Me acomodo en el pasto, si voy a estar dos horas escondida debo estar cómoda. Mis manos sostienen mi cabeza, trato de recordar todo lo que hice ayer.
Inhalo aire hasta tomar valor. Tomo mi celular y con la mayor repugnancia abro la carpeta donde están las fotos de el cuerpo.
Hay varias fotos con diferentes ángulos, como si un fotógrafo tomara el mejor paisaje y quisiera captar cada detalle de este. No tengo la más mínima idea de que parte de Rougthe están, en la imagen hay árboles, algunas partes del suelo carecen de pasto.
Paso foto por foto para tratar de reconocer el lugar donde lo enterraron y llamar a las autoridades. Al ultimo hay un video de 36 segundos, conecto mis audífonos al celular. No quiero que me encuentren y llamen a mi tía para que le digan que no entre aún par de clases. Doy un suspiro largo, con miedo reproduzco el video.
En el video se puede ver que la misma persona que está arrastrando a Murray también está grabando. No se ve muy bien todo es borroso y rápido. Mi corazón salta al ver en el video los zapatos que usé ayer, repito el video “debí de haber visto mal”. Analizo los zapatos tienen un raspón en frente y están sucios, mi respiración se vuelve pesada, son idénticos a los míos. A la semana de que los compré le hice ese raspón, mi tía me regañó cuando vio lo que había hecho por accidente. Es imposible que pueda arrastrar Y grabar al mismo tiempo, ni siquiera puedo aguantar mi propio peso.
Reproduzco el video de donde me quedé, Ernaline se acerca a levantar los pies para que sea más fácil trasladarlo.
—Seria más fácil si nos ayudas. —Voltea a ver a alguien. La cámara capta a un chico de cabello corto, complexión delgada; lleva un pans negro, una camisa; la mitad de esta es color negro y la otra mitad blanca, en medio de estos colores pasa una franja rosa; en sus brazos resaltan la tinta negra de los tatuajes que decoran sus brazos.
—Pudiera levantarlo si ella dejara de grabar — espeta molesto señalando el celular.
—Yo los dejo aquí, tengo que regresar a mi casa — habla Ernaline caminando del lado contrario, dejando al chico furioso y a la que graba.
—Te ayudo. —Se acerca el chico levantando los pies —. Pero deja de grabar y borra todo lo que capturaste en ese celular. —Aquí es donde se acaba el video.
Mas preguntas rondan por mi cabeza, encontraba respuestas pero a base de esas respuestas se creaban otras preguntas. Es como si caminara y después de un rato vuelvo al lugar en el que partí.
Hay muchos puntos a favor y también muchos en contra. Pero lo único que puedo pensar es que es mentira. Si los descubren me llevarán a un agujero que no escarbé con ellos. No podría matar y mucho menos esconder, me lamentaría por años, me atormentaría todos los días hasta que me entregue.
Debería pasar los días preocupada por los exámenes que tengo que presentar esta semana, no por mi psicólogo, al no poder decir cual fue su final por miedo a que me culpen a mi. Pienso en su esposa o sus hijos que deben estar preocupados.
El timbre suena, me coloco la mochila en mis hombros y avanzo a la salida para hacer el mismo recorrido a mi casa.
Una mano toca mi hombro y me volteo alarmada, deseo que no sea Ernaline y sus extraños amigos.
—Lo lamento si te asusté, te llamé pero no escuchaste —balbucea Matt.
—Quiero llegar a mi casa lo más rápido posible. —Acomodo mi mochila en mi hombro, que se ha bajado por el movimiento brusco que he dado.
—Te puedo acompañar, parece que huyes de alguien. —Voltea a los lados —.Puedo ser tu protector.
—No creo que sea conveniente, mi tía se alarma si me ve con chicos.— Me encantaría que me acompañe a casa pero es mejor rechazarlo.
—No te preocupes, me presentaré con tu tía como tu amigo —expresa con una sonrisa encantadora.
—Bien, pero te lo advertí. —Me inquieta pensar cual va ser su reacción de mi tía.
—Si me presento como tu novio tu tía me adoraría. —Coloca sus manos a lado de su rostro haciendo ojos soñadores.
—Mas bien te correría de la casa y te pondría una orden de alejamiento —asevero.
—¿Cuantos años tienes?, ¿Quince? —pregunta con burla.
—Diecisiete, solo mi tía quiere que mi novio sea perfecto en todos los ámbitos.
—No dejes que tu tía te escoja hasta los zapatos que vas usar mañana, tienes que tomar decisiones por ti misma, si no el futuro va hacer duro para ti.
No contesto, en el fondo se que tiene razón pero debería decirle a mi tía, no a mi.
—¿Estas listo?. —tomo la perilla para abrir.
—Ni que fuera a pedir tu mano, ya ábrela. —Ríe nervioso.
Giro la perilla, entro llamando a mi tía, registro la cocina y el baño pero no la veo en la planta baja, dejo la mochila en el sillón, Matt se quedo a fuera esperando. Rosie baja las escaleras al ver la puerta abierta se dirige a cerrarla.
—Hola señora, soy Matt amigo de daryan. —Sonríe provocando que se marquen sus hoyuelos.
—Daryan no tiene permitido tener amigos —habla con un semblante serio.
—Lo entiendo, solo vine acompañarla. —Trata de decirlo despreocupado.
—Te molestaría si vamos los tres hablar con el psicólogo para ver si pueden tener una amistad.
El rostro de Matt es de incredulidad al igual que el mío, trato de decirle a Rosie que esto es vergonzoso, pero con solo una mirada de ella hace que las palabras se queden atascadas.
—Claro, no hay problema.
Nos subimos al auto, mi tía puso a Matt de copiloto y a mi me mandó a la parte de atrás.
—¿Llevas tiempo viviendo en el pueblo? —pregunta sin despegar la mirada de frente.
—De pequeño vivía aquí —contesta jugando con su cinturón.
Editado: 09.04.2022