Los Caídos: El alado

CAPITULO 5

ANDERSON

Anderson recordaba como en su niñez su padre le contaba historias para dormir, cuentos que hablaban de monstruos, hombres lobo, vampiros, magos y grandes aventuras, toda su vida se sintió inspirado por esos personajes ficticios que estando al borde del descenso conseguían nuevas fuerzas para pelear contra monstruos mil veces más fuertes e inteligentes y aun así ganar, ahora él era el protagonista de esas historias, Anderson en resumidas cuentas se dedicaba a capturar monstruos, él y su equipo alfa iban a capturar a unas brujas, su trabajo era capturarlas con vida, pero a la hora de hacerlo eso no era prioridad, todos miraban por su vida antes de cualquier otra cosa, atacaban a sus objetivos con todo y en algunas ocasiones apenas les hacían daño. Una bluthund había logrado conseguir información sobre un grupo de siete brujas adultas y cinco niñas, el trabajo era matar a las niñas y capturar a tantas brujas fuera posible, al ser un grupo tan numeroso iban quince alfa y Anderson que no salía de la prisión 51 excepto si era un objetivo importante o de mucho riesgo y un grupo de brujas era un riesgo de rango A, era el tercer rango más alto en la escala de peligros solo superado por el rango S y el rango Z, nunca se había presentado un amenaza de rango Z y esperaban que nunca lo hiciera, ese tipo de rango era para amenazas que atentaban contra todo el mundo. Anderson caminaba de forma sigilosa guiando al equipo y manteniendo comunicación por medio de unos pequeños auriculares y un micrófono que ocultaban bajo su máscara de tela, sobre la máscara portaban un casco antibalas, un atuendo ajustado con comodidad de una sola pieza que les envolvía desde la punta de los pies hasta el cuello, un chaleco grueso antibalas con cientos de bolsas donde cargaban municiones, radios, granadas de varios tipos y armas cuerpo a cuerpo, un pantalón holgado con más bolsas llenas de armas, unas botas altas donde la mayoría guardaba un cuchillo o un cargador, unos guantes de cuero, coderas, muñequeras, rodilleras eran partes de los accesorios de seguridad, todos cargaban un rifle de asalto en su espalda, una escopeta al lado del rifle y cuantas armas pudieras cargar alrededor de su cuerpo, iban tan armados como les era posible.

¿Todos en posición? – preguntó Anderson

Estaban aprovechando la tenue luz del atardecer para acercarse al punto donde se reunían las brujas, en la profundidad de un bosque lejos de la civilización donde podían hacer lo que quisieran y nadie lo sabría, Anderson había decidido que lo mejor era rodearlas y acercarse tanto como fuera posible antes de atacar

Sí – se escuchó la primera respuesta positiva en el comunicador

Sí – la segunda

Aquí ya estamos listos para avanzar – se escuchó la tercera

¿Equipo de respaldo? – dijo Anderson al notar que tardaban en responder

Listos

Listos

También listos – todos estaban en posiciones listos para comenzar

Bien, el equipo de respaldo nos cuidará las espaldas y nos mantendrá informados de lo que no veamos, los demás vamos avanzando en completo silencio hasta quedar en un radio de cien metros de las brujas… tengan cuidado – Anderson guardó silencio mientras avanzaba, sabía que los demás también lo hacían, confiaba en todos y más en los de respaldo, los de respaldo los cuidaban a todos mientras ellos hacían las capturas, los únicos que jamás podían faltar en una operación era el equipo de respaldo, siempre cuidando las espaldas de todos escondidos a lo lejos con sus armas de largo alcance, viajaban todos juntos al punto o al menos así era en la mayoría de misiones, pero desde que bajaban nadie tenía la más remota idea de donde ellos se ocultaban, solo sabían que los cuidaban y que hacían un excelente trabajo, volvían a aparecer cuando se marchaban, tenía que ser así para que nadie pudiera comprometer la posición de ellos ya que eran una parte fundamental en cualquier misión

Estamos listos – sonó el primer equipo que estaba en posición

¿Qué ven? – preguntó Anderson que aún no llegaba a la posición

Veo siete brujas

No – interrumpió uno de los de respaldo rápidamente apenas escuchó esa información errónea. – son doce, hay un hombre con ellas

¿Un hombre? – Anderson preguntó al instante, era extraño un brujo y aún más con tantas brujas

Sí, lleva una túnica por lo que no le puedo ver el rostro, pero se ve que es de gran tamaño, Anderson hay algo muy extraño aquí, una de las brujas está embarazada – nunca habían visto a una bruja embarazada, siempre pensaron que reclutaban, pero no que nacían brujas. – Das, ocúltate, el de la túnica mira en tu dirección muy a menudo talvez sospecha o los escuchó

Puede que entre ellas alguna tenga una habilidad, nuestra misión ya no es de captura, ahora vamos a matar a todos y cada uno de ellos – dijo Anderson sin oposición alguna

Ya estamos en posición

Ya estamos en posición – ahora solo faltaba Anderson que no sabía si su plan inicial funcionaría y por eso decidió matar a todos

Bien, ya estoy en posición, disparen a discreción y avancen a la vez, sean cautelosos




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