El viaje fue largo, mi trasero dolía por estar ocho horas sentadas. Yo nunca había salido de viaje así que esta fue mi primera vez y la verdad no estoy muy agusto que digamos.
En cambio, Damián parecía estar muy agusto con su cabeza en mi hombro en el trascurso del viaje, no paraba de decir que la isla es maravillosa y que estará seguro que me encantará.
Tenía razón, me gusta la isla, es grande y la vista al mar es sorprendente desde donde estamos. Tengo entendido que nos vamos a quedar en la casa de una de sus tías.
Valla, en mi familia nadie tenía de estos lujos.
No tenia palabras, yo aun no podía creer que estaba en sitio como este, siempre había querido conocer el mar, mas no pensé que se podría ser real.
Es una de las cosas que le voy a agradecer a Damián por siempre.
Rio fuerte, ya que la mujer que tengo frente mío es bastante sincera, se ve que ella lucha día a día para darle lo mejor a sus hijos. Me recuerda a mi madre y es bueno.
Acabando de decir eso, nos da la ultima sonrisa y empieza a caminar junto a su hermana que no paraba de llamarla. Damián me hace posicionarme frente a el mientras que sus manos se ajustan detrás de mi cintura.
Su movimiento de sorprendió por que fue de repente, le sonrió al ver que él me sonríe a mí.
Era muy guapo
Su rostro estaba tan cerca del mío, sus ojos no paraban de ver mi rostro y su agarre fuerte pero no para lastimarme. Escucho como su familia empieza a empezar a gritar desde lejos “Es hora de irnos tortolitos” mas eso no fue suficiente para separarnos.
Estábamos en nuestro momento.
Su declaración me sorprende, pero me hace sentir la persona mas feliz del mundo. Sonrió y el me da un beso largo y lentamente.
Sentía la brisa del viento en mi rostro y como movía mi cabello. Al finalizar el beso me sentía feliz de tenerlo conmigo, de que las cosas con el fueran buenas, estables.
La relación que siempre había soñado, más sin embargo yo no le dije “Te amo” y era por que no lo sentía.
No me entendía, estaba agusto con él, teníamos ya un año de relación, confiaba en el ¿Por qué no le dije “Yo también te amo”?
¿Tenía miedo de decirlo? ¿No sé cómo hacerlo? ¿Qué estoy esperando? O ¿No lo sentía?
Como saber la respuesta.
(…)
Al llegar ala casa donde nos hospedaríamos fue corto y aun no para de sorprenderme de lo hermoso que es la isla en donde estamos, había muchas palmas a su alrededor, como arena y el sol pegaba fuerte, pero no quemaba, el viento era fresco. Se sentía rico.
La casa es grande perfecto para caber todos, en todo el camino Damián no soltó mi mano y yo no lo aparte obviamente, lo que si evitaba era la atenta mirada de Noah.
Esto era tan jodido, quería salir corriendo y esconderme de ambos.
Sabia que su comentario era muy enserio y le doy un golpe en su estomago leve al ver la cara de sus hermanos y primo llenos de picardía.
Fija su vista en mi Damián. Yo no quería dormir con él, hago una mueca y la familia de Damián sonríen.
No quería decirlo en voz alta bajo mi mirada y la levanto lentamente hacia Noah que me mira diferente, como si esperara que dijera un “No” se que quiere escucharlo, sé que lo desea.
Mas sin embargo…