Flashback
El señor Miller me ha invitado a una cena, según el como forma de disculparse conmigo por lo que me hizo y para que quedemos en buenos términos.
No era necesario ya que no fue a mí que me ofendió y prefiero mantener distancia con él. Así que decline la oferta, no se veía muy contento, pero tampoco dijo nada.
Mañana será fin de semana y tengo que dormir temprano. Noah, Nick y yo iremos al nuevo museo que abrió, según lo que busque en Internet este museo es muy educativo y fomenta el aprendizaje de forma divertida.
Cuando voy a subir las escaleras para irme a costar escucho que llaman a la puerta. Frunzo el ceño. Miro la hora son las 9:30 pm.
Abro la puerta y veo a mi jefe borracho hasta la coronilla que se lanza sobre mi haciendo que pierda el equilibrio y caigo al suelo el sobre de mí. Maldigo internamente.
—Karen— dice haciendo un puchero—¿porque no quieres salir conmigo? —dice poniendo ambas manos en lado de mi cara para no aplastarme totalmente.
—señor ¿qué hace aquí y a estas horas? — ignoro la pregunta que hizo y el hecho de su cercanía.
—es porqué soy feo— dice volviendo a hacer un puchero y poniendo ojos de cachorro— es porque soy muy frío contigo, podría ser diferente si me das una oportunidad— dice acariciando mi mejilla y mirando mis labios.
Antes de que haga otro movimiento más, hablo.
—me estas aplastando —digo desviando la mirada.
Siento como poco a poco el aire vuelve a mis pulmones. El extiende su mano para ayudarme, cuando hago el impulso de levantarme, el vuelve y cae sobre de mi golpeando su cabeza con la mía, pero eso no es nada comparado con lo que sentí cuando el aire abandono mis pulmones de golpe. Él es un hombre muy pesado debo decir y más si está casi inconsciente.
Maldigo internamente.
Se quita y vuelve a ofrecerme su mano y la aparto de un manotazo. No gracias no caeré de nuevo.
—señor aprecio su visita, pero debe irse, ya está muy tarde— digo cuando me recompongo.
—vas a dejarme ir así— pregunta incrédulo
—así vino —digo restándole importancia.
—pero vine en taxi y está muy tarde y mande a descansar a mi seguridad— dice haciendo puchero. Qué lindo— no puede dejar que me vaya así, soy alguien muy importante me podrían hacer daño— se queja.
Si como no, solo miren el tamaño de ese hombre quien se atrevería a hacerle algo, Pero esta borracho, me recuerda mi subconsciente.
— mi hijo está arriba—Digo para que deje de insistir, me da un poco de pena dejarlo que se marche así, pero tampoco lo puedo tener aquí, si Nick lo ve mañana, lo mataría y me mataría a mí de paso. Así que no, gracias.
—Será breve— dice juntando las dos manos a modo de súplica, con carita de perrito. Asiento y él sonríe triunfante.
—espérame unos minutos— digo subiendo las escaleras— y no te muevas —sentencio.
Subo las escaleras, voy a mi habitación, me quito el pijama poniendo ropa decente antes de bajar paso por la habitación de Noah y me cercioro de que este durmiendo.
Bajo y lo encuentro en la misma posición como un militar. Rio. Lo tomo del brazo cierro la puerta y nos dirigimos al garaje.
Abro la puerta del copiloto para ayudarlo a subir cuando termino subo al asiento del piloto. Va muy callado. Solo me dice donde tenemos que ir. Manejo por unos treinta minutos y cuando me dice que pare es cerca de un parque. Lo miro extrañada. Dudo mucho que un magnate viva en un parque.
Antes de que dijera algo, él ya había bajado solo me toca perseguirlo. Me pongo a su lado y caminamos en silencio.
El parque se ve muy lindo de noche, podría decir más bonito que de día.
Me detengo cuando no lo veo a mi lado ¿Cuándo carajo se fue? Miro a todos lados, hay muy pocas personas en este lugar.
Enfoco una banca a pocos metros donde estoy parada y veo su silueta, voy a su dirección. Se encuentra mirando a la nada. Me senté a su lado.
—cuando era pequeño mi mamá me traía mucho aquí —dice de repente —era nuestro lugar favorito— dice melancólico.
—es muy lindo— sonrió mirándolo— mi madre y yo éramos muy unidas —digo recordándola.
—¿Qué paso? —pregunta curioso mirándome a los ojos. Desvió la mirada.
—murió— digo recordando cuando me avisaron que había sufrido un accidente.
—la mía también—dice, lo miro. Está mirando hacia el cielo azul oscuro con pocas estrellas. Susurra algo que no entiendo.
—vamos se hace tarde—me levanto y extiendo la mano.
—primero a los columpios y luego nos vamos—dice.
Después de un tiempo en los columpios, solo disfrutando del aire fresco y el silencio cada uno en sus pensamientos.
Después del parque, ahora si me dice verdaderamente donde vive aparentemente en un hotel. Cuando bajo del auto veo que no se baja y voy al lado del copiloto. Rio cuando veo que está luchando por quitarse el cinturón de seguridad. ahora no puede.
Lo ayudo y se apoya sobre mí. Se comienza a tambalear.
—no te duermas— le suplico cuando veo que cierra los ojos— vamos eres muy pesado— me quejo.
Caminamos hacia el hotel, el recepcionista me ve y va a mi auxilio cuando ve mi cara de súplica. Le agradezco. El recepcionista me ayuda a subirlo a su habitación y abre con la llave maestra.
Antes de ponerlo en la cama, nos vomita a mí y al chico. Él y yo nos miramos asqueados y tiramos a Miller en su cama. El chico por su parte sale y yo me dispongo a ir al baño y me limpio su vomito con un paño.
Cuando termino salgo del hotel y me dispongo a llegar a mi hermosa y deseada casa.
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