Capítulo 20.
BLAKE MARSDEN.
NOVIEMBRE 5, 2018 – CINCO DÍAS PARA LA BODA.
Debió haber aprovechado más los últimos cuatro días, como buscar a Eleanor e intentar ganar su corazón, que era el principal motivo por el cual estaba allí tan anticipadamente. Sin embargo, cuando uno de sus tantos amigos de Londres lo invitó a una fiesta en su yate privado, no pudo rechazarlo a pesar de que lo intentó.
La pequeña fiesta a la que fue arrastrado duró más de lo que hubiera deseado. Pero no podía negar que la disfrutó como debía. Había chicas guapas con las que podía distraerse, muchos tipos de tragos cuyos nombres pocos podían pronunciar y vistas por las que varios matarían.
Le gustaban las fiestas, no podía negarlo, pero cuando llegó a su hotel, lo primero que pensó fue en Eleanor. Le gustaría tenerla a su lado, llegar a un lugar donde ella lo recibiera con los brazos abiertos dispuesta a darle un gran y reconfortante abrazo. Ni siquiera cuatro días de fiesta podían quitarle la soledad que sentía.
Estaba por cumplir treinta y dos años, por supuesto que Blake añoraba algo eterno. Deseaba con toda su alma sentar cabeza de una buena vez. Quería tener un hogar, a una mujer que lo amara tanto como él estaba dispuesto a amar y, que al final del día, se quedara para siempre.
—¿Ya la encontraste?— Robert le preguntó. Estaban conectados por video llamada, por lo que Blake podía ver a sus sobrinas revolotear alrededor de su hermano.
—No —respondió Blake, bebiendo de su café recién hecho—. Estuve de fiesta estos últimos días. Me encontré con un amigo y me invitó a una fiesta en su yate… estuvo bastante divertida.
—No te entiendo —murmuró Robert, suspirando—. Quieres la vida de casado pero ni siquiera puedes comprometerte… ¿estás seguro de que quieres a Eleanor de verdad y no por capricho?
Blake suspiró, harto de que pensaran así de él.
—Salgo de fiesta porque me gusta, vine a Londres porque Eleanor me importa. Es así de fácil, y seguiré con ello hasta encontrarla…
Su celular comenzó a vibrar. Intentó ignorarlo porque hablaba con su hermano, pero cuando vio el nombre de Nolan, se decidió a contestar.
—¿Qué quieres? —le preguntó con brusquedad.
—Eres tan simpático… como sea, mañana nos reuniremos los cinco a resolver toda esta mierda antes de la boda de Eleanor. Debes venir, no es una pregunta.
—¿Y qué te hace pensar que quiero ir y verlos a ustedes?
—Porque después vendrá a Eleanor.
Blake pudo ver la sonrisa victoriosa de Nolan. Sabía que eso lo haría ir, pero Blake no sabía si el tema de Eleanor era verdadero.
—¿Eleanor? ¿Cómo lograste contactarla?
—Aún no lo hago. Una amiga de ella nos ayudará.
Sopesó las palabras de Nolan. ¿Qué amiga? Blake nunca conoció a ninguna de sus amigas, al contrario, Eleanor fue quien conoció a todos sus amigos e incluso a su familia completa. Sin embargo, sí había escuchado hablar de algunas de sus amistades, como de Birdie, Celestine, Carey y Gabriel.
—De acuerdo, dime la hora y el lugar. Estaré ahí.
—Genial, te mandaré la información por mensaje de texto. Adiós.
Cuando colgó, Blake dejó su celular a su lado, descansando su espalda en la comodidad del sillón. Vería a Eleanor mañana, finalmente después de tres años. Escuchó a alguien carraspear, dándose cuenta de que aún tenía a Robert en la video llamada.
—No te olvides de mí, idiota —le dijo Robert.
—Perdón —Blake río, sin poder ocultar su sonrisa—. Mañana me reuniré con los otros, luego Eleanor irá. No es como lo imaginaba, me hubiese gustado reunirme con ella a solas, pero las cosas no siempre salen como uno quiere, ¿no?
—¿Desde cuándo te conformas? ¿Estás bien?
—Sí, estoy bien… es sólo que es lo que hay. Desperdicié los últimos días y esta será la única oportunidad… ella es realmente la mujer de mi vida. Es una sensación que me viene al pecho cada vez que pienso en ella, no quiero echarlo a perder.
—No lo echarás a perder. Las cosas saldrán como deban, sólo enfócate en no arruinar las vidas de las demás personas, especialmente la de ella.
—No haré nada estúpido.
—¿En serio? Porque te recuerdo que compraste un pasaje para ir a la boda de tu exnovia diez días antes de la fecha para poder hablar con ella y usaste la mitad de ese tiempo embriagándote en un yate de alguno de tus millonarios amigos,— dijo Robert, provocando que Blake rodara los ojos.
—Ya cállate.
—Sólo… sólo cuídate.
Blake asintió, pero sólo para calmar a su hermano. No era adivino, no podía saber cómo saldrían las cosas ni tampoco si su corazón no sería roto en el proceso.
—¿No te cansas? —le preguntó Eleanor cuando llegaron al apartamento de Blake. Él quitó su chaqueta, su ceño fruncido ante la pregunta.
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Editado: 19.08.2021