Los Dieciséis Guerreros (libro 2)

Capítulo 13

Alan estaba en su habitación; no había salido de la Fortaleza desde la partida de todos los Guerreros. Evaluando la situación en cada escaque, había descansado muy poco. Estaba leyendo la descripción de los demás escaques, infortunadamente no podía enviar a los Guerreros a todos ellos. Los mundos con seres extremadamente avanzados y los mundos cuyos habitantes fueran todo lo contrario, estaban fuera de las posibilidades. La mayoría de los escaques estaban en un término medio, lo cual era una ventaja. 

Alan suspiró. A la par de él, tenía varios periódicos, todos con malas noticas únicamente del planeta Tierra. Los miró de soslayo; estaba seguro que las noticas desastrosas que contenían eran causadas por la actividad de los Terrorianos: “Explosión y tiroteo con víctimas en ataque a Universidad Americana en Kabul”, “Terremoto en Italia”, “Bomba en Turquía durante una boda”, “Atentado suicida causa 41 muertos en aeropuerto de Estambul, Turquía”, “Letal ataque y toma de rehenes en un café en Bangladesh”, “84 muertos por ataque terrorista en Niza”, “Colombia rechaza el acuerdo de Paz”, “600,000 niños continúan sufriendo los estragos de huracán Mathew”; eran tan solo unas cuantas de la situaciones que estaban sucediendo. Sintiendo una profunda tristeza por lo que ocurría en su propio planeta y con su gente, Alan pensaba en todas las personas que estaban sufriendo en ese momento, aprovechando que de alguna manera eso le motivaba a continuar hasta acabar con ello, pero no podía dejar de preguntarse si finalmente podrían lograrlo y cuánto tiempo iba a tomar.

Lyonel entró en ese momento. Estaba muy agitado y jadeando se acercó a Alan.

-Su majestad, – dijo Lyonel sintiéndose culpable de interrumpir.

-Ya te dije que no me llames así…

-Lo siento, Alan. Las elecciones para presidente en Estados Unidos acaban de terminar. Ganó quien temíamos... -  Alan se estremeció y Lyonel continuó: – No sé si tenga algo que ver con los Terrorianos.

-Lo veremos.

-Pero más urgente… - titubeó el joven como si no quisiera decirlo, - …recibimos una carta negra…

Alan palideció al instante. En los tres años que llevaba siendo un Peón, jamás habían recibido una carta negra, pero sabía exactamente lo que significaba. Vacilante, recibió el sobre grande de las manos de Lyonel, éste estaba a punto de retirarse, Alan le indicó que se quedara. No quería estar solo para eso y además confiaba plenamente en él. Lentamente, abrió el sobre y un conjunto de fotografías extrañas se deslizaron de él y cayeron al suelo.

-Lo lamento, – se disculpó Alan por su torpeza y junto con Lyonel leyó una nota escrita. Luego, completamente desconcertados y con el entrecejo fruncido, contemplaron las fotografías.



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En el texto hay: peleas, romance, guerreras

Editado: 08.06.2024

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