Los giros del destino

Capítulo 12: Familia

Alexa

El sonido de voces y pasos apresurados hacen eco en medio de mi sueño, poco a poco voy despertando y los recuerdos de las últimas horas regresan a mi acompañado de un ligero temblor en las manos, es increíble como en cuestión de minutos tu vida pasa de la calma de un día normal a una angustia lacerante.

Las palabras Accidente cerebro vascular dejan mi mente mientras los músculos de mi espalda y cuello protestan por la incomodidad al pasar la noche entera en una silla de hospital.

Ignoro el dolor, en estos momentos lo único que me importa es la salud de mi madre y la de mi padre quien luce perdido, en unas horas parece que hubiese envejecido diez años, Rebeca camina inquieta, de las dos es la que más se parece a nuestra madre, por ello aunque por fuera parezca la más centrada y fuerte puedo ver las fisuras que amenazan con salir a flote y que solo son visibles para la familia por ello aunque el miedo aprieta mi corazón robándome el aire me levanto de mi silla y camino hacia ella hasta tomarla en mis brazos para tratar de mitigar el temor, al vernos papá se nos acerca y nos fundimos en un abrazo que nos consuela porque a pesar de nuestras diferencias sabemos que contamos los unos con los otros y al final del día seguimos siendo una familia.

Nos permitimos llorar arrulladas en brazos de papá como cuando éramos un par de chiquillas y el nos consolaba después de una caída, la burla de un compañero o un corazón roto.

Nuestro abrazo se ve interrumpido por un par de médicos, su semblante serio choca contras mis esperanzas y mi mente empieza en cuestión de segundos a recitar un "por favor, Dios" como si de un mantra se tratara, porque aunque seas consciente de que la vida es efímera y puede ser arrebatada en cualquier momento, evades la certeza de la muerte negandote a pensar en ella, hasta que un día revolotea alrededor de ti o de alguien quien amas y recuerdas lo real y rotunda que es.

Los doctores empiezan a hablar y siento que mi corazón pende de un hilo, y aunque hablan de posible secuelas escuchar que mi madre se encuentra fuera de peligro es lo único que me importa en estos momentos, ya llegará el momento de lidiar con ello pero siento como si el alma se me hubiera salido del cuerpo y regresara nuevamente a él.

Rebeca pregunta por las posibles secuelas y los médicos empiezas a enumerar una lista de daños que realmente no quiero escuchar, necesito disfrutar aunque sea por un momento del aire que ha llenado nuevamente mis pulmones. Mi familia siempre me ha tachado de ser una soñadora nata, de niña me decía que era su pequeña luciérnaga porque era capaz de iluminar incluso la habitación más oscura hasta que con  el paso de los años el encanto se convirtió en el constante dolor de cabeza familia, pero a pesar de las críticas al igual que nunca he dudado de su amor he bajado mis banderas en señal de rendición y me niego a darme por vencida sin luchar.

Al igual que me niego a ser esclava del temor y prefiero asirme aunque sea a la más pequeña esperanza y más aún si es por ella.

Papá agradece a los médicos y nos mira, ve en mi la esperanza y toma nuevamente en sus brazos a mi hermana, él sabe que de las dos yo soy la más fuerte y mi tozudez es proporcional a mis ganas de luchar, estrecha una de mis manos y me pide que busque un té para mí hermana.

Me dirijo a la cafetería, el timbre de mi celular suena y lo saco de mi bolso para llevarlo a mi oreja al ver el nombre de Gabriel en la pantalla.

—¿En qué piso estás?

—En el cuarto piso, pero en estos momentos bajé a la cafetería en busca de unad bebidas.

—No te muevas de ahí. ¿Cómo sigue tu madre?

—Se encuentra estable, gracias a Dios está fuera de peligro aunque aún toca esperar a que despierte a ver si hay alguna secuela. ¿Pero por qué me preguntas el piso? —pregunté extrañada, Gabriel se encontraba de viaje por fuera de la ciudad.

—Porque quería estar a tu lado acompañándote —pronuncia y me doy cuenta que el hombre con el que hablaba por teléfono está justo detrás de mi. Trae una camisa y un blue jeans, su rostro se ve desvelado y esas pequeñas arrugas que se marcan junto a sus ojos y se han vuelto una de esas cosas tontas y sin sentido que tanto me gustan de él me dan la bienvenida a sus brazos esos que no sabía que necesitaba tanto, no pensé que debajo de ese hombre serio y taciturno que tanto me irrito al principio y me veía como una amenaza para su pequeño hallara a este hombre dulce que dejó de lado un viaje de negocios por mi.

Un calorcito dulce se instala en mi corazón y a pesar de la agonía y el cansancio de este día florece dentro de mi pecho y juego con él como una niña embelesada con la sensación de las olas en sus pies. Disfruto de su olor y la textura de su piel y la caricia de su aliento suave. Es cierto que el sexo y los romances pasajeros son como una montaña rusa o una inyección de adrenalina pero al igual que él escenario de una obra de teatro cuando la función finaliza el encanto desaparece pero saber que eres valorado y apreciado  y que tus sentimientos pesan más que la talla de tu sostén genera un torrente de emociones que se erigen en tu pecho y se replican una y otra vez.

Y aunque sé que es osado intentar predecir si tendremos un final feliz o no, puedo afirmar que hay un sentir genuino, sin caretas que buscan disfrazarnos de algo que no somos.

—Gracias, Gabriel. Gracias por venir.

—No es necesario que me agradezcas, Alexa —dice mirándome con intensidad— te dije que no soy un hombre de juegos y flirteos en busca de una nueva conquista, realmente me importas.

》¿Cómo están tu padre y tú hermana?

—Preocupados, papá se muestra fuerte por nosotras pero sé cuánto le duele ver a mamá en esta situación, llevan más de 30 años de casados y a pesar de que han tenido problemas como cualquier matrimonio no han sido nada serio.

》Incluso para mí que soy una escéptica con respecto al matrimonio ellos son esa utopía que te hace creer que al menos para algunos afortunados el amor real existe.




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