Sentí como el corazón se me llenaba de agradecimiento, cariño y profundo amor a ellos. Retiré mis manos del rostro y los observé, con las mejillas empapadas de lágrimas, viéndome sorprendido de alguna manera de su reacción.
Robert, Jimmy, Jess, Mery, Joanne, me sostenían con una sonrisa, tratando de aliviar todo ese mar que había creado en el pecho.
Una pequeña sonrisa acompañó mis ojos llorosos.
Estaba a punto de hablar cuando la voz de un Frank borracho aparece a un metro de distancia. —¡OOIGAN, ¿QUIE-QUÉ?! —No se le entendía mucho. —¿Qué hay de mí? ¿Mi abrazo? —Mencionó tambaleándose de un lado a otro e hipando. —Si me bañé hoy…lo juro. —Terminó de decir y una carcajada nos acompañó a todos.
Los chicos hicieron espacio y con ademanes le pedían que se uniera al abrazo.
El olor a alcohol nos acompaña gracias a Frank.
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Los chicos habían conseguido calmarme, Joanne y yo estábamos en una de las habitaciones de la casa de Jimmy. Sólo hablábamos, ella sin problema alguno me escuchaba, con mucha atención, como si pudiera pasar la vida haciéndolo.
Sus ojos tienen ese brillo en ellos que me hacen sentir protegido, solté una pequeña risa al verme cautivado una vez más por su belleza.
Ella sin entender como he pasado de contarle lo de Jason y Elena a una risa sin explicación.
Una sonrisa nerviosa está en su rostro.
—¿Qué sucede? —Pregunta, aun sosteniendo mi mano.
Negué. —Nada, sólo aún no puedo creer que pueda tenerte conmigo. —Susurré y sus labios esbozan una leve sonrisa. —Me miro ahora y…siento que he dejado atrás al Jackson que te hace vibrar diferente.
Sus ojos están en los míos. Esos ojos mieles que combinan perfectamente con el universo de pecas que lleva sobre sus mejillas.
—Cuando estuve con…—Me contengo, y el rostro de Alex viene a mi mente. —Mi última novia. —Tragué saliva. —Todo se sentía frío…había momentos que se sentía bien estar ahí, otros días sólo quería que se sintiera así…ella nunca estuvo escuchando mis problemas tanto como tu lo haces ahora, por eso traté de no quebrarme ahí afuera, pero me sentí tan abrumado que no pude más. —Le confieso y ella sigue acariciando mi mano. —Me haces sentir en un lugar más seguro, mi amor.
Mencioné en voz baja, mientras mi mano acariciaba su mejilla.
—Tú también me haces sentir en un lugar más seguro. —Susurra y se acerca más a mí, besando mi nariz. —Me gusta que podamos ser el lugar seguro del otro. —Ella sonríe y asentí dándole por completo la razón. —No volverás a estar solo, Jackson. —Me susurra, uniendo su nariz a la mía. —Te lo prometo. Voy a estar contigo siempre…promesa de liga. —Dice entregándome su bandita para cabello. Una pequeña risa se me escapa de los labios y ella me acompaña.
Sé que estaba haciendo esto para animarme. Observé la liga que me ofrecía, y pregunté divertido. —Dime algo ¿esta es una manera de pedirme matrimonio? Por que estoy dispuesto a decir que sí.
Una carcajada se escucha de sus labios y tomo la liga.
—En realidad, esperaba que dijeras que sí. —Me dice y une sus labios a los míos en un beso duradero.
Una vez que nos separamos, tomé mi cabello e intenté hacerme una coleta, en realidad era un diminuto intento de coleta, Joanne consigue reírse, haciendo que mi corazón bombee más rápido.
—No sabía que necesitaba verte con una coleta hasta ahora. —Me dice y me sigue besando.
Comencé a reír y la rodeé hacia mí, quería tenerla más cerca.
—Creo que podría dejarme el cabello un poco más largo si a ti te gusta. —Le susurro en un tono más seductor. Ella muerde su labio y se ve feliz ante mi respuesta.
—Entonces creo que podría subirte un poco el animo esta noche. —Me susurra y se sube a mis piernas. Sus manos toman mi rostro y sigue besándome.
—Entonces creo que debería callarme ahora y dejarme llevar. —Susurré acariciando su espalda.
La habitación se tornó silenciosa, Joanne comienza a deslizar mi chaqueta, sin prisa le ayudo, y luego mis manos están en sus piernas, acariciando el borde de su falda de cuero.
Pronto nuestras respiraciones comienzan a mezclarse haciéndose una sola, sintiendo el calor y la adrenalina del momento. Poco a poco nuestros cuerpos comienzan a quedarse sin mucho encima.
Ella está besándome el cuello, provocando dentro de mí un mar de emociones y sensaciones. Pequeños suspiros se escapan de mis labios al sentir sus manos bajar por todo mi dorso con suavidad y lentitud.
NOTA DE LA AUTORA: Sé que a muchos nos les gusta leer nada que tenga que ver con tener relaciones sexuales, y que no son tolerantes a ningún nivel. Este es un aviso que efectivamente habrá una narración así, en lo personal considero que es un nivel aceptable que no cae tanto en lo explícito, pero es responsabilidad de cada quién leerlo. Pondré marquitas donde podrán visualizar el inicio y final de esta escena. De antemano, muchas gracias por tu apoyo, te quiero.
(***)
Mis labios están sobre los hombros de mi chica, haciendo un camino por su clavícula, explorando nuevos caminos, nuevas sensaciones, todo se siente íntimo, lento y profundo. Mis labios comienzan a bajar por su pecho, obteniendo a una Joanne curiosa, que pasaba sus manos medianas por mi cabello revuelto.
Mis ojos hicieron contacto en los suyos todo el tiempo, cautivando esa mirada llena de deseo en ella, provocándome aún más emociones dentro de mí. Ambos con el dorso descubierto comenzamos a explorar…a sentir cosas nuevas.
Mis labios besaban y saboreaban su pecho, obteniendo a una Joanne encorvada y jadeante que hacía que mis ritmos cardíacos se elevaran en placer. Excitándome más la idea de ella sobre mí, haciendo fricción sin pensarlo, sólo como respuesta a lo que mis labios estaban haciendo.