Capítulo 17
yo mato para vivir, y eso querido es lo que me ha mantenido viva
A si han transcurrido cerca de 3 meses, la vida rutinaria dentro del vaticano ha terminado, por fin la llevaran a una misión en contra de unos condenados de la línea de Judas, que están ocasionando grandes problemas en Estados Unidos. Salen por la noche de un aeropuerto privado, ella logra notar que el armamento que se encuentra todo vendito, curado y grabado como es necesario para matar condenados, es muy parecido al de la base de Sebastián, de hecho, la estructura y la tecnología del avión es parecido, como si hubieran sido hechos por la misma persona, eso a ella le sorprende, pero no pregunta. Ha logrado hacer pocos amigos, realmente no quiere hacer amistades, solo Klar logra arrancarle sonrisas de veces en cuando, ya no quiere arriesgar su estabilidad emocional haciéndose se amigó que después tendrá que dejar.
Llegan a su destino, bajan del avión y de inmediato son trasladados por helicóptero, sentada en el helicóptero por un momento se detiene a mirar a los lados, ve a sus compañeros que la mayoría están muertos de miedo, ella reacciona y se da cuenta de algo que no había notado, que la mayoría de los que está aquí, era religiosos, monjas o sacerdotes, y una parte más pequeña gente normal de campo, curanderos, ninguno a excepción de ella había llevado una vida totalmente militar, ella los vio más detenidamente a cada uno de ellos, y podía ver sus nervio y miedos, volteo a ver a su líder de grupo que estaba sentado cerca de la puerta, vio que en sus manos tenía un rosario, miro sus labios y logro darse cuenta de que rezaba. Ella empezó a reír, primero de una forma discreta y por más que trato de controlarse todos se dieron cuenta que reía.
Klar: ¿Qué te pasa?, ¿Por qué te ríes?
Rous: mira a tu alrededor, te puedo jurar que el 40% de ustedes no regresara
Klar: ¿Qué dices? (todos al escucharla la regresan a ver).
Rous: Por eso este grupo militar, y digo militar entre comillas no sobre sale, porque ninguno de ustedes es militar, mírate y míralos todos son sacerdotes o mojas, si no que curanderos y gente de pueblo.
Martin el líder del grupo se acerca ella y la mira de frente
Martín: no puedes decir eso de nosotros, hemos entrenado, tenemos más tiempo que tú, somos importantes en esta lucha somos…
Rous: no me mal interpretes (lo interrumpe) yo sé que todos tenemos una misión y estamos aquí para cumplirla, pero dos cosas querido decirte. Primero más tiempo y experiencia que yo ninguno dentro de este helicóptero, es más puedo jurar que ni en el vaticano hay nadie que haya tenido tanto contacto con los condenado y que haya matado tantos como lo he hecho yo, y dos para que rezas, rezamos diario, en la mañana, en la tarde y en la noche, nuestras armas esta curadas, en este preciso momento en el vaticano hay cerca de 200 sacerdotes y mojas rezando por nosotros, para que rezar más, que no crees en el poder de tu dios.
Martín: ¿mi dios?, dirás nuestro dios.
Rous: no querido tu dios, el mío no
Martín: si no crees en dios que haces aquí
Rous: quiero ser libre y si para ser libre debo de matar uno que otro condenado lo hare, a mí a diferencia de ustedes no me importa matar, en mi espalda ya traigo varios ya y no me importa traer otros
Martín: vives para matar (alza la voz)
Rous: no mato para vivir, (lo mira a los ojos) y eso querido es lo que me ha mantenido viva y eso me sacara viva esta noche.
Klar: ya calmémonos, estamos nerviosos, hay que tranquilizarnos.
Martín regresa a su lugar y Rous mira a los ojos a Klar
Rous: lo siento, así soy yo
Klar: realmente crees que no estamos preparados.
Rous: solo te diré algo, tú a tras de mí siempre, entendiste.
Klar: si
Después de casi 15 minutos de vuelo se logra ver una ciudad, en cuanto se ven las primeras luces, Rous empieza asentirse nerviosa, cada vez más incómoda en el asiento, trata de controlarse y por más que intenta no levantarse, no lo puedo evitar se levanta y se acerca a Martín que se encuentra todavía cerca de la puerta del helicóptero.
Rous: ya estamos cerca, a unos 5 minutos máximo
Martín: ¿Cómo sabes?
Rous: Es parte de mi don casi los huelo. ¿Cuántos son?
Martín: me informan que 4 máximo
Rous: no... son más son cerca de 12, y nosotros 6 ya llevamos desventaja. ¿Cuál es el plan?
Martín: bajamos en el techo, entramos, hay una religiosa en esa casa según la están tratando de convertir.
Rous: ¿pero ella quiere?
Martín: ella no sabe lo que hace, por eso tenemos que rescatarla
Rous mira hacia afuera del helicóptero
Rous: ya los veo. Es esa casa pequeña (apunta exactamente al lugar).
Martín: ¿Cómo sabes?
Rous: mi don…. Déjame bajar primero por favor
Martín: no primero yo soy el líder
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Editado: 23.03.2023