Jackeline
Las indicaciones de Alexa y Miranda me llevan a un céntrico y reconocido hotel de la ciudad, después de preguntar en la recepción me dirijo al salón donde se desarrollaría un encuentro entre hombres y mujeres solteras organizado por una de las primas de Miranda quien fundo una página de citas para solteros.
Según Miranda la página es todo un éxito y nació después de que su prima batallara por años para conocer a su hombre ideal.
La página te permite acceder a través de una membresía a solteros exitosos de todas las razas, credos, oficios, nacionalidades y edades.
Las piernas me tiemblan y peleó con la idea de escapar al acercarme pero mis pensamientos son interrumpidos por una emocionada Alexa, que contrario a su costumbre lleva un vestido sobrio, tono pastel y la cara lavada.
Al principio me sorprende su aspecto, la ausencia de maquillaje le da un aspecto muy juvenil aunque cabe decir que no resta ni un ápice de su belleza muy al contrario la realza al conferirle un aspecto muy fresco y dulce. La ropa y la actitud sensual ha desaparecido.
—¿Sucede algo? —me pregunta Alexa, extrañada por mi actitud.
—No, es nada. Lo que pasa es que me ha dejado sorprendida tu aspecto, luces tan casual.
—Mi intención es pasar desapercibida, la idea es que tú seas el blanco de todas las miradas, ahora quítate ese abrigo, tienes una muy bonita figura y está es una oportunidad excelente para lucirlo.
》Al ver hombres de todas las edades, puedes toparte con algún cincuentón entusiasta, por eso debes de muy clara desde el principio y solo entablar una charla con aquellos hombres que encajen con tu edad y te sientas a gusto.
》Bratt, es un hombre atractivo, por lo que es normal que llame la atención de las mujeres, algunas de las cuales no se sentirá intimidadas o respetaran el que vaya acompañado. Esas mujeres son tu competencia si estas empeñada en conquistarlo. Tienes que aprender a sentirte a gusto contigo misma, a reconocer tu valor y a ser auténtica.
》No hay razón para que te sientas menos ante ninguna mujer, incluso aunque Bratt no demuestre interés por ti, algunos sienten predilección por el helado de chocolate, otros por el helado de frambuesa o cualquier otro sabor, todo se trata de cuestión de gustos.
》Al decirte que ellas son tu competencia no me refiero a que empieces a luchar con ellas por el amor de Bratt sino que te muestres sin miedo ante él, orgullosa de quien eres. Así que hay que perder el temor a hablar con chicos guapos —Alexa observa alrededor del salón, luego me señala a un individuo alto y medianamente acuerpado quien conversa con Miranda quien llama nuestra atención haciéndonos señas con las manos, Alexa me empuja y decidida camino hasta el chico.
Despues de 2 horas me defiendo con la mecánica del primer acercamiento que consiste en romper el hielo y aunque al principio resulta un poco incómodo luego de ello todo fluye con bastante naturalidad si ambos se muestran interesados o simplemente murmurar una excusa y pasas al siguiente, puede resultar un poco tedioso o emocionante si haces "click" con el otro.
Camino por el salón cuando accidentalmente me tropiezo con un pecho fornido por ir concentrada en mis cavilaciones, dispuesta a pronunciar una disculpa levanto la mirada y me encuentro con el rostro divertido del engreído de mi vecino, quien me observa con sorna mientras me recorre de pies a cabeza. Decidida a no dejarme intimidar levanto aún más mi barbilla y lo miró con superioridad mientras me quejo de mi mala suerte al tener que toparme precisamente con él en un sitio como este.
—Jackeline, ¿pero que hace usted aqui?, no me diga que por fin decidió abandonar su madriguera y está a la caza de un marido.
—Es usted un insolente, pero quien se cree para hablarme así, y si estoy o no a la caza de un marido no es asunto suyo.
—No lo creo —contesta retador.
—¿No lo cree? —pregunto enojada, conteniendo las ganas de borrarle su estúpida sonrisa de una bofetada.
—No, porque me interesas y la única razón por la que no la había pretendido era por su pose de mujer fría y amargada, incluso llegué a pensar que usted odiaba a los hombres y prefería a las mujeres en su cama —el estallido de la palma de mi mano contra la mejilla de Joseph Sinclair resuena por todo el salón atrayendo la mirada de todos los presentes, mientras el insolente de mi vecino frota la piel golpeada con una sonrisa burlona.
—Tolere tus insultos y tus tontos reclamos semanales, pero esta será la primera y última vez que vuelves a golpearme en tu vida Jackeline o tendrás que atenerte a las consecuencias.
—¿Me amenaza?, ¿con que derecho me tutea? estúpido neardental.
—Agradrece que mi padre me educó para ser un caballero y jamás golpear a una mujer, sino te colocaría sobre mis piernas y te daría un par de nalgadas. De ahora en adelante no solo te tuteare las veces que quiera, sino también haré esto —me dice para luego tomarme con rapidez de la cintura y estrecharme contra su cuerpo mientras se apodera de mis labios en un beso demandante y sorpresivo que me deja sin capacidad de reaccionar e impedir el asalto del que soy víctima frente a todos.
Al principio el beso es brusco pero al notar mi falta de respuesta se torna persuasivo y seductor, sus labios acarician con delicadeza los míos y sus manos recorren lentamente mi cintura encendiendo la piel que surcan y despertando un sin fin de sensaciones que se toman mi cuerpo y hacen latir a mi corazón como un caballo desbocado.
Al terminar el beso siento mis piernas como gelatina y debo asirme a los brazos de sinclair para no terminar en el suelo, el muy idiota sonríe orgulloso, aunque sorpresivamente puedo detectar en él un toque de ternura más aún cuando con cariño frota mi nariz con la suya en una suave caricia y toma mis labios por segunda vez en un corto beso.
—Más dulces de lo que pensé —sus palabras me traen a la realidad haciéndome consciente del murmullo de las personas a nuestro alrededor que nos observan sin ningún pudor.