Los caminos a la luna.

¿El equipo 7?

Llevaban casi dos horas buscando. Los tres comenzaban a pensar que era un desperdicio. Estaban perdiendo valioso tiempo que podrían haber utilizado para dormir. Koko le daba vueltas a un pensamiento sin ganas de darle voz, aunque sabía que si ella no lo hacía los dos cabezas duras menos

—Deberían ir a dormir, yo seguiré buscando. —Era Ryoshi que removía la mala hierba, claramente harto de la situación.

—No voy a dejarte hacer ésto solo. Eres tan idiota que dejarías pasar el pergamino, aunque lo tuvieras en las narices. —Declaró Hotaka con una ira apagada. El cansancio estaba haciendo merma en los genin y él no era la excepción.

Esos dos eran muy tercos. Koko volvió a pensar que si alguien iba a detener esta locura debía ser ella. No siempre había sido igual. Recordó cuando llegaron a genin, aquél día en que conocieron a su sensei y capitán de su equipo. Estaban con todos sus compañeros de la academia. Los equipos ya habían sido asignados y solo faltaba que conocieran a los Jonin a cargo. El primero en llegar fue un tipo con cejas enormes que parecía muy animado, al punto de parecer ridículo.

—Buenos días jóvenes. —Dijo con entusiasmo.

—¿Quienes de ustedes forman el equipo 10? —Preguntó como si no supieran que el ya tenía sus expedientes. Hacía visera con una mano sobre sus ojos.

El primero en salir fue un chico vestido de blanco, con una banda negra en la cabeza aplacando su cabello. Caminaba marcando un paso militar. Su nombre era Rock Lee. Detrás iba Tenten, la especialista en armas de la clase. Caminaba rápido y con una mano cubriendo su cara, como para que nadie supiera que estaría en el equipo de esos dos raritos. Y por último, el genio Hyuga. Andaba con los brazos cruzados y la mirada al frente, como si nada de lo que pasaba a su alrededor fuera de importancia. Cuando los tres hubieron salido, el tipo de las cejotaz los siguió hablando un montón de tonterías sobre la juventud que nadie entendió.

Después de éste, los capitanes fueron pasando y el salón en el que se encontraban se fue vaciando. Al final solo quedaban seis genin esperando. El tiempo pasó y cada minuto la impaciencia los absorbía. Por fin la puerta se abrió y por ella entro un tipo con pelo blanco y una máscara cubriendo su rostro. De hecho, lo único visible de él era un ojo, el otro lo cubría su banda ninja. Los seis se levantaron ansiosos y deseando que el tipo los llamara.

—Equipo 7. —Anunció con una voz aburrida. Los otros tres chicos se levantaron y chocaron sus manos. Enseguida salieron del salón dejando al equipo 13 aun más desesperados.

—¿Su capitán aún no llega? —Preguntó con curiosidad.

—¿Tu que crees? —Respondió irritado Hotaka. Estaba hartó de esperar. Los tres lo estaban, quizá por eso Ryoshi se molestó con Hotaka al no poder desquitarse con nadie más.

—El no tiene la culpa, "aliento de perro". —Le dijo desde el otro extremo del salón.

—Nadie te preguntó, "banditas".

—Eres un idiota.

Y la pelea comenzó. Koko rodó los ojos. Ya antes los había visto pelear durante las clases, pero en aquellas ocasiones eran problema de su sensei. Ahora eran todos suyos, o eso pensaba.

—El ya se fue. —Señaló interponiendo se entré ambos y apuntando con su dedo hacia la puerta. El Jonin, viendo lo problemático del asunto, aprovechó la menor distracción para largarse. Los dos genin miraron la puerta y chasquearon la lengua. Eran como gemelos de diferentes padres.

El tiempo siguió pasando con los tres apartados cada uno en su propio mundo. El atardecer ya comenzaba a notarse en el cielo cuando la puerta del salón volvió a abrirse. Esta vez ninguno de los tres miembros del equipo 13 tenía ánimos de ver quién era.

—Woff, woff, woff.

Fue lo primero que se escuchó en el salón, con cierto eco cabe mencionar. Enseguida una respiración agitada irrumpió en el aula.

—Lo... lo siento... —Decía entre jadeos una mujer de cabello castaño. En sus mejillas tenia pintadas dos marcas rojas que parecían un par de colmillos—. Acabo... de ser... promovida a... jonin...

Frente a ella tres grandes perros los miraban moviendo la cola. Parecía que querían seguir corriendo. La mujer aspiró una gran bocanada de aire y luego lo soltó con alivio. Lo siguiente lo dijo respirando normalmente.

—¿Ustedes son el equipo 13? —Preguntó con nuevos ánimos y una sonrisa en la cara.

—Seee. —Respondió el equipo que llevaba todo el día esperando y sin comer. Parecía que el alma se escaparía por sus bocas. La capitana se percató de ésto y puso cara de preocupación.

—¿Estuvieron aquí todo el tiempo, esperándome? ¿Qué digo? Claro que estuvieron. Ho Como lo siento. —Parecía realmente acongojada.

—El día ya terminó. Los invitaré a comer y mañana comenzaremos con el entrenamiento. ¿Les parece? —La sonrisa no se alejaba de su cara por mucho tiempo.

—Woff.

—Woff.

—Woff.

Ladraron animados los tres ninken frente a ella.

—Seee. —Volvieron a exhalar los tres genin desde sus respectivos rincones.

Como si fueran uno solo, los tres perros ladearon las cabezas, confusos por la falta de expectativas de los niños frente a la comida. La recién ascendida jonin abrió los ojos con preocupación y corrió a revisar a sus protegidos. Como si hubiera creado dos clones llegó hasta sus alumnos y comenzó a revisarlos como desquiciada. Los puso en pie, les acomodo el cabello, las extremidades y dio un par de palmadas en sus caras para intentar revivirlos. A pesar de sus esfuerzos, los genin se desinflaron como globos hasta el suelo.



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En el texto hay: mundoparalelo, naruto fanfic

Editado: 28.03.2022

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