Los años que te ame...

Capítulo 21 — La noticia

A la mañana siguiente Summer se despertó con la cama vacía una vez más, pero cuando se sentó miro la nota al lado de ella y sonrió.

« Gracias por preparar mi maleta, siempre me ayudas y yo te debo demasiado mi amor. Gracias por ser mi compañera, te veo mañana en la cima del éxito tocando para todos mi reina...

Con amor... Samuel M. »

Summer adoraba las notas que dejaba su esposo, aunque no era un romántico empedernido como ella, cuando le nacía, sus detalles eran genuinos y simples, pero de gran valor.

En eso sí teléfono sonó, miro la hora y supo que Daniel no tardaría en llegar. Apagó la alarma y se metió a bañar rápidamente, se vistió y bajo a la cocina para preparar unos deliciosos sándwiches que tanto amaba Daniel de ella.

En eso una llamada entro y ella sonrió.

— ¡Summer Park, nunca te acuerdas de mí! — carcajeo un poco y respondió.

— ¡Alejandra mi amor! Sabes que he amo hermana, no debes dudar de ello — era cierto que hace días no hablaban, pero, la verdad no quería hacerlo por qué su hermana luegoluego podía distinguir que algo le pasaba así que, no quería preocuparla.

— Oye, mamá y yo llegaremos en la tarde a Los ángeles y nos quedaremos en un hotel...

— Ya les dije que se pueden quedar en casa...

— Si, pero antes de que te quejes, es por qué llevo a mi novio y no queremos hacer mal tercio además mamá quiere quedarse en una suite sola que por qué es su sueño y demás, ya sabes cómo es ella a esta edad.

— Y eso que apenas tiene 60 — las dos hermanas rieron, alegres de hablar, aunque sea de vez en cuando y más por qué se verían después de meses alejadas — además estoy emocionada de que al fin alguien pudo con tu carácter de loca Ale, aunque por una parte me da gusto.

— ¡Oye tú te casaste a los 23! Así que no me digas nada, yo estoy esperando a mi hombre correcto y además solo tengo 26 años — comento alegremente.

— Si lo sé, pero bueno avísenme cuando vallan a llegar, quiero verlas y darles un cálido abrazo — respondió mientras partía el pan, y ponía los ingredientes de sus suculentos emparedados calientes.

— Bien, te veo en la noche o ¿Hasta mañana?

— Hare lo posible por verlas cuando lleguen pues tengo el ensayo general y aún hay mucho que preparar, pero si no vallan al teatro y ahí me buscan.

— Okay, me diré a mamá. Nos vemos hermanita te quiero mucho.

— Besos...

Summer colgó el teléfono y justo en ese momento entro otra llamada, pero está era de Samuel.

— Hola amor, ¿Ya llegaste?

— Si, te estaba marcando, pero no contestabas — dijo un tanto preocupado y molesto. Aún tenía la inquietud de haber dejado a su esposa enferma y en cuanto aterrizó quiso llamar, pero ella no contestaba.

— Lo siento, me llamo Alejandra avisando que llegarían está noche.

— Oh, entonces eso es bueno, salúdamela. ¿Cómo sigues? — pregunto mientras tomaba su maleta al lado de Ricky y Mitzy, quien intentaba ocultar el hecho de la molestia que le daba el que el hablara con Summer.

— Mejor, veré a Daniel antes del trabajo para desayunar y solo comeré algo ligero.

— Me parece bien amor, bueno te dejo. Te llamo por la noche, bye.

— Adiós amor — el pitido del teléfono le hizo saber que él había colgado, aunque sabía que estaba apurado por el trabajo se sentía triste por hecho de que ya las llamadas entre ellos duraban muy poco.

« Estás exagerando Summer, él te ha demostrado que te ama así que no les des más vueltas al asunto y prepárate para ir al doctor » se animó a sí misma y termino de preparar los emparedados y el jugo de naranja.

Samuel por su parte no quería colgarle, pero era un caos total el aeropuerto de Washington, por lo que era mejor hablar con ella cuando todo estuviera más calmado y en un lugar tranquilo. Solo esperaba que no volviera a vomitar como anoche pues no estaba cerca para cuidarla y eso lo mantenía inquieto.

Unos minutos después el timbre de la casa de Summer sonó y supo que era Daniel, alegre abrió la puerta y los dos amigos se abrazaron con fuerza.

— ¡Cariño mío! Ya vine — Daniel la levantó del suelo y le dio algunas vueltas.

— ¡Oye bájame! Anda vamos a desayunar que debemos ir al hospital — dijo Summer mientras le daba un beso en cachete a Daniel.

— Obvio cariño, traje Pay para que podamos disfrutarlo.

Daniel y Summer charlaron un rato mientras desayunaban, ella adoraba hablar con el por qué se sentía libre de poder decirle lo que sea y lo que no. Eran cómplices y muy buenos amigos tanto que el también a veces hablaba de los problemas en su matrimonio, pero los dos siempre podían salir adelante.

De camino al hospital Daniel le pregunto sobre los exámenes de sangre y que le explicara mejor como se sentía o el por qué. Ella le contó lo que había pasado el día anterior y anoche en su casa, aunque los dos esperaban que fuera una excelente noticia, todo estaba más fuera de sus expectativas.

— Summer que bueno que viniste y sobre todo no sola — dijo el médico cuando hizo pasar a ella y a su acompañante quien vestía de una manera muy peculiar pero elegante.

« No creo que sea su pareja » se dijo en sus adentros pues, aunque fuera algo que no debía pasar, Summer lo había cautivado con su belleza inigualable y su carisma.

— Tenía que venir a ver qué son los resultados, por cierto, él es mi amigo Daniel, Daniel te presento al Doctor Michelle Hansen — los presento y ambos se dieron un apretón de manos.

— Encantado doctor — Daniel se quitó los lentes oscuros y sonrió, pudo notar las miradas que le daba el doctor y, como cualquier hermano celoso, quiso advertirle sobre su amada hermana — soy amigo de Summer y de su esposo, el no pudo estar aquí así que la acompañe.

Michelle entendió su mensaje entre palabras y solo sonrió.

— Lo importante es que no haya venido sola y que usted le pase el mensaje a su esposo — el no quiso pelear ni nada, solo aceptaba el hecho de que ella estaba casada y fuera de su alcance, más por ser la amiga de su hermana.



#4450 en Novela romántica

En el texto hay: tragedia, amor dolor

Editado: 20.05.2021

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