Los demonios de Pangea

Capítulo 12

Mi cuello me dolía, mis brazos estaban sin fuerzas y la espalda me estaba matando, claro, me dormí sobre una incómoda silla, solo a mi se me ocurre tal torpeza, solo recuerdo ver a mis hermanos plácidamente dormidos y mis ojos simplemente comenzaron a pesar, Mateo entró a la habitación con una bandeja llena de medicamentos y pomadas, Ulas desperto y Mateo comenzo a darle los medicamentos y a aplicarle pomadas donde su piel estaba lastimada, de igual forma hizo con Amel, para finalizar quiso revisar mi hombro y los moretones que había en mi cuerpo pero cuando retire la camisa, las heridas no estaban.

Exacto, no estaban, mi piel estaba intacta, los moretones, las heridas que dejó Ulas poseído no estaban, como si jamás hubiese pasado, Mateo me miró extrañado y yo le regresé la mirada de igual forma, ¿cómo es que todo desapareció sin más? No podía entenderlo así que simplemente tomó todo y salió de la habitación, no sin antes avisar que tenía preparado el desayuno en la cocina.

— ¿dónde está mami? — pregunto Ulas con sus enormes ojos curiosos bien abiertos.

— mami tuvo que irse— le respondí con un enorme nudo formándose en mi garganta.

Amel solo se quedó callado con la vista gacha, el sabía que nuestros padres habían muerto, aunque yo se lo acababa de confirmar, no sabía como explicárselo a Ulas, el apenas sabía que estaba enfermo, creo que jamás le llegamos a hablar de la muerte.

—¿ a donde se fue? — me miraba tan inocentemente, tan tierno y pequeño como lo recordaba.

— solo se fue, un día la veremos otra vez— quizá así dejaría de preguntar.

—¿ y mi papi? — pregunto ahora.

— se fue con mami, un día estaremos todos juntos de nuevo, por ahora, estarás con Amel y conmigo, estaremos los tres siempre, lo prometo— y los tome a ambos en un abrazo que duro un par de minutos.

Luego bajamos a desayunar mientras Mateo cargaba algunas cosas en la camioneta, pude ver que estaba bastante adolorido así que al subir todos le dije que se fuera al asiento del copiloto, para que descansara un poco, y yo conduciría todo el camino hasta la casa de su padre.

El recorrido fue algo tedioso para mis hermanos, después de todo seguían siendo niños y ellos se estrenaban rápidamente y más dentro de un auto por tanto tiempo sin tener mucho que hacer hasta que finalmente se quedaron dormidos.

Al llegar al camino de tierra que nos dirigía hasta la casa del padre de Mateo todos estaban despiertos, cuidadosamente llegamos al lugar y obligue a mis hermanos a permanecer dentro del auto mientras Mateo y yo bajamos a la casa.

Todo estaba oscuro y en silencio lo cual nos pareció extraño teniendo en cuenta que ya Mateo había acabado con quien amenazaba la vida de su padre, aún así este se anunció para que evitar que como la vez pasada este nos atacase.

— papá, soy yo, Mateo, ¿estás allí? — grito desde la entrada pero no recibió respuesta.

Entramos a la casa cuidadosamente y Mateo saco su arma y apunto frente a él.

—¿papá? — intento de nuevo.

Pero nada, ya para ese momento nos dimos cuenta que algo malo sucedía, entramos a la sala estaba vacía, no había nadie, cautelosamente Mateo subió las escaleras y yo detrás de él, al llegar a la habitación de la segunda plata pudimos ver una figura acostada en la cama, pero las luces del lugar no funcionaban, tome mi celular y active la linterna.

Para nuestra sorpresa, el padre de Mateo se encontraba acostado, frío y tieso, estaba muerto, sus labios eran de un fuerte color morado, estaba hinchado al punto de parecer que iba a explotar, desprendía un olor putrefacto que nos llenó rápidamente y nos heló hasta los huesos, por un segundo quise vomitar pero algo extraño ocurrió, su abdomen se movía, había algo allí, Mateo se acercó, y uso un cuchillo para abrir la ropa de su padre, definitivamente había algo, estaba moviéndose dentro de él, Mateo quiso tocarlo pero tome su mano cuando estaba a centímetros de la piel, instintivamente lo alejé un poco, no sabía lo que estaba haciendo, no entendí porque no lo dejé tocar a su padre pero algo dentro de mi si sabia exactamente lo que ocurría, tome el cuchillo de Mateo y lo clave en el estómago del padre, abriendo un gran agujero por donde metí mi mano, sentí algo revolcarse entre mis dedos.

Logre apretarlo dentro mi puño y lo saque con fuerza del cuerpo, un asqueroso pedazo de engendro estaba revolcándose en mi mano intentando soltarse, parecía una serpiente pero tenía dos pequeñas patas delanteras con 3 grandes garras y su cabeza era como un gusano, sin ojos y solo una abertura que parecía su boca llena de afilados dientes amarillos.

— es un parásito — hablo Mateo.

—¿ que rayos hace esta cosa dentro del cuerpo de tu padre? — yo seguía viéndolo con curiosidad, mientras el pequeño mounstro seguía luchando por soltarse.

— no lo se, ellos necesitan de un demonio para sobrevivir, viven dentro de ellos, y estos los usan para matar, este pronto morira— y dicho esto, la criatura comenzó a cambiar de color, antes era entre morado y negro, luego se tornó más y más oscuro hasta que dejó de moverse y cayó sin vida hecho cenizas que desaparecieron de mi mano rápidamente.

