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La resurrección del genio

El problema de los procesos actuales de clonación es que recuperamos el cuerpo de las personas pero a la vez, creamos a una completamente nueva, pues, la mente se desarrolla por vías distintas de acuerdo a la crianza.

De esta manera, cuando clonamos a cierto dictador sanguinario y loco, no obtuvimos eso, más bien, conseguimos un niño sano, amable y bien portado, que finalmente se convirtió en un adulto de bien que tuvimos que adaptar a la sociedad contemporánea por razones éticas. Ahora mismo está por las calles de la ciudad con ropa y peinados acorde al contexto y a nadie ha causado daño, de hecho, estamos un poco decepcionados.

En nuestra búsqueda de la eternidad de la mente, hemos realizado nuevos estudios con el fin de encontrar la forma de revivir a una persona que haya muerto, ya sea hace poco tiempo o hace mucho tiempo, con un cuerpo rejuvenecido y la mente que dejo antes de morir.

Esta situación desencadeno un conflicto de intereses que dividió al grupo de investigación, pero que finalmente se unifico después de haber descubierto en partes iguales un proceso capaz de restaurar la mente a partir de una duplicación genética neuronal.

De esta manera, cuando obtuvimos material genético de un antiguo genio, pudimos restaurar su cuerpo, de hecho, la parte más conflictiva fue esa, pues, al crear al cuerpo, también se creaba una persona, siendo necesario para la resurrección solo el cuerpo, que actué como un contenedor compatible, así que tuvimos que inducir el coma con la esperanza de que cuando el cuerpo alcance la edad necesaria, no se haya desarrollado una mente que complique la situación moral del proyecto. A pesar de eso, tuvimos asistentes que reportaban haber visto patrones característicos en los movimientos de los ojos que denotaban cierta personalidad y tuvimos que encubrir el asunto para calmar su agitada conciencia.

A pesar de que cada vez había más evidencia de que ese cuerpo estaba desarrollando una persona, tuvimos que apartar la mirada para proseguir el proyecto, aun ante las quejas de otros colaboradores que terminaron desarrollando afecto por el sujeto destinado a ser el contenedor de la mente del genio que queríamos revivir.

Para cuando el cuerpo tuvo la edad necesaria, el cerebro había desarrollado completamente todas sus conexiones y había adoptado el mismo potencial del que tuvo en vida, era momento de comenzar el proceso de resurrección.

Muchos colaboradores renunciaron cuando comprendieron completamente el proceso necesario para la transferencia.

Fue necesario obtener el cerebro, el cual fue conservado para su estudio, a la fuerza y analizar su estructura física y química.

Cuando tuvimos todas las variables que necesitamos, fue necesario sacar del coma al cuerpo, pero descubrimos que a pesar de nuestros esfuerzos, en realidad si había una persona desarrollándose.

Como temíamos que esto pudiera suceder, solo los miembros más confiables y resistentes se encargaron del resto del proceso.

Esto implicaba, configurar el cerebro receptor tal y como lo estaba el cerebro original, para lo cual fue necesario muchas sesiones de cirugía y tratamientos químicos muy dolorosos, los cuales resultaban evidentes en los gritos del paciente, quien a pesar de no saber hablar, sí que sabía gritar, pero no pudimos anestesiarlo siquiera pues era necesario controlar los resultados del experimento.

Tras un largo periodo de intervención, el paciente entro en coma y no despertó hasta después de cuatro años.

Cierto día, uno de nuestros colaboradores lo encontró sentado en su camilla, con la mirada perdida y se acercó para confirmar su estado.

El sujeto no tenía idea de lo que sucedía, hablaba con un extraño acento en alemán y algo de inglés y afirmaba estar seguro de que había muerto.

No era capaz de reconocer su propio cuerpo, pero admitía que se sentía más joven de lo que recuerda.

Pero lo más destacado era que decía sentir culpa por algo que hizo, pero no recuerda.

Cuando nos enteramos de esto, determinamos que el experimento era un éxito, pero que requería más pruebas para confirmar la persistencia de todos sus recuerdos y capacidades.

El sujeto demostraba la capacidad de aprender cada vez más rápido y entender la situación con una claridad sorprendente.

También notamos que algunas de las manías que se supone tenía cuando estaba vivo, habían desaparecido y otros comportamientos anormales también.

Al principio creímos que era la capacidad natural del genio, pero luego confirmamos que por la forma de clonar su cuerpo y sumado a su potencial natural, él era ahora cinco veces más inteligente que antes, por lo que ahora teníamos a un su pergenio joven entre manos.

Algunos de nuestros investigadores se infiltraban en su habitación movidos por la admiración que tenían con el ahora resucitado y le comentaban lo mucho que su vida guio sus pasos y otras cosas, pero el genio aprovechaba para tratar de ponerse al día con los sucesos de la época.

A pesar de que tratamos de que no supiera en que época estábamos y queríamos que crea que él no había muerto si no que logramos evitar su muerte, pero que paso en coma por unos años, el engaño no tenía por donde sostenerse y el sujeto era muy perspicaz.



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En el texto hay: tristeza, ciencia ficcion, relatos cortos

Editado: 09.08.2018

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