—¿A donde vas Emily Miller? —la pelirroja entró gritando a su habitación.
—No te interesa, ¿acaso eres mi novio? —contestó Emily con un poco de molestia.
—Oye no es mi culpa de que te enojes porque no encuentres tu otro zapato —contestó Hanna acercándose a ella para ayudar a buscar.
—Acompañare a Ethan a una cena familiar —respondió con el zapato en sus manos.
—¿¡QUÉ?! —su amiga pego un grito— pero ¿cómo?¿Desde cuando se llevan tan bien?
El sonido de la bocina no dejó que respondiera y salió rápidamente de la habitación.
—¡Nos vemos! —gritó la rubia saliendo de la casa.
—¡Suerte! —respondió su amiga.
Se subió al auto y un rico aroma se hizo presente.
—Estas bien —soltó él sin despegar la mirada de ella.
—Gracias, igualmente —sin decir mas nada ambos hicieron silencio y se dirigieron hacia la casa de Ethan.
-.-.-.-
Algunos autos estaban estacionados en frente de una gran casa de dos plantas, bonita y con un hermoso jardín en el frente. Por las ventanas se podía apreciar que había varias personas dentro de la casa.
Ambos se bajaron del auto.
Menos mal que había decidido vestirse con un hermoso vestido que le había regalado su madre.
—No tienes que decir nada —Ethan se acercó hacia ella para ingresar a la casa.
El quiso tomar su mano pero no se dio cuenta y por impulso se alejó un poco de el.
—Lo siento —aun no se sentía tan segura.
Ethan tragó saliva pero no dijo nada.
Una mujer abrió la puerta sus ojos eran los mismos y claramente era la madre de él.
—¡Viniste hijo! —la mujer lo abrazó y el azabache no respondió.
La mujer dirigió su mirada hacia ella, con una gran sonrisa.
—Mucho gusto soy Margaret —saludó sonriente.
La señora era alta y con un lindo cuerpo, pelo largo y color marrón. Aunque parecía que su sonrisa ocultara algo.
—Emily —respondió ella sonriente.
La mujer los invitó a pasar, la casa era muy hermosa por dentro y habían varias personas.
—Ethan ¿Y esta hermosa muchachita? —dijo alguien a nuestras espaldas.
El rostro de Ethan se volvió serio.
Un hombre alto nos miraba sonriente su mirada decía muchas cosas y una de esa era misterio.
— Pensé que hasta para elegir novias ibas a ser lo peor pero me equivoqué —dijo sin despegar la mirada de ella.
—Rick el imbécil novio de mi madre —Ethan se cruzó de brazos.
—Yo... Mucho gusto —Emily extendió su mano y el la agarró.
La situación era demasiado incómoda, el ambiente estaba tenso. Quería irse de allí aunque se había comprometido a acompañar a Ethan.
—Yo iré al baño —dicho esto dejó a Ethan con el hombre.
La casa era bastante grande a tal punto que parecía un laberinto. Siguió caminando hasta que llegó a un pasillo.
¿Será el baño? Pensó.
La puerta se atascó y volvió a empujar. Se abrió.
—¿Qué buscas allí? —ella se sobresaltó— ¿Buscas el baño?
El tipo comenzó a acercarse. Ella se quedó inmóvil definitivamente ese tipo era extraño, le daba mala espina.
—Tan joven, hermosa e inocente —estaba enfrente de ella— como puedes estar con alguien como ese chico.
Su corazón latía rápidamente, estaba completamente inmóvil y las palabras no salían de su boca.
—¿Qué haces maldito imbécil? —llegó su salvación.
Ethan se acercó rápidamente y la tomó del brazo alejándola del sujeto.
—No te acerques a ella —la cara de Ethan emanaba enojo.
Se dio vuelta y observó a la rubia la miro de pies a cabeza.
—¿Este imbécil te hizo algo? —no entendía nada de lo que estaba ocurriendo— ¡Emily! —gritó.
—Yo estem... yo —las palabras no salían de su boca— el...yo.
—¿¡Qué le hiciste imbécil!? —Ethan gritó y la música del lugar disminuyó.
El hombre no hacía nada y solo sonreía.
—¡No exageres niño! —respondió.
Emily sabía que el estaba enojado y lo tomó del brazo.
—¿Qué sucede hijo? —Margaret apareció mirando a su hijo y a su marido.
—¡Este tipo es un idiota mamá! —dijo con enojo— y me voy... no soporto estar con este idiota.
Sin decir más nada tomo la mano de Emily y salió de allí.
Todos sus familiares estaban en silencio mirando.
—Ten cuidado donde te entrometes la próxima vez —dijo Rick.
Ambos se detuvieron.
—No te dirijas de esa forma a Emily —Ethan soltó la mano de ella para acercarse al novio de su madre.
—Ethan...hijo por favor...no empieces —su madre se paro a su lado.
—¡No soporto a este tipo! —gritó apartando a su madre.
Ethan estaba enojado y probablemente armaría un escándalo, su corazón latía rápido miro hacia todos lados y las personas miraban confusos la escena.
Se sentía cada vez más mareada su piernas empezaron a temblar.
—Ethan... —una mujer a su lado se acercó a ella rápidamente.
—¿Cariño te encuentras bien? —no sentía fuerzas ni para responderle— ¡Ethan!
Su rostro rápidamente cambió y se volvió a donde ella se encontraba.
—¿Emily? —el tomó su rostro entre sus manos.
—Ven cariño siéntate aquí, tu ve a traerle algo para tomar —la mujer le ordenó a Ethan.
Una vez que se sentó sentía como recuperaba de a poco el aire.
—¿Tomaste tus vitaminas? —preguntó seriamente él.
Ella sólo asintió.
¿Tan débil estaba?