TODO ERA PERFECTO, O ESO ERA LO QUE CREÍA AL PRINCIPIO

Cuando nos entregaron el mapa para poder ubicar los diferentes lugares y alimentos que se encontraban en el bosque, fui la primera en retroceder ya que, no era buena con las ubicaciones ni con mi orientación, conozco la escuela porque es como mi segunda casa, pero, si me envían al parque o al centro comercial, suelo perderme con facilidad. Al parecer Leia e Ihan tampoco se querían encargar de guiarnos. Así que Alex, Kei y Nina comenzaron a disputarse el puesto, aunque Nina comenzó con su teatro de víctima, tal parece que Alex y Kei no estaban para aguantarle y le dieron el mapa. Eish.

Leia comenzaba a hablarme más de lo usual, esta chica se podría decir que, es amiga de todos, me suele hablar ocasionalmente cuando estamos en clases, así que por educación, le respondo, pero en esta ocasión no negare que era entretenido hablar con ella, además, es agradable, así que gracias a esto no me sentía irritada con el hecho de que Nina nos estuviera guiando, es más, ni siquiera le estaba prestando atención, después de todo, a quien estaba siguiendo era a Leia, bueno, ella me esperaba ya que en varias ocasiones, me quedaba atrás admirando los alrededores.

Depuse de cincuenta minutos de recorrido por el bosque llegamos al lugar, más que todo, querían que cortáramos las frutas que se encontraban ahí, se veían deliciosas. Comenzamos a recolectarlas, cada quien llevaba un saco para poder llevarla, después de todo tenía que ser para todos los estudiantes y maestros que se encontraban en el campamento. No negare que el saco estaba un poco pesado, y no sabía si iba aguantar a cargar con ello en todo el camino, pero trabajo es trabajo.

Me apresuré a colocar la cantidad de frutas que me correspondía en el saco, y rápidamente fui a mis alrededores a observar las demás plantas que se encontraban ahí, comencé a fotografiarlas, había varias especies que desconocía, aunque algunas de ellas las había visto en libros y revistas que a veces leo para investigar, varias de las que había visto en esos libros estaban en este bosque, era más fabuloso verlo en vivo y en directo que observarlo en un libro. Estaba maravillada con todo a mi alrededor que perdí la noción del tiempo, dejo de importarme todo y solo me enfoque en lo que me gustaba.

Después de haber observado todo lo que pude, de repente me encontré con conejos y ardillas ¡era tan maravilloso! me sentía en el paraíso, no quería irme de aquí, quería quedarme más tiempo, pero ya era hora de regresar. ¿Eh? vi a mi alrededor y no sabía dónde estaba, bueno, si sabía que estaba en el bosque, pero no podía ubicarme, que se pueden esperar de alguien que se pierde en un mini centro comercial, no era momento de entrar en pánico, tenía que encontrar alguna solución para poder encontrarme con los demás. Decidí quedarme en el mismo lugar, ya que iba a ser peor si caminaba más, además, no sabía para dónde ir, podría adentrarme más al bosque, y así sería más difícil que alguien me encontrara.

Ya habían pasado dos horas de estar esperando en el mismo lugar, pero no aparecía nadie, comenzaba a hacer más frio, ¡que estúpida! debería haber traído un abrigo más grueso. Decidí sentarme debajo de un gran árbol, sé que esto no disminuirá el frio, pero de nada me servía seguir de pie, tal parece que, no seré encontrada fácilmente, exactamente ¿cuánto camine? En fin, ya no había nada que hacer, ya me encontraba ahí en esa situación, solo me quedaba seguir esperando. Para que la espera no se me hiciera tan aburrida comencé a observar de nuevo a los pequeños conejos que saltaban en el lugar.

Habían llegado las seis de la tarde y no había rastro de nadie, el frio se estaba haciendo más intenso, sentía mis manos congeladas o, mejor dicho, ya no las sentía. El cielo comenzaba a obscurecerse, aunque no es momento para quejarme, ya que esto es mi culpa, no es como si alguien tuviera la responsabilidad de venir a buscarme, después de pensarlo por diez minutos y reaccionar, pude ver que había dejado rastros por donde vine, a veces me pregunto por qué no puedo ser más inteligente, debería de haberme dado cuenta de ello desde hace mucho, en la oscuridad será más difícil poder observar, lo bueno es que llevaba una pequeña linterna conmigo, al parecer mi hermano no es tan inútil como creía, ya que él fue quien me aconsejo llevarla siempre.

Después de un buen rato tratando de seguir los rastros que había dejado, comenzaba a sentirme mal, estaba temblando demasiado, mis manos estaban ya tiesas que cuando bote la linterna no podía tomarla nuevamente, de repente escuche algo o a alguien que se acercaba a mí, si era algo peligroso no tenía ni la fuerza ni la resistencia para correr en ese momento, comencé a tener miedo e inevitablemente mis lágrimas comenzaron a salir, amo la naturaleza, pero no estaba preparada para morir en ella, aún tenía que observar más y conocer otros lugares, tenía planeado ir a las amazonas y también viajar a Asia por los arboles de cerezos, aún tenía mucho que explorar, de repente escuche a alguien decir:

- ¿hay alguien ahí? -

Como pude respondí

- ¡aquí, aquí! -

Trate de levantar la linterna y alumbrar para que pudieran dar con mi ubicación, poco después pude visualizar a alguien que se acercaba, limpie rápidamente mis lágrimas, alce la mirada y vi a Kei venir hacia mí, no podía creer que me sentía muy feliz de verlo, como pude me levante del suelo, estaba a punto de agradecerle cuando me dijo:

- ¿has encontrado a Nina? -

Con cara de idiota solo pude decir

- ¿eh? -

-por tu expresión parece que no tienes ni idea de lo que te digo, deberías de regresar con los demás, no queremos a dos personas perdidas-

Kei siguió caminando llamando el nombre de Nina dejándome atrás.

Después de reaccionar, me salían risas de incredulidad en ese momento, de lo atónita que estaba comencé a caminar sin pensar en nada mas, poco a poco iba escuchando el bullicio de las personas que se encontraban alrededor de los árboles frutales, la primera que se me acerco fue Leia diciendo: