Los colores de mi cielo

capitulo 4

—Yo... no quería reaccionar a si ... la llamada era importante y ...usted me arrebato el teléfono... —trato de explicar presa del pánico, alza una ceja.

—Y ¿qué llamada era tan importante para actuar de esa forma? — pregunta con altanería.

—Mi hijo sufrió un ataque de asma y fue ingresado ayer al hospital— digo con toda seguridad del mundo, nunca me avergonzaría de mi hijo.

—Ya veo... —pasa su mano por su barbilla— ¿qué hacía usted en la empresa a esa hora? —frunzo el ceño— me parece extraño que este después de tres horas de a ver terminado su horario— mi cara es de confusión eso es imposible a menos que el despreciable de Peter haya alterado mi horario.

—O sea, me estás diciendo que he trabajado fuera de mi horario... y yo que pensaba pedir cambio de horario— susurro lo último tocando el puente de mi nariz. Tengo un tic nervioso en el ojo izquierdo —he trabajo desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche todos los días de la semana sin descanso y me dices que es de 8 a 5 de la tarde—pregunto incrédula.

—Sobre los días, se supone que trabajas de lunes a viernes— corrige.

Tengo dos malditos días de descanso ¡dos! y nunca los he tomado. Esto me ha caído como balde de agua fría... estoy pensando seriamente en matar a alguien. He desaprovechado gran parte de mi tiempo en vez de estar con mi hijo.

— gracias al incompetente de Peter tengo que revisar el expediente de cada uno de los empleados para ver si ha alterado más—dice frustrado pasando su mano por su cabeza— puedes retirarte— me encamino hacia la puerta— cuando arregle este desastre me encargare personalmente de ti Karen—cuando dice eso me paralizo en mi lugar, trago grueso. Salgo lo más pronto posible de la oficina.

No puedo explicar lo que siento a hora mismo son demasiadas emociones juntas. Camino despacio tratando de organizar el mar de pensamientos que inunda mi cabeza. Mi andar es interrumpido por una mano y me sobre salto un poco. Es Nora.

—Karen que tienes... te he estado llamando desde que saliste de la oficina del bombo— me mira con preocupación—¿qué te dijo?,¿te hizo algo?

—he estado trabajando horas extras sin darme cuenta— rio sin gracia con la mirada perdida— sabias que debería estar trabajando de lunes a viernes— me mira sorprendida. Nora siempre está en la oficina todos los días, siempre me la encuentro en la hora de almuerzo y a veces comemos juntas.

—me estas tomando el pelo— niego —maldito hijo de perra— gruñe—aparte de pervertido es un explotador— dice con ira.

—no me encuentro muy bien Nora si me necesitas estaré en mi oficina—digo para irme sin esperar respuesta.

Voy a mi oficina sin interrupciones de nadie en estos momentos me encuentro en piloto automático. Entro y me recuesto en el sofá de hay en una esquina de la oficina, no tengo la fuerza suficiente para trabajar.

No sé cómo sentirme si feliz porque gracias a que Peter lo despidieron tendré más tiempo con mi hijo o enojada porque todo este tiempo fui engañada y trabajaba como mula. Impotencia por no quejarme y quedarme de brazos cruzados. Si tan solo hubiera hecho algo, Noah en estos momentos estuviera en la escuela y no en un hospital. Mi niño sufre por mi culpa, por no ser fuerte, por quedarme de brazos cruzados. Me concentre tanto en darle una buena vida que me aleje de él y para tener esa vida necesita de su madre y no puedo darle al padre que necesita nunca pude darle lo mejor a mi hijo porque nunca lo tuve. Le falle a mi hijo y me falle a mí misma.

Necesito llamar a Nick. 

 Él es como el hermano que nunca tuve y que siempre quise. Nos conocimos en un bar, Camila estaba borracha y armo un escándalo, Nick es el barman del local, Camila sabía que se iba a emborrachar y a Nick le dejo mi número. Después de eso Nick y yo nos mantuvimos en contacto y nos hicimos buenos amigo casi como hermano y es el único hombre de dejo entrar a la casa a quedarse. Noah dice que Nick es su hermano mayor y me alegra que se lleven bien.

En momentos a si Nick sabrá que decirme de algún modo sus palabras me reconfortan y me siento fatal.

...............

Le he dicho a Camila que pase a buscar a Noah al hospital no quiero que mi hijo me vea así. Le conté a Camila lo que paso esta mañana omitiendo sobre el puñetazo que le di al jefe.

Cuando llega la verdadera hora de salida me dirijo al departamento de Nick sé que estará allí, su trabajo comienza a las siete, el sigue trabajando en el mismo bar.

Nick es de estas personas adineradas, el hijo rebelde. Él vive en un hermoso departamento, el portero cuando nota mi presencia me deja pasar, no es la primera vez que vengo y Nick le ha dicho que cuando vaya que me dejase entrar.

Subo al tercer piso, doy unos cuantos pasos para llegar a la puerta y tocar el timbre. Abren la puerta y deja ver una chica semidesnuda. Por eso cada vez que vengo aquí siempre llamo para no encontrarme este tipo de sorpresa. La hago a un lado entrando al departamento y escuchando quejas de la chica. Ruedo los ojos.

— ¡Nick! —llamo, me detengo— ¡Nick! — escucho como algo cae al suelo luego pasos y un Nick saliendo en calzón y con el pelo desordenado. Se sorprende al verme.

—¡cielo! que sorpresa verte—sonríe nervioso y mira a todos lados— ¿y Noah?

—con Camila—me cruzo de brazos.

—se supone que debes de estar trabajando —dijo recogiendo su pantalón del suelo. Su casa en estos momentos es un asco— espera... te despidieron—abre los ojos exageradamente.

—no me despidieron —veo alivio pasar por sus ojos—quiero hablar contigo—digo lo más sería posible. Nick me mira con preocupación.

Por la misma puerta que había salido Nick otra chica se asoma. El solo me devuelve una de sus hermosas sonrisas.

—Nicolás vuelve a la cama— dice coqueta la chica.

—si Nicolás, te necesitamos— por la misma puerta se asoma otra chica y esta le guiña un ojo. Por si no lo han notado, Nicolás es un mujeriego de primera.



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En el texto hay: triste, drama, drama amistad

Editado: 12.04.2021

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