¿Realmente era el adiós? ¿Este era el fin de aquel mágico amor que una vez vivieron? Summer no sabía realmente que hacer, mirar al hombre de su vida irse de esa manera, le dolió. Quiso detenerlo, pero su cuerpo no le respondió, no avanzo, se quedó inmóvil.
— Cariño — la voz de Frank vino detrás de ella — quizás es lo mejor, para él y para ti. Así podemos estar juntos sin problemas — ella lo miro frunciendo el celo, aunque no quería decirle nada su comentario no le pareció.
— Quiero estar sola por un momento, por favor — le sonrió y se zafo de sus brazos — ustedes cenen, yo, iré a mi habitación.
— Summer... Nos vemos mañana cariño, creo que hoy tuvimos muchas emociones — le dijo Frank tomando su rostro y dándole un beso, uno que ella no sintió, uno que no la lleno como quería.
— Si, te llamo mañana — lo abrazo, debía estar feliz de que ya se había divorciado, pero se sentía rota, incompleta, devastada.
— Al menos hizo algo por ti, te consiguió la cura para tu enfermedad — ella asintió mirando la tarjeta que Samuel le había dejado. Miro como también Frank se iba y de alguna forma se sintió aliviada. Camino haga su cuarto y antes de entrar su madre la llamo.
— Se que no tengo que meterme en tu relación mi niña — Summer se volteó y miro atentamente a su mamá — pero, todos merecemos una segunda oportunidad en la vida — la tomo del rostro y beso su frente — ustedes dos la merecen, aún puedo notar el amor el uno en el otro y ahora es cuando más unidos deberían de estar.
— Pero... ¿Qué hay de los correos? Daniel fue el que me los mando... — replicó, por más que quisiera estar con Samuel, la evidencia estaba ahí.
— ¿Le preguntaste por qué? Hay cosas extrañas en todo esto, solo te digo mi amor. Puede que mañana sea el último día que lo veas o inclusive hoy, no dejes que el rencor te llene el alma — la abrazo y se alejó de Summer. Sabía que su hija tenía que tomar su decisión.
Summer se quedó en su cuarto el resto de la noche, pensando, recordando. Miro al techo y tomo una decisión, era la mejor. Se levantó de golpe y corrió a tomar su teléfono, una voz dulce contesto del otro lado de la línea.
— ¡Summer, hasta ahora se te ocurre llamarme! — alegó Paula quien estaba abrazada del torso de Henry, su relación iba viento en popa, y ,aunque extrañaba a su amiga tenía constante comunicación con ella.
— Prepárate por qué regreso a California, dile a Henry que mañana llegamos por la mañana... Samuel consiguió un donante — le confesó.
— ¡¿Que?! ¿Estás jugando conmigo cierto? — pregunto sobresaltada.
— ¡No para nada Paula! Después te explico los detalles, cuando llegue a California tengo algo que pedirte.
— Okay, Entonces hago lo que me pide mi amiga, le diré de una vez a Henry y a Daniel que preparen todo.
— Si y gracias amiga, te amo.
Ambas colgaron y Summer corrió a llamar a su madre y su hermana quien apenas se iban a acostar pues su cuñado estaba aquí.
— He tomado una decisión y quiero que vallamos de regreso a California, ya le mandé un mensaje a Michelle que haré la operación — su hermana y su madre la abrazaron con fervor.
— ¡Eso hermana! Al menos ese tonto hizo algo de provecho — Summer miro mal a Alejandra quien solo sonrió — ya pues, solo es broma. Frank debe de venir, él ha estado contigo en este proceso y creo que es justo.
— Si lo sé, le llamaré para avisarle que iré a California — Summer y su familia preparo todo lo necesario y salieron directo al aeropuerto juntos, en el camino se encontraron a Frank quien ya había comprado los boletos para ellos.
Estaba feliz de tener a una mujer como Summer a su lado, no importaba el costo que tuviera que pagar. Al fin se divorciaría de ese tonto y sería suya, como siempre debió de serlo. Afortunadamente tuvo la oportunidad de sacar del camino algunos entrometidos y al fin ganar su corazón o eso creía.
Summer estaba feliz, emocionada, contenta. Esta vez era diferente de la ocasión en qué salió de California con el corazón destrozado, está vez el amor de su vida realmente había luchado por ella, aunque Frank era bueno, no lo amaba ni lo haría como a Samuel. Le agradecería estar junto a ella, pero, solo habría amistad.
Al llegar a California Summer estaba muy agotada, Henry los recibió y los llevo a su nueva casa. La cual había comprado junto con Paula y todos se alojaron ahí. Tenían que descansar pues al siguiente día, sería la operación.
— Mamá, ¿Puedes prometerme algo? — dijo tomando a su madre y llevándola lejos de donde estaban reunidos.
— Dime mi amor.
— Si no sobrevivo a la operación dale está carta a Samuel.
— Hija no digas eso — Summer tomo las manos de su mamá y le entrego el sobre.
— Sabes que es una posibilidad, así que dáselo. Si sobrevivo quiero regresar con él, pero, que sea sorpresa. — su madre sonrió y entendió que era lo que su hija quería hacer y la apoyo sobre todas las cosas.
— Lo haré mi amor, sobrevivirás y estarán juntos. Lo prometo — ambas se abrazaron con fuerza, los nervios la comían, pero, tenía fe en que todo saldría bien.
Samuel por su parte había llegado a California una hora antes que Summer, no quiso quedarse en esa Ciudad donde estaba su mujer con alguien más. Recogió su auto y manejo hasta la casa de Daniel. Tenía que ajustar cuentas con él.
¿Por qué le dijo esas mentiras? ¿Por qué lo odiaba tanto? No era justo pues él había visto y Ricky también como puso a Mitzy en su lugar, como busco el donante con fervor y... Cómo la busco a ella.
— ¡Daniel! ¡Abre la maldita puerta! — grito tocando con fuerza la reja. — ¡Maldita sea ábreme!
— ¡Mierda Samuel! ¿Qué te pasa? — salió Ricky en bata, estaba cenando con su esposo cuando escucho todo el alboroto.
Samuel lo quito y entro en la casa enojado, miro a Daniel quien estaba sentado en la sala y este lo observaba atónito, en eso Samuel le lanzó un golpe con fuerza en la cara.