— puede que haya un demonio cerca entonces — afirme, mientras examinaba el resto de la habitación.

— es posible, tenemos que irnos ya— y justo al dar la vuelta pude escuchar un grito agudo que venía de afuera.

Eran mis hermanos, estaban afuera en el ayto y algo estaba pasando, corrí escaleras abajo rápidamente para salir y notar un enorme perro de color negro totalmente horrible, tenía 6 patas en lugar de 4 su mandíbula era mucho más grande que la de un perro y sus dientes enormes sobresalían de ella, su espalda estaba arqueada y de ella salían púas gigantes, no tenía ojos pero estaba atacando ferozmente la camioneta intentando matar lo que había dentro de ella.

Corrí hacia el auto e intente dar la vuelta para llamar la atención del demonio desde el otro lado, si, fue algo estupido pero prefiero que me atacara a mi que a mis hermanos, Mateo comenzó a dispararle al demonio al salir de la casa pero las balas parecían no hacerle ningún daño.

— HEY!! por acá!!— grite desde el otro lado de la camioneta.

El demonio se detuvo y saltó por sobre el auto, mis hermanos seguían gritando aterrados mientras el demonio intentaba alcanzarme pero yo había echado a correr hacia el camino de tierra, solo tenía que alejarlo de allí.

Corría rápidamente con el demonio detrás de mi, pronto me alcanzaría, era demasiado rápido, mi vista se nubló, y parpadee fuertemente, mis ojos tornándose negros, el miedo desapareció por completo, me detuve abruptamente y me di la vuelta, el demonio se detuvo también a centímetros de mi, se quedó completamente quieto mirándome fijamente, es difícil de decir ya que no tenía ojos.

Su gran boca a centimentros de mi cara, seguía salivando, y respiraba fuertemente, su aliento era asqueroso y sus dientes estaban casi tocandome, aún así la ausencia de miedo era increíble, levante mi mano y la puse en su cabeza, e inmediatamente este se inclinó hacia adelante, como una reverencia, pude sentirlo, sus emociones, su voz en mi cabeza.

"Ego autem serve adsum" su voz resonó gruesa en mi mente. "Estoy aquí para servirle".

Unos disparos resonaron seguidos de pasos corriendo, era Mateo, venía con una enorme arma disparando al demonio y este se abalanzó sobre Mateo intentando matarlo, corrí detrás, empuñe la daga roja recordando que la había guardado en mi pantalón antes de salir, y brin que sobre la espalda del demonio, clavando la daga directamente en su cabeza, este chilló, mientras se tornaba completamente negro convirtiéndose en ceniza y haciéndome caer sobre Mateo.

Por un momento nos vimos a los ojos, los míos completamente negros y los suyos, tan azules que podía perderme en ellos, jamás los había visto de cerca, eran hermosos, el tipo de ojos que podía hacer suspirar a cualquier mujer, me mantuvo totalmente hipnotizada por unos segundos hasta que mi vista se nubló de nuevo y me obligó a parpadear, regresando mis ojos a su tono natural, Mateo volteo rompiendo nuestro pequeño trance y cuidadosamente me ayudó a levantar.

Mis mejillas se tornaron rojas y oculte mi rostro bajandolo un poco, no quería que el viera que me sonroja por su culpa, así que solo corrí de regreso a la camioneta para comprobar a mis hermanos, ambos estaban bien por suerte, solo muy asustados

—¿ que mierda era esa cosa ? — me grito Amel.

— oye!!, que es esa palabra por dios— le regañe.

— era un protector, una especie de sabueso de pangea, protege a los carniceros y demonios mayores— hablo Mateo mientras se acercaba a nosotros.

— pero no hay demonios aquí, ¿o sí? — pregunto Amel mirando a todos lados desesperado mientras Ulas solo estaba abrazado a mis piernas.

— no, debio recibir órdenes de proteger la casa quizá o ver quien llegaba — explicó— tenemos que irnos, no sabemos si van a volver— prosiguio 

—¿ quien va a volver? — cuestione.

— lo que sea que mato a mi padre— metió su arma en el maletero y seguido subió al asiento del piloto.

La camioneta tenial algunas abolladuras y marcas de garras pero funcionaba así que subí a mis hermanos de nuevo al auto y tomé el asiento del copiloto.

— el protector, no me ataco, pero dijo algo, en mi mente, pude escucharlo— le dije pausadamente mientras Mateo conducía lejos del lugar.

—¿ que? ¿En tu mente? ¿ qué te dijo? — sonaba preocupado 

— dijo " estoy para servirle " pude entenderle— Mateo me miró de reojo.

— los protectores solo sirven a demonios mayores y carniceros, tenemos que averiguar que rayos tienes dentro pero ya — declaró decididamente mientras pisaba el acelerador haciéndome inclinar hacia atrás contra el asiento.

—¿ y ahora donde iremos? — no quise mencionar el hecho de que su padre había muerto.

— lejos de aquí, conozco a alguien que puede ayudarnos, un antiguo colega, solo espero que ya no quiera matarme— dijo apenado.

—¿ porque querría matarte? — pregunte curiosa.

— porque le rompí el corazón, es mi ex novia— no volteó a verme cuando lo dijo solo siguió viendo el camino.

— ¿ qué le hiciste? — si, había un pequeño bichito de celos picandome en algún lado.

— dormi con su hermana— me miró de reojo, y solo pude mirar hacia el camino esperando que la dichosa ex, pudiera ayudarme.



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En el texto hay: demonios, muerte, terror

Editado: 14.04.2020

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