CAPITULO  38 HUYE LO MÁS PRONTO POSIBLE

CAPITULO  38

HUYE LO MÁS PRONTO POSIBLE

Sebastián la toma de la cintura, y la besa apasionadamente, ella trata de analizar la situación, pero no puede evitar perderse en los labios de Sebastián el cual la toma con una mano en la cintura y la otra la coloca detrás de su nuca enredándose en sus cabellos, ella se aparta de el

Rous: espera… no, no es el momento

El la mira a los ojos, y solo ve deseo, no deseo no , ve pasión. Ella se muerde el labio. Es tanta pasión y necesidad que siente uno por el otro que no se pueden contener, Sebastián de la cadera y la jala hacia el, mientras ella le desabrocha el cinturón a él; de pronto ella no tiene blusa ni sostén y el se encuentra ya en bóxer, el la toma de la cintura y la  carga llevándosela a la recamara donde la deja caer de un solo golpe en la cama, ella se sorprende al ver que el la avienta pero lejos de disgustarla de agrada bastante, los dos se miran fijamente, ella sin blusa ni sostén y el en bóxer, el  le desabrocha a ella el pantalón dejándola solo en pantaletas las cuales son como pequeños bóxer de dama, se vuelven a mirar fijamente, pero esta vez ella se recuesta completamente, cerrando los ojos y dando una leve sonrisa como se le dijera que puede hacer con ella lo que quiera, así que el  se sube encima de ella pero la voltea dejándola boca abajo, y empieza a besarla desde la nunca , bajando por la espalda mientras ella siente pequeños escalofríos que hace que se retuerza un poco, su piel se pone de gallina y el lo nota mientras sigue besando su cintura justo donde empieza la pantaletas, la cual toma con la boca, la sujeta con los dientes y la va bajando poco a poco, ella sienta un gran placer al sentir esos labios tan cerca de su cuerpo.

Por fin ella se encuentra  ya sin ropa, el se levanta de la cama poniéndose a un lado de ella mientras se quita el bóxer quedando sin ropa alguna, ella se voltea y justo cuando el está a punto de subirse , ella se inca en la cama y acomoda en la cabecera varia almohadas  , le hace señas que el se siente, el duda un poco pero accede y se sienta pegado a la cabecera de madera, mientras ella se agacha a la ropa en el piso y toma  un cinturón regresando a ver a Sebastián el cual la mira y ríe un poco, ella se acerca y le ata las manos juntas y las sujeta  de la cama  dejándolo inmóvil, mientras ella empieza besándole la oreja y el cuello bajando por el pecho mientras el cierra los ojos y se deja llevar; ella besa el abdomen llegando a la cintura, y baja a un más besándole el pene y acariciando sus genitales con la lengua, mira hacia arriba mientras introduce en su boca el miembro de el, cierra su boca con el adentro y succiona mientras se mueve de arriba abajo sin dejara de mirarlo a el. Puede escuchar como el jadea y respira más intensamente, cierra por un momento los ojos retira su boca y lo toma con las manos, y realiza movimientos suaves pero profundos de arriba abajo mientras lo regresa a ver, y lo observa que no le quita la mirada de encima y aunque jade y respira irregularmente, está enfocado en una sola cosa en ella, como un cazador esperando el momento preciso para saltar.

Sebastián: súbete necesito estar adentro de ti.

Ella lo mira y ríe, pero no accede a su petición, el repite “por favor súbete ya”, “por favor”, ella después de verlo suplicar varias veces accede y se sube dejándose caer lentamente, sintiendo cada milímetro de su pene al penetrarla, ella cierra los ojos y gime de placer, se la me los labios como si acabara de probar la fruta más dulce en su vida.

El placer lo invade cada vez más con cada movimiento de ella, la cuela se mueve lento pero profundamente,  el la mira a los ojos para ver su rostro el cual refleja placer en cada movimiento, ella se deja caer su torso a pocos centímetros de el  sin dejar de moverse , así que él le besa el  busto, pidiéndole que se acerque más pues le quiere besar el seno, ella de inmediato se accede y se acerca tanto que deja que el pezón entre en la boca de él , el cuan chupa y besa apasionadamente, ella siente a un más placer haciéndolo la gritar y gemir un poco más fuerte, es tanto su placer que la lleva hacer movimientos más rápidos y con más fuerza tomándolo a él del cabello y acercándolo más a su busto y haciendo que ella se acerque más a su oreja y le susurra “muérdemelos”, el obedece de inmediato y muerde los pezones de ella la cual grita de placer, y  hace que se mueva cada vez más rápido, gritando una y otra vez, él le dice “no te muevas así vas hacer que me vengas rápido”, ella escucha esta frase y lejos de detenerse se mueve mucho más haciendo que el poco a poco su ojos se pongan en color blanco y gritando “me voy a venir” ella se mueve más rápido lo cual le ocasiona que ella empieza a sentir como también se viene, el al sentir como se contrae por dentro ella de placer no puede evitar venirse con ella al mismo tiempo gimiendo y gritando de placer los dos juntos, es tanto el placer que el siente, que sin darse cuenta  ya ha roto el cinturón que lo tenía atado a la cama y la abraza mientras ella se deja caer sin fuerza después de acabar de venirse.

Ninguno puede hablar, las respiraciones de ambos son muy acelerada a penas y pueden controlarse, mientras ella sigue todavía sobre el. después de unos segundos ella se rueda y se acuesta a un lado de el, los dos se abrazan y sin darse cuenta se quedan dormidos.

Ella se vuelve a soñar en una vida pasada de joven mirando hacia el horizonte sentada afuera de una casa, a lo lejos se empieza a escuchar una flauta que toca una canción muy alegre, ella se pone a bailar descalza sacudiendo una gran falda color verde  olivo, brinca de un lado a otro, mientras el sonido de la flauta se escucha cada vez mas cerca, ella se siente cada vez más a legre al escuchar la flauta cada vez mas cerca, puede sentir una alegría inmensa al voltear y ver a que es Sebastián el que ha llegado de la cacería  y toca la flauta, ella corre y lo abraza , sintiendo una gran tranquilidad y felicidad.