Ya era el segundo día. El sol, aunque no penetraba en el bosque, estaba alto en el cielo. Los tres genin del equipo 13 corrían entre las ramas.
—Les dije que era efectivo. —Gritaba Hotaka muy orgulloso de su plan. En su mano derecha llevaba el pergamino del cielo.
—La verdad es que tenía mis dudas. Pero parece que tienes más que aire en esa cabeza tulla. —Contestó Ryoshi desde el frente de la formación. Tenía que hablar fuerte para que su compañero, que iba en retaguardia, lo escuchará. En su mano izquierda llevaba el pergamino de la tierra.
—Quieren callarse, alguien nos va a escuchar. —Advirtió Koko, pero su tono y volumen decían que le preocupaba muy poco.
Los tres se detuvieron a una señal de Ryoshi. Cuando estuvieron en la misma rama de un gran árbol, Hotaka preguntó.
—¿Cuánto falta?
—Los tres kilómetros. Pero si rodeamos serán más.
—¿Haremos doblé el mismo camino? —Preguntó Koko.
—sí. —Contestó Ryoshi.
—¿Por dónde podemos ir? —Esta vez era Hotaka.
—No veo tan lejos. —Respondió Senju. Shimura chasqueo la lengua y se puso a pensar.
—¿Cuánto falta? —Volvió a preguntar Uchiha, como si no hubiera escuchado a Hotaka hacer la misma pregunta. Sorprendente mente la respuesta de Ryoshi cambió.
—No estoy seguro.
—Estúpidos. ¿Creen que no podemos comprender su código? —Era una voz que salía de los alrededores. El equipo 13 se puso en guardia, espalda con espalda.
—Están rodeados. Entreguen los pergaminos y los dejaremos ir.
—Si, unos ninjas tan patéticos no merecen la pena el esfuerzo.
—Jamás. —Declaró Ryoshi empuñando un kunai.
—Creo... creo que deberíamos dárselos. —Dijo Hotaka. Sus compañeros estaban sorprendidos. Ryoshi lo miró como si fuera una rata.
—De que demonios hablas, estúpido. —Lo agarró por el cuello de la ropa—. ¿A caso no quieres pasar el examen?
—Por supuesto que quiero, pero éstos tipos son claramente superiores a nosotros. Si no les entregamos los pergaminos, nos darán una paliza y los tomarán.
—Chicos, por favor. No pelen. —Koko intentaba calmarlos, pero sus compañeros no la escuchaban.
—Jajaja. Escucha a tu compañero, sabe lo que les conviene.
Ryoshi ignoró por completo al que hablaba desde las sombras.
—No puedo creerlo. —Gritó soltando a Hotaka y azotó el pergamino que tenía contra el suelo. Este rebotó en la rama en la que estaban y se deslizó para caer a la tierra—. No puedes estar hablando en serio.
Uno de los ninjas escondidos, vio una oportunidad y salió de su escondite para atrapar el objeto perdido. Fue apenas un instante. No más de un segundo, pero para el sharingan de una aspa de Koko fue suficiente para detectarlo.
—Con lo que nos costó conseguirlos.
—No podemos hacer otra cosa.
—No ven que estamos rodeados.
—Ya no me importa. Que se lo queden si quieren. —Hotaka, harto de todo, lanzó el pergamino al aire y otra figura salio de la espesura para tomar el segundo pergamino. Ésta tampoco paso desapercibida para Koko, quien asintió con la cabeza. Enseguida el equipo 11 se dejo caer al suelo.
—Es una trampa!
Se escuchó entre los arboles, pero ya era demasiado tarde. Dos explosiones abrieron un claro en el bosque. Esto antes de que los genin tocaran el suelo. Cuando el humo de la explosión se dispersó, otros tres genin cayeron al suelo. Hotaka sonreía contento de que el plan funcionara.
—¿Terminó? —Preguntó Ryoshi mirando a los enemigos. Aun sostenía el kunai y se mantenía en guardia. Dos de los tres afectados se levantaron, el tercero solamente gemía en el suelo.
—Van a tener que hacerlo mejor para derrotarnos. —Dijo uno de los dos. En la cabeza llevaban bandas de la aldea de la cascada. El que hablaba tenía el cabello castaño claro y una chamarra roja. El otro tenia el cabello negro y vendas en los brazos. El tercero, que no parecía que se fuera a levantar, vestía una sudadera azul.
Todos estaban en guardia, buscando una oportunidad para atacar. El primero fue Ryoshi, lanzando unos cuantos shuriken para probar a su enemigo. El tipo de la chamarra roja respondió defendiéndose con un espada de agua, que envolvía su kunai. Mientras ésto sucedía, "Manos vendadas" realizó varios sellos de manos. Koko lanzó un kunai, intentando interrumpir el jutzu, pero este salió más rápido de lo que pensaban. Una hola de un par de metros de altura repelió el ataque y, como si fuera un extra, separó a Ryoshi de los otros dos. "Chamarra roja" no perdió la oportunidad y lo atacó para distraerlo. Su espada de agua choco contra el kunai tan fuerte que le sacó chispas a pesar de no ser de metal. Dando estocadas arrinconó a Ryoshi.
Mientras ambos peleaban, Hotaka y Koko veían impotentes como su compañero era apartado de ellos. La ola de agua no dejaba pasar los shuriken y ninguno tenía jutzus con la potencia necesaria para ello. Koko pensó por un momento en usar un genjutzu del sharingan, pero lo descartó enseguida, el agua no dejaba que sus ojos se encontraran. "Manos vendadas" se interpuso entre los contrincantes y ellos, impidiendo que pudieran ayudar a su amigo y activó otro jutzu. Su cuerpo fue envuelto por agua. Lo siguiente que vieron fue un remolino de agua que les tapaba la vista del enfrentamiento. El remolino se dobló por la mitad y los atacó, pero no fueron afectados. Era una simple distracción, el remolino no tenía el alcance necesario para llegar a ellos.