Los Amores de Alba

Capitulo 13 "Deseo"

Suspiro con frustración al despertar…

Jamás había tenido un sueño sexual, me sentía con pena, pero sobre todo frustrada al recordar con quien era el protagonista en mi sueño. Si seguía así me iba a volver loca.

Me recojo mi cabello en una coleta alta y mantengo la vista en la maleta. Ya no quería ir con Damián al viaje con su familia, tenía que sacar alguna excusa, pero para mí mala suerte Alejandro me había dado permiso para ir a ese viaje.

Cierro mis ojos y las escenas del sueño me vuelven a atormentar o mejor dicho calentarme por completo.

Su voz era lejana, sus caricias me daban escalofríos, su sonrisa me volvía loca y sus ojos marrones me hacían perderme junto con él.

Me doy la espalda y continuación siento su respiración pesada en mi cuello, para segundos después sentir sus labios sobre ellos.

Me sentí mal con solo recordar cierta parte del sueño, no estaba bien lo que estaba empezando a sentir, esta atracción me terminaría matando, mas aparte yo no quiero hacerle daño a Damián, después de todo muy pronto cumpliremos un año de relación.

Ya iba rumbo ala central donde familia de mi novio me esperaba, quería sentirme tranquila, pero no podía, volvía a recordar ese maldito sueño, que lamentablemente quisiera que fuera real.

No paraba de ver sus labios rosados, quería probarlos, saborearlos de cualquier forma. Así que sin mas lo bese, mierda se sentía bien.

Mis manos detrás de su nuca aferrándome a él, no quería que se alejara, al separarnos vuelvo a ver esos ojos marrones. No eran avellanas, eran marrones, no era Damián, era Noah.

  • Tranquila cenicienta – me toma un mechón que se instala en medio de nosotros y su agarre en mi cintura es más fuerte.
  • Esto está mal – le susurro muy cerca de sus labios.

Al levantar la vista, el me sigue mirando fijamente, su respiración es agitada al igual que la mía. Siento como su mano derecha empieza bajar lentamente el tirante de mi blusa.

  • No – sonríe y me deposita un corto beso en mi hombro desnudo, el calor se volvió hacer presente en mi con solo un beso suyo. – Ahora eres mía.
  • ¿Para siempre? – cierro mis ojos al volver a sentir cortos besos de el en mi cuello.

Me sentía perdida, en un lugar que me gustaba estar. Lo que él hacía en mí, me debilitaba todo el cuerpo, me sentía con ganas de más, más de él.

  • Si, mía para siempre cenicienta. -

Al verlo frente de mí, quería desaparecer, no podía sostenerle la mirada por que me hacia perderme de nuevo, el algo que fue muy real para mí.

Sostenía con fuerza el brazo de Damián, sentía que en cualquier momento caería o simplemente de debilitaría por los nervios. Toda la familia de él estaba aquí a excepción de la esposa de Naoh.

No puedo creer que este fantaseando con un hombre casado, jamás en mi vida hubiera pensado que desearía que un hombre fuera soltero para poder tocarlo o domarlo sin miedo.

Noah estaba haciendo que conociera muchas cosas de mi y una de ellas es que empiece a sentir o tener fantasías sexuales.

Yo era virgen, siempre he querido llegar virgen hasta el matrimonio es algo que en mi familia nos han enseñado mucho. Y con Damián jamás me había sentido atraída de esa forma a como lo hago con su primo.

Me enoja

Me debilita

Y me aterra cometer esa locura de mi cabeza.

  • ¿Estas bien? – escucho a Damián muy cerca de mi oído.

¿Tan distraída me veía?

  • Si – lo miro – es solo que es raro no estar en el trabajo a estas horas.

La sonrisa que me da Damián mas el beso en mi frente, me hace sentir mas mal conmigo misma, el no merecía que tuvieras estas cosas en mi cabeza, ni que pensara o imaginara engañarlo con alguien de su familia.

El nunca me ha dado motivos para engañarlo, siempre ha sido lindo, atento, cariñoso, muy amoroso, es el novio perfecto. Yo jamás me perdonaría si le hiciera daño, no lo merece.

Todos empiezan a tomar sus cosas he ir hacia nuestro autobús de viaje, Damián me ayuda con el mío, mientras me manda por unas botanas para el camino.

Al entrar ala tienda me llega un mensaje de un número desconocido.

“Te vez linda hoy cenicienta”

Con ver la ultima palabra sabia quien era el dueño de ese mensaje, al instante que termino de leer, levanto la vista para encontrarlo y él está justo frente mío.

Me hace un saludo con su mano y me guiña un ojo para tomar después su equipaje he ir detrás de su familia.

No tenia respuesta para esto, apago mi celular y me dispongo de hacer la compra.

Esto apenas era el inicio.




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