capitulo 11

Alguien: odio verte feliz

yo: lo siento... pero me vale verga

...

—La vida se podría describir como una montaña rusa de emociones, unas más fuertes que otras. 

No todos las disfrutan lamentablemente por distintas circunstancias. Es muy doloroso ver como una vida se acaba y ser testigo de ello es peor.

Algunos tenemos miedos de vivir la vida como queremos solo por el que dirán o sino simplemente el arriesgar cuesta mucho, pero si hubiera una segunda oportunidad ¿acaso lo dudarías? Tener miedo está bien, te hace saber que estas vivo.

¿Llorar? nunca me ha gustado hacer eso, pero no lo controlo, es inevitable no llorar. Cuando lloras sueltas todo el dolor acumulado, las lágrimas son las palabras que no podemos decir, las misma que se atoran en nuestra garganta, se siente como si estuvieras asfixiándote con esas palabras que el corazón quiere decir, esas mismas que no fueron dichas en el momento debido.

Pero cuando lloras salen todas y cada una de ellas liberando al corazón y cuando terminas de llorar te sientes más liviano.

Dicen que lo importante es llegar donde quieras no importa la forma... yo creo que sí importa porque el camino que elegimos sea el fácil o el difícil nos cambiara como persona y no seremos los mismo que él del principio, pero está en tus manos decidir el grado con que te va a afectar, es tú decisión ser más fuerte o ser débil.

No mires el camino de los demás, no digas que el de esa persona es más fácil. Nuestro camino está echo exactamente para nosotros. Tú puedes ver la carga de otro como la más ligera y esa persona la ve como la más pesada. Nuestra vida se debe pasar en bellos momentos y si no quieren suceder pues créalos tú mismo pinta tu camino elige las personas que quieres que estén en él y que pase lo que tenga que pasar.

—gracias tus bellas palabras de aliento para nuestra audiencia —dice cordialmente el entrevistador a Mery —siempre será un placer tener a una mujer como usted en este programa.

—gracias— dice sonriente— para mi será un honor estar aquí compartiendo con ustedes —dijo la vivaz mujer.

Apago la televisión y suspiro. De verdad por más que la escuche no podre ser aquello que quiero ser, me parece inalcanzable e irreal.

Ya hace dos semanas de la discusión de Nick, bueno si a eso se le puede llamar discusión.

Cae la noche, solo viendo películas con Noah, me gusta esta película, pero no recuerdo como se llama, solo sé que hay un súper héroe con un martillo y otro con un escudo y que están como Dios manda.

Terminamos de ver la película. Mando a Noah a lavarse los dientes para irse a acostar ya que mañana tiene clases.

Lo llevo a su cama y le deseo buenas noches dejándole un beso en la frente. Salgo y me dispongo a ir a mi habitación, pero choco con un cuerpo duro.

Siento el miedo recorrer mi cuerpo cuando me toma del brazo evitando que me caiga, el olor a alcohol y una colonia bien conocida para mí, inunda mis fosas nasales.

—Nick—digo sin pensarlo.

—no te equivocas— dice sonriendo.

—¿cómo llegaste hasta aquí? — dije cuando veo su traje lleno de tierra— ¿qué te paso? — me fijo en su cara y de su boca y ceja sale sangre.

—nada importante— restándole importancia— solo fui a un bar, bebí y bebí—dice riendo— tratando de dejar de pensarte, pero no pude, porque te extraño mucho— para de reír y mira mis labios. Trago duro—entonces salí, pero cuando venía de camino para tú casa intentaron robarme —vuelve a sonreír. Debo admitir que se ve adorable con el pelo revuelto—y llegue aquí, tome la llave que tienes escondida debajo el florero— dice susurrando como si alguien más estuviera ahí, para que no pueda escuchar. Eso me recuerda que estamos en el pasillo.

Lo tomo de la mano y lo llevo hasta mi cuarto.

 —no pensé en esto, pero por mi está bien— dice sonriendo. No sé de qué habla, hasta que veo como se acerca y comienza a quitarse el saco. Doy pasos a otras. Okey, esto se puso muy incómodo. 

—Nick— digo poniendo las manos al frente para pararlo y que no se acerque más —solo te traje porque estas herido— choco de la pared.

—¿enserio? —ya se había quitado la camisa dejando ver sus trabajados abdominales. Se veía desilusionado, creo.

Retrocede y es cuando me fijo que había dejado de respirar con tanta cercanía de parte Nick. Sé que pensaran " pero se abrazan todo el tiempo y se dan besos" si es cierto, pero él no me mira con deseo y eso me hace sentir rara.

Salgo de mis pensamientos cuando veo a Nick sentado en la cama mirando hacia la nada. Ahora que me fijo sus mejillas tienen un tono rojo muy lindo. 

Él es atractivo no lo puedo negar, su cabello castaño, sus ojos azules son preciosos no como los míos, azules sin vida. Tiene un cuerpo bien trabajado,

Si me preguntaran que me llama de Nick, diría que su sonrisa, es muy linda hasta se le forman hoyuelos.

Voy al baño en busca del botiquín cuando lo encuentro salgo y me pongo frente de Nick comienzo a sanarle las heridas. Todo en silencio solo se escucha nuestras respiraciones. Me sorprende cuando me pone sobre su regazo y pone su cabeza en el hueco de mi cuello aferrándome a sus brazos. Siento que mi corazón se saldrá en cualquier momento. Salgo de mi asombro cuando lo escucho hablar.

—perdóname— frunzo el ceño.

—no tengo nada que perdonarte—digo y acaricio su pelo revuelto—es más debería agradecerte por todo lo que has hecho por mí— sonrió— no sé cómo pagarte Nick, eres una grandiosa persona— tomo su rostro en mis manos. Por dios se ve demasiado adorable— es más si me dieran a elegir, sin pensarlo te elegiría sin dudarlo— el abre los ojos sorprendido por mi respuesta.

 —no soy tan bueno como crees —dice mirándome a los ojos— y si se cómo podrías pagarme—esta vez mira mis labios.

Sin previo aviso siento los labios de Nick sobre los míos. Son suaves y se sienten bien al contacto con los míos. No lo profundizo, el tampoco, solo es eso, sus labios junto a los míos.