Los Amores PlatÓnicos ¿se Hacen Realidad?

NO BASTA EL HECHO DE LIDIAR CON LOS COMPAÑEROS DE SEXTO, AHORA TENGO QUE LIDIAR CON LOS DE GRADOS MENORES

Después de haber terminado el primer semestre de sexto grado, por lógica, comenzamos con el segundo, todo iba de manera normal ya saben, la rutina de siempre, estudiar, realizar actividades del club. en ocasiones iba a la biblioteca a ver si había nuevos ingresos de libros algunos para entretenerme y otros para avanzar en mis estudios. La encargada de la biblioteca se comunicó conmigo para informarme del nuevo ingreso de libros, así que decidí ir después de clases. Tome mis cosas y salí del salón, cuando estaba a punto de entrar me encontré con Kei en la puerta, ambos solo nos vimos a los ojos por unos momentos y después desviamos la mirada, en realidad, se me hacía extraño que su perro faldero no estuviera con él, perdón, quise decir Nina, aunque creo que insulte a los perros, bueno, ya lo pensé, no puedo echarme para atrás.

Ambos entramos a la biblioteca y como si por alguna razón estuviéramos en una competencia nos apresuramos a ir a la recepción, la encargada nos miró diciendo

-vaya, así que vinieron juntos-

Ambos al unísono dijimos

-no venimos juntos-

La encargada nos vio y solamente sonrió, después de ello nos llevó al lugar donde tenía los nuevos libros, dijo que podíamos observar y si nos interesaba uno ya sabíamos cuál era el procedimiento para poder tomarlo.

No negare que se sentía algo incómodo estar a solas con Kei en esa parte de la biblioteca, aún seguía sin entender por qué, después de todo estaba acostumbrada a hacer que las personas no existieran para mí, pero con este sujeto era diferente puede que nuestros hermanos sean novios y puede que me lleve bien con su hermana, pero por alguna razón no puedo llevarme bien con Kei. En fin, después de tanto buscar encontré un libro que llamó mi atención, me deje llevar por el título “mil lugares en donde encontrarte”, me pareció interesante así que iba a tomarlo cuando otra mano estaba a punto de tomarlo también, no pude evitar chasquear la lengua ¿por qué tenía que ser el mismo libro? Kei desistió del libro y dejo que lo tomara, pero, por alguna razón eso me molestaba también, tome el libro y se lo entregue diciendo:

-puedes leerlo primero, cuando termines me avisas para venir a recogerlo-

Kei tenía una mirada de confusión, lo siento, ni siquiera yo entiendo por qué cambio de humor cuando estoy cerca de ti, no hay necesidad de buscar explicaciones en estos momentos. Kei tomó el libro, pero aún seguía en el lugar, tal parece que no se llevara solo uno, me alejé un poco de él y fui a husmear un poco más a otro lado, encontré un libro de poesía, que para ser sincera no me llama la atención del todo, pero para no irme con las manos vacías decidí tomarlo, no pierdo nada en darle alguna oportunidad a los poemas.

Kei y yo seguíamos buscando entre todos los libros que se encontraban en las cajas, escuché unos pasos acercándose hacia nosotros, mi primer pensamiento fue que Nina lo había encontrado, se iba acercando cada vez más a mí, pero al ver bien eran zapatos de niño los que pude visualizar, alcé la mirada

- ¿tú eres Enmi? -

No conocía a este niño, a pesar de estar en la misma escuela no recuerdo haberlo visto, no tenía idea de quien era, con cara de confusión solo asentí.

-un estudiante de quinto año me pidió que te entregara esto-

Estaba confundida que no pude evitar decir mi típico

- ¿eh? -

El niño tenía extendida las dos manos con un sobre decorado y una rosa en él, después de pensarlo por unos segundos no pude evitar decir

- ¿acaso esto es una broma? -

El niño negó con la cabeza, coloco el sobre y la rosa encima del libro de poesía que había tomado y salió corriendo del lugar, no tenía caso seguirlo, nunca lo iba a alcanzar. Así que los niños de grados menores también comenzaran a molestarme, ya me estoy imaginando las burlas si caigo en su juego.

Tomé la carta y la rosa y decidí dejarlo en una de las cajas, Kei se quedó viendo, y me dijo

- ¿serás capaz de dejar lo que te acaban de entregar ahí? ¿sabes que la biblioteca no necesita de esa basura? -

Por su tono de voz parecía molesto, aunque lo entiendo, después de todo no es como si los libros tuvieran la culpa de las estúpidas bromas de los niños, volví a tomar la carta y la rosa y le dije:
-tienes razón, no tiene caso dejar la basura en este lugar-

Me dirigí a la recepción para poder llevarme el libro, Kei venía detrás mío, ambos llenamos el formulario y lo entregamos a la recepcionista, ella nos dio la tarjeta de cuantos días teníamos para devolverlo, tomamos los libros y salimos juntos de la biblioteca, estaba a punto de tirar la carta al bote de basura que se encontraba en la entrada, pero me dio curiosidad saber su contendió, había un banco cerca así que, tome asiento y procedí a abrir el sobre, dentro de ella venia una hoja decorada con fresas y tenía olor a ellas, no negare que me quede confundida, para ser una broma lo han llevado muy lejos. Al desdoblar la hoja de papel pude ver algunas letras en ella, por cierto, la letra era muy hermosa, pero aun así no, me dejare engañar por esto.

“sé que eres un año mayor que yo, y con solo observarte durante este tiempo no he llegado a entenderte del todo, pero aun así me siento atraído hacia ti, quisiera tener la oportunidad de conocerte mejor”

Att: Jake, de quinto año.

Si, esto es una broma, tomé la carta y la metí en mi mochila, hice lo mismo con la rosa, y me fui a casa.

Después de una semana de que me entregaron la carta, no hubo más bromas como esas, además, no es como si le hubiera tomado importancia, aunque no negare que aun la conservo, después de todo estaba muy bien adornada y aún conserva el aroma a fresas, y me gusto la letra de quien la escribió. Estábamos en el periodo en donde estudiábamos por nuestra cuenta, escuché a unos de mis compañeros llamar mi nombre

-Enmi, alguien de quinto grado te busca-




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