Los Demonios Mentales (libro 1)

Capítulo 3

Capítulo 3

 

"Desilusión"

 

“¡Yannick!”

Gritó mi madre y mi corazón empezó a latir fuertemente como si quisiera salir de mi boca,  ¿qué hacía aquí?

Justo en estos momentos demasiados difíciles para mí.

— ¡Estoy en el baño! —Grité para que oyera bien y ni se le ocurriera entrar. Porque si lo hacía estaría en un grave problema. No solo descubriría que me lastimé a mí mismo, si no que me trataría de loco y la verdad no tenía ganas de entrar en discusiones…

“Mi madre acostumbra venir demasiado tarde... No sé porque hoy, está aquí tan temprano”, pensé.

—Yannick... —La oigo decir y golpear la puerta del baño.

—Mamá, ahora no puedo.

—Te espero en la cocina —Escuché su voz y salió de mi habitación.

Cuando no sentí ni un sonido más, rápidamente puse el alcohol en mi brazo, agarré algodón y lo pasé sobre mi piel lastimada, sintiendo que el dolor hace que mi estómago de punzadas. Después de dejar la herida más o menos estable, la oculté y salí para recibir a mi madre en la cocina.

Estaba sentada en la mesa, tan tranquila, con el celular en sus manos.

—Hola... —Le dije temiendo que hubiera sospechado algo. Me dio una leve sonrisa, y me miró a los ojos para empezar a hablarme.

—Escucha... Mañana, pasado y hoy a la noche, viajo Yannick.

El sábado era mi cumpleaños.

Un nudo en la garganta fue a formarse, hasta hacerme doler el pecho por la tristeza que me hizo sentir esa noticia.

La verdad pensaba en el fondo de mi corazón, en algo positivo, pensaba que quizás no sería tan malo mi cumpleaños, pero ahora todo lo positivo se fue volando para darle lugar a lo triste y negativo.

— ¿Por qué? —Pregunte haciendo como que no recordaba que este sábado era mi cumpleaños.

—Cosas de trabajo.

"Trabajo" siempre era eso… Hasta creo que ella y papá, prefieren más su profesión que a sus hijos, bueno, es mi parecer, y ahora lo está demostrando muy claro.

— ¿Por qué me lo dices a mí?

—Porque esta noche vas a ver que preparamos nuestras maletas y nos vamos— Me contestó con el rostro serio y secamente.

Mi madre siempre fue seria conmigo, de ese modo, nunca pude bromear con ella, siempre fue muy directa. Me decía las cosas y listo, le tenía que obedecer o hacer, no quedaba otra, porque era mi madre.

A veces con mi hermana era distinta, hablaba más (las pocas veces que estaba en casa), a veces se reía, por eso mis pensamientos se dirigían que se sentía más cómoda con mi hermana.

Todas mis buenas esperanzas se fueron. Mi cumpleaños otra vez no iba a ser algo distinto, iba a ser lo mismo o incluso peor que todos los años.

 — ¿Esta noche se van?

—Sí, esta noche.

—No es nuevo para mí —Le dije para que notase mi desilusión y  así por fin se daba cuenta de que yo no quería que se fueran lejos como siempre, que a veces me gustaría pasar un tiempo con mis padres... Aunque la mayoría de veces me sentía mejor, solo, sin ellos…

—Yannick —Contestó.

Yo negué con la cabeza y empecé a subir las escaleras.

—Que tengan buena suerte en su viaje del trabajo.

Fue lo último que contesté y me encerré en mi habitación. Ni siquiera vino a verme, solo sentí la puerta principal cerrarse y nada más...

Ya se había ido.

Ni siquiera me preguntó cómo me había ido en la escuela, si había comido, si estaba molesto, si tenía hambre, si estaba aburrido, si me odiaba a mí mismo, si quería seguir en esta casa. Ninguna pregunta. Me dejó en un olvido.

Solo esta noche vendría a las apuradas con mi padre y luego se irían hasta unos largos días. Di un suspiro.

Tenía ganas de llorar, y no era la primera vez que me pasaba eso. Me vivía pasando, es más creo que me sabía de memoria los sentimientos que tenía cuando me venían esas ganas de llorar.

Pero hoy no quería... ¿Porque siempre tenía que llorar y nunca ser fuerte y aceptar lo que me estaba pasando? Traté de olvidar los problemas y sonreí en mi cuarto, solo.

Se me acababa de ocurrir una idea muy importante para mí...

El sábado día de mi cumpleaños: Pensar que mi cumpleaños no existe.

Pero lo que nunca me voy a olvidar es de la desilusión que me he llevado.

 

A la noche cuando volvió mi hermana le conté la noticia que mamá me había comunicado esta tarde.

Todavía no habían venido a buscar las cosas, pero supongo que dentro de un rato vendrían. De seguro, no iban a perderse su "viaje", nunca lo hacían y porque lo harían hoy… No había nada importante que ellos recuerden, salvo el cumpleaños de su hijo más pequeño.



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En el texto hay: depresion, drama, juvenil adulto

Editado: 02.12.2024

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