Los Chicos del Escuadrón (saga Escuadrón)

Especial 2

Este capítulo esta narrado por uno omnisciente:

Disfruten, bellas.

Primer mes:

Sus ojeras eran notables se miraba al espejo y como todos los días lloraba frente a el pensando y recordando a su Magnos o bueno recordando ya no era su Magnus.

Era difícil ella lo sabía. Tenia que salir adelante ya sea sin él, no se lamentaba haber quedado embarazada del hombre a quien amo con todo su corazón, el bebe no tenia la culpa. Claro que no, aquel pequeño feto no tenía la culpa que su padre fuera un canalla y miedoso.

Sobó su vientre con ternura, la comisura de sus labios se elevó. La o lo querría mucho, daría su vida por ella o él, se mataría trabajando, estudiando para sacarla adelante.

Tenia la ayuda de Marta, su ex suegra, le prometió que estaría para ella desde el comienzo hasta el final desde lo más mínimo, hasta el día en que ella diera a luz a esa pequeña criatura.

También, tenia el apoyo de su mejor amiga, Sara, quien a pesar de tener dos varones gemelos la visitaba constantemente a su hogar junto con el padre de los niños, las palabras de aliento siempre las oía así se encerrará sola con el llanto y las lagrimas en sus ojos.

Segundo mes:

Marta la acompaño a la visita con la doctora quien llevaría el parto a cargo, quería saber cómo estaba su nieto o nieta, tenia las esperanzas de que fuera una niña ya que sus tres nietos una era mujer y los dos más varones. El primero un lindo pelirrojo con pecas en su nariz y ojos marrones, la segunda, una linda castaña de ojos celestes como el cielo y el ultimo un rubio de ojos celestes también era una combinación de genes muy hermosas.

Renata al ver como la pequeña pantalla del ultrasonido se alumbraba se le llenaban los ojos de lagrimas saladas trataba de limpiarlas disimuladamente pero siempre su ex suegra se daba cuenta y con una sonrisa de amor las limpiaba, le susurraba que estaría bien.

La segunda ecografía ya estaba hecha. Con el dedo meñique trazaba la imagen del pequeño bebé. Su barriga comenzaba a crecer no se le notaba tanto.

Tercer mes:

Sara la acompaño esta vez al consultorio quería ver en vivo y en directo a su sobrina, si, ella ya había apostado y estaba tan segura que sería una niña ¿Por qué? En la manera en que crecía su vientre, Renata se la quedaba mirando de forma extraña hasta pensó en decirle al esposo de su amiga que la llevara a un médico, claro, por si acaso.  

Ya Renata no se acordaba de quien era Magnus. Gracias a su mejor amiga, su suegra, y familia quien la apoyo cuando les dijo que iría a un psicólogo quería estar mentalmente preparada y quería olvidarlo no lloraría más por un hombre cobarde que se fue ni bien dijo que estaba embarazada.

Ganó el caso. En medida en que su embrazado se desarrollaba ella, junto a su encargada logro ganar el caso de la madre quien tenia dos niños, la manutención se pago y a esa familia de tres no les falta nada. Su jefa se entero de su embarazo, pregunto en cómo se sintió Magnus al enterarse; —su jefa sabia de la relación y era una de las invitadas a la boda— no tuvo de otra que contárselo.

Las primeras palabras que soltó fueron: Es un hijo de puta, no sabe lo que se pierde.

Le dijo que no dudara en pedirle cualquier cosa no importaba la hora, el lugar, si dormía o no, si la llamaba estaría enseguida en su casa.

Cuarto mes:

Lloro de felicidad. Sara salto de alegría con los bebes en brazos y felicito a su amiga ¡Tuvo razón! ¡Era una niña! Una sana, con buen peso y talla.

Tendría una niña, su vientre ya abultado lo sobo con mucha felicidad hasta su misma doctora la abrazo y la felicito. Renata saco su teléfono e inmediatamente llamo a su suegra. Marta con los ojos abiertos y con la mano en su boca recibió la noticia, tuvo que ser sostenida por uno de sus hijos para no desmayarse.  

Le dieron el papel con las imágenes de su hija a Renata, le saco una foto y también le aviso a su jefa.

Se encargaba de ver unos papeles en el bufete su teléfono timbra, ceñuda revisa quien podría ser en esta hora de trabajo abrumador. Abre los ojos los papeles caen al suelo y la respiración se le corta.

—¡Una niña! ¡Renata tendrá una niña! —gritó, a todo pulmón que sus compañeros la quedaron mirando desde las afueras de su despacho.

De la vergüenza su rostro cambio manteniéndose seria. Se cruzo de brazos y los miró a todos.

—¿Chismosos? Pónganse a trabajar, que no estamos en hora de descanso.

Al ver que todo mundo siguió para sus respectivas oficinas, alzó los brazos al aire y sonrió.

Quinto mes:

Se miro en el espejo de cuerpo entero su barriga se encontraba más grande y redonda. Sonreía a cada instante que la acariciaba y la veía. Era una bebé muy movida pateaba con mucha fuerza, demasiado movida para los cinco meses.

Se acomodo la tiara en su cabello y alisó su vestido era una muy lindo, Sara lo escogió para el día del Baby Shower.

Sus nervios se encontraban muy alborotados, su piel se achinaba a cada nada y sus palmas temblaban un poquito, Sara apareció en el umbral de la puerta deslumbrando un bonito vestido color rosado que se le ceñía a su cuerpo a sus costados, aparecieron los gemelos Danilo y Daemon, quienes se veían adorables y muy lindos con sus esmóquines escogidos por su madre.

Su lacio cabello castaño le tapa esos bonitos ojos verdes con sus pequeños dedos trataban de quitarlo, sus boquitas chupaban con fuerza el chupón rojo y celeste, trataron de moverse en sus andaderos naranjas, pero terminaron chocando entre sí rieron al sentir el impacto, el chupón cayo de sus bocas dando paso a mostrar sus dos dientecitos Dani tenia los dos de arriba y Dae tenia los de abajo. Hasta parece que se coordinaron con los dientes.

Renata esperaba con ansias a que su Lynsi tuviera esa edad, quería verla jugar con los gemelos Hechevarria.



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En el texto hay: amor, chicos, fuck boys

Editado: 31.12.2022

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