Y era todo lo que necesitaba.
Todo...
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La cena estaba tan silenciosa, me dediqué en ponerle más atención a mi comida que a lo que estaba a mí alrededor. Mamá le pidió a mi hermano un pedazo de su filete, mi hermano molesto le contestó de una manera tan grosera: — ¡Cómetelo! ¡No me dejas comer a gusto!
Oh, Max, ¿porque tuviste que contestarle? Hermano mío.
Las palabras de mi hermano hicieron enfurecer a mi madre, en un ataque de ira mi madre tomó un pedazo de filete grande y le dijo: — Entonces ¡Trágatelo Cabrón!
Y allí vamos de nuevo, ella comenzó a gritarle sin compasión, mi hermano asustado le dijo: — No, ya no quiero.
— ¡Ahora te lo tragas! —Gritó ella. Lo que era una cena tranquila se convirtió en algo parecido a una guerra. Sólo que en lugar de bombas y misiles eran los estruendosos gritos de mi madre, que hacían que mi pecho estuviera desbocado. Mi hermano tenía miedo de mi madre y sus arranques.
Todo fue tan rápido. Todo fue tan incorrecto.
Mi madre tomó la quijada de mi hermano y la apretó para meterle el filete entero involuntariamente. Ella estaba lastimándolo, ella nunca lo había hecho antes, no pasaba más de un manotazo o un regaño.
Dios apiádate de mi pequeño, es solo un niño. —Recé por dentro.
Mi hermano emana miedo, él miedo ni siquiera lo dejaba llorar, sus llantos eran cortados por el miedo, imagínense la tortura que se ha de sentir verlo enfrente de ti, sollozar con la mirada perdida en el miedo, sus ojos era oscuros, tanto era su miedo que temía que se perdiera en sí mismo. Y no podía hacer nada, porque no tenía el coraje suficiente, estaba inundada en el miedo.
—Déjalo amor. —Insistió mi papá.
— ¡Mamá déjalo! —Grité llena de miedo.
— ¡Ya, mamá, déjalo! —Gritó mi hermana Sally con la voz echa nudo y con el alma hecha pedazos.
Nuestro entorno se convirtió en una pesadilla, deseo nunca haber estado en este momento, no saben cuan doloroso es mantener esta escena en mi cabeza.
Mi mamá parecía loca, estaba llena de rencor, esa no era mi mamá. ¡Quiero devuelta a mi mamá! ¡Me está asustando! ¡Ella no puede ser mi mamá! — Grité en mi mente hecha añicos.
Max emanaba miedo, sus ojos oscuros y llorosos pedían a gritos que Dios lo ayudara. A su corta edad, esto puede ser tan trauman te, y puede dejar secuelas en él.
Ella seguía insistiendo y lastimándolo. Mi padre de la desesperación, con sus manos empujo a mi madre, él no tenía otra opción, él nunca le había puesto una mano encima a mi madre.
— ¡Que lo dejes! —Gritó mi padre— ¡¿Qué te está pasando?!
— ¿Por qué me empujas?—gritó mi madre ofendida.
— ¡¿Eres consciente de lo que acabas de hacer?! ¿Qué tipo de madre eres?
Tomé a Sally y a Max, y los lleve a mi habitación. Mientras mis padres discutían, mi padre a favor de nosotros y ella diciendo locuras que ni ella entendía.
Ella tras nosotros con enojo dijo:
—: ¡¿Por qué demonios lloras, Sally?! —Gritó mi madre detrás de nosotros, ella levantó su mano y sin esperar más envolví a mi hermana en mis brazos y le di a mi madre la espalda para que me pegara a mí. Sin embargo no hubo ningún golpe a mi espalda, estaba siendo muy fuerte pero el miedo me inundó, mis piernas temblaban pero no me rendí. Ella se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer y quedo en trance.
— ¡Me largo de aquí!—Dijo molesta. Haciéndose la víctima.
—Entonces vete, pero a mis hijos no los vas a tocar. No más. —Dijo mi padre. Él estaba siendo muy fuerte, él la amaba pero prefirió quedarse con sus hijos. Su valor es algo que no me esperaba.
Y fue así como odié aquella noche en Junio de 1991.
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Ella no se fue, pero se encerró en su habitación anoche. Estoy a punto de salir. Pero mi padre me pidió que habláramos.
"Sé que él quiere mantenerme a flote, mi mente me va hundiendo con los recuerdos poco a poco."
—Joanne, he estado pensando en todo lo que pasó anoche. Y he hablado con Alicia y Joey, ellos están de acuerdo que te vayas a Londres a estudiar. Esta mañana compré los boletos de tu avión. Sales mañana a primera hora. Llevaras una educación mucho mejor que la de aquí. Y será... —Lo interrumpí.
— ¡¿Qué tú qué?!—Dije sorprendida, aturdida más bien, no podía creer sus palabras, realmente no quería asimilar sus palabras.
—Hija, sé que es difícil, pero necesito protegerte, estarás mejor haya, lejos de tu madre. Sally y Max estarán bien, los cuidaré. Quiero que tú tengas una mejor vida y un mejor futuro. Lejos de todos, lejos de Milton.
<<Milton>>
Su nombre no había sido nombrado desde aquella noche en que le dije a mi padre lo que había ocurrido, sin embargo no me atreví a repetir su nombre en voz alta.
—Papá tu no me puedes hacer esto ¡No puedes separarme de mis hermanos! —Dije.
—Hija, espero que algún día lo entiendas, es por tu bien, Esta todo listo. —Dijo.
— ¡Debiste consultarlo conmigo! ¡Sabes que no estaré bien, mis hermanos son todo para mí, no podré estar bien sin ellos!
—Ya está dicho, te irás mañana a primera hora. —Dijo tomando mi rostro y besando mi frente— No te pido que lo entiendas ahora, solo quiero que empaques tus maletas.
No me puede estar pasando esto, no a mí.
Si todo fuera más fácil y diferente, no tendría que irme.
Cuando comencé a empacar mi ropa en las maletas, todo se sentía triste, se sentía cruel. Quisiera que todo esto no estuviera pasando. Pero Dios siempre pone pruebas ¿No?
Tenía que ser fuerte.
Guardé mis pantalones de un lado y en el otro mis blusas, cuando comencé a sentir esa mirada que me acuchillaba una y otra vez en mi espalda.
Mamá.