Al llegar al escaque de la Fortaleza del Imperio Blanco, Kháli se alejó de Ronnman rápidamente. Era innecesario que la Torre la mirara tan enojado, ella no tenía la culpa de que el gobernador Rupert se hubiera enfadado con ellos minutos antes de partir.
Kháli giró a ver al Mayalle que los acompañaba; Rik no había dejado de sonreír desde el momento en que tomó la mano de Kháli para viajar entre escaques, le había avisado a su padre y a Geratyne sus intenciones tan solo minutos antes de que los Guerreros partieran; despreocupado por la reacción de sus familiares y demás Mayalles, Rik se había unido al pequeño grupo de lo más emocionado. Ronnman estaba furioso, pero Kháli no sabía si era por Rik o porque aún tenía tres balas en el cuerpo, había comenzado a cojear. Estaba preocupada.
-¡Guau! – exclamó Rik al ver la magnífica Fortaleza. - ¡¿Ahí es donde viven?!
Gertrude asintió con su enorme cabeza. -Nuestra Fortaleza.
-La mayoría de Guerreros vive ahí, pero yo vivo con mis padres, - Kháli señaló la pequeña casita.
-¡Oh! ¡Vayamos a saludarlos! – exclamó y sin preguntarle a nadie su opinión comenzó a caminar en esa dirección.
Kháli se encogió de hombros ante la mirada molesta de Ronnman y mientras los otros dos Guerreros fueron a la Fortaleza, ella siguió al Mayalle.
-¡Ah, hogar, dulce hogar! – exclamó Rik cuando estuvieron en frente. Se cubrió la parte superior de los ojos para poder ver mejor. El sol brillaba fuerte ese día.
Kháli sonrió, rodó los ojos y entró.
-¡Oh, gracias a todos los mundos que estás bien! – exclamó su madre abrazándola.
Kháli sintió un enorme alivio al abrazar a sus padres; jamás había estado tanto tiempo lejos de su hogar. La Terroriana y los demás sucesos parecían algo lejano e irreal mientras estaba al lado de sus padres.
Jerome miró a Rik. -¿Quién eres tú?
Rik ofreció la mano de lo más alegre. -¡Soy Rik!
Ariadna también lo miró. -El hijo del gobernador de los Mayalles, ¿Por qué lo trajeron aquí?
-Él insistió en venir, - respondió Kháli, de pronto se sentía avergonzada.
-Me alegra verte bien, - dijo Jerome posando su dulce mirada sobre su hija y la mano en su hombro. Su expresión se tornó en una preocupada. - Deberías ir a la Fortaleza, el resto de Guerreros llegaron hace poco.
-¡¿Están todos aquí?! ¡¿Están bien?! – se apresuró a preguntar.
Sus padres vacilaron y su madre dijo - será mejor que vayas.
Kháli asintió y comenzó a irse hasta que notó que Rik la iba a seguir.
Ariadna lo detuvo. -Un momento, - tú no puedes ir.
-¡¿Por qué no?! – preguntó ofendido, - ¡Vengo en son de paz!
-Si no lo hicieras, te tendrías que enfrentar a catorce Guerreros… pero no es por eso, La Fortaleza solo permite la entrada a los Guerreros Blancos. Matará a quien no sea parte del ejército.
Rik se estremeció. - ¿Quieren decir que solo dieciséis personas pueden entrar ahí? – preguntó al contemplar el enorme edificio, -… qué solitario…
-Bueno… - dijo Kháli pensando en ello, - la hermana de Jim puede entrar… Julian también … y Lyonel… y Bill, aunque no sé si él cuenta.
-¡Un momento! ¡¿Otros hombres pueden entrar contigo pero yo no?! – su tono fingido de herido la quería hacer reír.
-Deja de perder el tiempo de mi hija y entra, – reprochó Ariadna tirando de Rik de regreso a casa.
Kháli corrió hacia la Fortaleza. Sintió una tremenda calma al pasar por los pasillos repletos de obras de arte. Notó que había algunas nuevas añadidas a la colección durante su ausencia. “En casa estoy”, pensó y deseó que alguien la fuera a saludar con la misma alegría con la que la recibieron sus padres.
En lugar de ello, la esperaba una escena horrible al encontrar a sus compañeros reunidos.
-¡Oh, por Dios! – fue lo único que pudo musitar al verlos.
El grupo de Cai, Bynner, Julian y Diana parecía haber estado en una fogata que había salido mal; tenían varias quemaduras, sus uniformes estaban manchados de color negro, sus mejías estaban grises, sus ojos irritados y su pelo parecía chamuscado.
El grupo de Rochelle, Rita y Reff parecía haber nadado dentro de un pantano; todos estaban chorreando agua, tenían tierra en los rostros y sus uniformes estaban enlodados.
-¡¿Chica, cómo es que tú pareces como si hubieras ido a un hotel de cinco estrellas?! – exigió saber Rochelle.
-Fue todo gracias a Ronnman. Créeme, si no hubiera sido por él, no estaría viva.
El primero en acercarse a Kháli fue Cai. Se abrazaron contentos de que el otro estuviera bien.
-¿Dónde está Jim? – preguntó Kháli con alarma al notar la ausencia de su amigo. - ¡¿Y Alexandria?!
-Tranquilízate, muchacha - dijo Bynner; Diana estaba atendiendo las quemaduras del Caballero. - Alexandria está atendiendo a Danna quien está muy malherida, luego irá con Ronnman. Jim... está en su habitación.
Editado: 08.06.2024