EN LAS SOMBRAS ELLA TE VIGILA, EN LAS NOCHES ELLA TE OBSERVA, LA ÚNICA SOLUCIÓN ES ENFRENTARLA CON TU ALMA.
CAPÍTULO VIII
Lo que restaba de Mayo tuve una gran experiencia con mi nueva compañera, Lucía la cual por mucho tiempo la considere quizás una enemiga, la pasábamos bien, ahora que la mayor parte de sus seguidoras ahora son mis seguidoras, entre ella y yo comenzamos a aprender una de otra, después de esto, comenzó Junio, un nuevo mes estaba llegando, con el llegaba el inicio de algo lo cual llevaba planeando desde hace meses, hacer de esta ciudad, mi ciudad. En las noches salía a las calles cercanas a mi iglesia y veía que algunas familias la pasaban bien en sus casas, esto era perfecto para mí, pues podría conocer sus labores diarias y sus integrantes, parece que mi mente está muy deteriorada, no pienso las cosas, solo las hago, asi que no perdí el tiempo. Eran las 2 de la mañana, la calle ya estaba algo sola, no había personas ni automóviles que alborotaran el lugar, asi que comencé a tomar acciones, entre a una de las casas las cuales había investigado desde días atrás y junto a otro grupo de mis seguidoras, logramos atrapar a la familia que aqui vivía, con nuestras fórmulas tranquilizantes hicimos que cayeran en sueño temporal. Ya estando en la iglesia comencé a preparar algunas cosas, lo primordial era mi cuchillo, Lucía se impresionó, pues desde su llegada hasta ahora jamás me había visto realizar un ritual, Luna, Anneth, Samara, Susan y Danna las principales que me ayudaron a levantar este lugar, se reunieron a mi alrededor, mientras las demas seguidoras de mi iglesia y la secta de Lucía bailaban por todo el salón, Lucía no lo podía creer, jamás imagino ver una iglesia con aspecto cristiano, pero dentro de ella se realizarán rituales. Paso un buen rato, incluso comenzó a salir el sol, revise la hora y eran ya las 7:00 de la mañana, de un momento a otro comencé a sentirme mal, me dolía mucho el estómago y mi cabeza me palpitaba, mis oídos no dejaban de zumbar, le dije a Lucía y ella no sabía que hacer en el momento, me pidió que saliera a tomar aire, asi fue, al salir comencé a tranquilizarme, de ahí salió Danna, me dijo que estaban por despertar las personas que habíamos secuestrado, eran el momento perfecto para iniciar, no importaba la hora, si no el acto...
Al entrar vi a toda mi iglesia alegre y disfrutando del ritual, una secta y una iglesia conviviendo, cerramos las puertas y comenzamos. La familia desperto, primero el hombre, este al verse amarrado comenzó a gritar y a pedir ayuda, una mujer de la secta lo abofeteo, Samara lo comenzó a estirar de las piernas mientras pedía clemencia, "Porque me hacen esto a mi y a mi familia?!" grito por varias ocasiones, Lucía le decía que todo iba a estar bien, no habría porque preocuparse. Comence a caminar en dirección hacia el, al llegar a la explanada subí hacia donde estaban ellos amarrados, no podía esperar a ver sus rostros, el hombre de inmediato me reconoció y me comenzó a decir de cosas, a maldecirme y a tratar de ofenderme, solo le sonreía, pues no importaba lo que fuera a pasar, solo quería relajarme. De ahí desperto su mujer y uno de sus niños, el mas pequeño, el niño comenzó a llorar al ver todo su alrededor, no iba a perder mi tiempo, Lucía me dijo que primero se sacrifica al mas débil y al final el mas fuerte.
Tome mi cuchillo y yendo hacia el niño lo vi a los ojos, sus padres gritando me decían que los dejara que no le hiciera nada a él y a ellos si, de inmediato les respondí diciendo. — Quieren que el niño viva... Pero con quien va a vivir, si ustedes mismos están sacrificando sus vidas por la de él... No es algo lógico?. De ahí les pedí a Anneth y a Luna que aplicarán el mismo procedimiento que hicieron los integrantes de la secta hace tiempo. Tomaron a la mujer y al hombre y los amarraron de sus bocas, pero esta vez no los amarraria con alambre de púas... Mis gustos eran sencillos pero prácticos. Comenzaron a rodear sus cabezas con espinas de limón y espinas de mezquite, de ahí les dije a Susan y a Danna que con un palo comenzarán a oprimir las espinas para encajarselas a ambos, asi fue... Sus rostros comenzaron a llenarse de sangre mientras poco a poco las espinas iban enterrandose en sus mejillas y partes de sus ojos. El niño sólo lloraba mientras sus padres eran torturados, lo tome de la cabeza y le dije. — Hijo... Cariñito, dime, que es lo que ves? Acaso papi y mami lo merecen? Sus pecados son dignos de ser juzgados con el dolor que estos merecen, no pienses mal de esto, su pecado fue haberte traído a este mundo a base de mentiras, un mejor venir? Un buen futuro? Bah!... Falsas promesas, pero tranquilo cariño... Tus ojos no serán dignos de ver lo que sigue.
Lo tire al suelo y me subí arriba de el, sus padres no podían gritar con el dolor que estaban pasando, tome mi cuchillo y lentamente lo fui clavando en sus ojos, no fue difícil, sus ojos eran muy frágiles a su corta edad, después de eso les pedí que también lo amarran de la boca, pero no con espinas, para esta ocasión les pedí que fuera con un alambre de clavos, mi mente estaba en completa locura que no media nada de lo que hacía. Lucía me dijo que había de esperar a la noche para hacer el ritual, pero la ignore, le dije que era mi iglesia y no la de ella, de ahí pasé a la madre del niño, les pedí a mis amigas que le quitaran las espinas y así pudiera hablar si es que aun podía. Ya no podía hacerlo, solo balbuceaba, el dolor ya no le permitía hablar, sin olvidar que sus mejillas estaban rotas por las espinas encajadas. Tomé mi cuchillo y comencé a meterselo por la boca, ella solo lloraba suplicando que no lo hiciera, demasiado tarde, estaba enloquecida por completo, en sus pocas fuerzas me dijo. — Porque haces esto?. A lo que le dije. — No importa cuántas cosas buenas hagas, la gente nunca se fijará en ti, pero... Si haces una cosa mala, todos te voltearan a ver. Después de eso saqué el cuchillo de su boca y se lo clave en los ojos, de la fuerza que hice el acto, uno de sus globos oculares se vino en mi cuchillo, comencé a reirme sin parar, la mujer cayó y solo se movía retorciendose deo dolor, no espere más y le volví a clavar el cuchillo, esta vez en su espalda, comencé a bajar poco a poco, rompiendola, la sangre fluía por toda la explanada, sin creerlo aun tenía fuerzas para moverse, podía verlo en su respirar, la gire boca arriba y la vi aún respirando, no me espere mas y les dije a Danna y a Luna que le dieran el descanso como el padre supremo a su hijo... De ahí la sacaron del salón y la crucificaron en una de las cruces que nosotros teníamos ahí por parte de la antigua iglesia que manejaban mis padres, el hombre solo lloraba de dolor al ver morir a su familia de ese modo, le pedí a Samara y a Susan que le removieran también las espinas, el por su fuerza aun podía hablar un poco mejor, con un dolor insoportable me dijo. — Matame, hazlo ya! No tiene caso seguir viviendo si no estaré a lado de mi familia por la que tanto luche.