esposo—Ruedo los ojos —No tienen respeto ni por la realeza— Mis amigas ruedan sus ojos y se hacen a un lado para que Derek pase.
—Gracias— Susurra Derek tomando mi mano — Ahora me vas a decir ¿Qué pasó?— Muerdo mis labios y desvío mi mirada hacia Helena. Ambas nos miramos en silencio, es como si nos comunicamos con la mirada.
—Porque no dejamos que ella descanse su alteza— Dice Helena mirándole —Es mejor que se vaya a descansar, Lucia y yo nos quedaremos con Vicky— Suspiro sintiéndome aliviada, pero la mirada que me da mi esposo sé que no va a ser así.
—No se preocupen señoritas, yo me hago cargo de mi esposa ahora— Las mira —Mandaré a mi chófer que las lleve a su domicilio— Antes que alguna pueda replicar algo, Derek llama a alguien de su personal y entra haciendo que las chicas tengan que despedirse.
Helena y Lucía me miran como pidiendo disculpas y hace un gesto con sus labios de que mañana vienen temprano. Me despido y empiezo a sentirme nerviosa con Derek a mi lado que me mira esperando una respuesta.
—No recuerdo que pasó Derek— Hago una pausa tratando de olvidar ese gesto que hizo Esteban — Posiblemente me desmayé—
—Si claro— Murmura entre dientes —¿Y esas marcas en tus brazos?— Bajo mi mirada hacia mis brazos y me sorprende ver unas marcas rojas que se tornan moradas.
—No lo sé— Muerdo mis labios tratando de contener mi llanto.
—Mira, no importa que no quieras contarme— Se acerca y toma mi rostro —Pero te prometo que jamás nadie volverá hacerte daño— Me abraza haciendo que rompa en llorar.
—No... Sé... Lo que hablas— Digo entre llanto y me aferro más hacia su cuerpo —Pero... Es bueno saberlo— Derek acaricia mi pelo y yo termino empapando su camisa con mis lágrimas. Malditas hormonas, maldito Esteban y maldita sea que me perdiera la promesa de mi esposo de esta noche.
Cinco días después de lo sucedido en la fiesta. Derek no se ha separado de mí. Fue muy tranquilo saber que mi bebé no le había pasado nada, lo peor es que Derek se dio cuenta de que el que me atacó fue Esteban gracias a las cámaras de seguridad y ahora ese hombre está siendo buscado.
La prensa empezó a especular sobre la pareja que estaba a mi lado el día de la fiesta, pero nadie sabía quién era y nadie daba respuesta alguna. Derek me informó que él se haría cargo de eso y cuando fuera el tiempo de hacerlo todo el planeta sabría que soy su mujer.
Ha insistido en viajar hacia su país y yo me he negado a hacerlo. He tratado lo que más pueda retener ese viaje, no quiero dejar mi trabajo y mis amigos. Claro que él está dispuesto a transferir mi oficina y hasta la empresa hacia dónde vamos a vivir haciéndose cargo de todos los gastos. Pero me niego rotundamente, ya que si tengo que escapar sabré dónde llegar.
Ahora me estoy quedando con él en el hotel, ya que iba a desocupar todo mi edificio por seguridad. Si, este hombre todo lo lleva al extremo. Alquilo el piso completo de la suite tanto superior como el inferior. Ósea disponemos de tres pisos del hotel y nosotros en el medio.
Estoy en el mueble acostada con los pies encima de las piernas de Derek, mientras él teclea su portátil y yo reviso los correos con mi iPad cuando escuchamos un escándalo afuera en el corredor.
Derek se alarma y se levanta de un salto y yo lo sigo. Él me pone detrás de su cuerpo en forma de protección y los de seguridad que está en el piso se acercan con un arma en sus manos y abre la puerta despacio.
Mi corazón bombea con fuerza y salgo corriendo al escuchar un grito y reconozco esa voz.
Derek me toma del brazo y se adelantó. Miro sobre su hombro y me sorprendí al ver la escena que está delante de nosotros.
Helena está riendo mientras graba con su móvil a Ronaldo, quien grita y gime al sentir como el hombre de seguridad lo tiene acorralado contra la pared y lo requisa. Lucía está en el suelo sosteniendo su estómago y ríe a carcajadas.
—¿Qué está pasando aquí?— Pregunta Derek con voz firme.
El hombre de seguridad suelta a mi amigo Ronaldo y este empieza abanicar sus manos para darse aire.
—Lo siento señor, pero la señorita acá presente nos informó que este hombre viene armado y está dispuesto hacerle daño a nuestra señora— Se inclina hacia Derek pidiendo disculpas.