Un grupo de niños jugaba en el patio hasta que a una amiga se le ocurrió la magnífica idea de jugar a quien canta mejor como su artista favorito.
Uno a uno, con voces chillonas y entre risas y burlas cantaban como las estrellas pop del momento.
Cada uno, menos el más joven, que con siete años, no parecía muy contento con el juego.
— Vamos, no seas tímido, sabemos que te gusta la música — decían tratando de animarlo mientras el dudaba.
Tras varios intentos de convencerlo, cantaron un poco más hasta que finalmente lo convencieron.
Respirando profundamente y afinando lo más que pudo su voz, entono de forma maravillosa una canción de su artista preferido, Andrea Bocelli, sin embargo, a pesar de que se esforzaba por alcanzar el tono adecuado, más que tenor, sonaba como soprano.
Sus amigos lo miraban sorprendidos, en silencio hasta que termino su interpretación.
Si tan solo hubiese estado alguien que entendiera...
Los niños, que antes habían estado callados, se empezaron a reír y burlar del pequeño soprano con aires de tenor.
Reían, mientras decían "que aburrido, canta como los viejos y suena feo"
Sin dejar de reírse, se marcharon dejándolo solo y cabizbajo.