Abrí la puerta de un todo y observe el flujo de personas nerviosas que estaban corriendo, salí y camine hacia la terraza principal donde se estaba llevando el evento principal hace unos momentos, había gente corriendo de un lado a otro y se escuchaban disparos por todos lados. Analice un poco la situación y me quede un poco pasmada con lo que descubrí, eran ellos, dos rads.
Carajos
Con las habilidades que tenían los rads, era muy difícil vencerlos, se podían matar claro, pero tenías que tener el entrenamiento necesario, ya que un toque de ellos en estado hambriento te podría debilitar hasta morir, para evitar esa situación se necesitaban por lo menos cinco personas bien entrenadas para matar solo a uno, por eso aprovechábamos la luna llena que era cuando más débiles estaban.
Había varios cuerpos de personas tirados en el piso, y otro grupo de personas peleando contra ellos, al parecer eran no eran de nuestra organización, pues tenían un armamento especial y un traje que desde lejos se veía más sofisticado que el nuestro.
Medio alce mi vestido y saque mi arma, tenía una provisión nueva de balas de mercurio, no sabía si eran eficaces pero quería probar mi experimento, ya que en mi casa tenía un pequeño laboratorio. Vi caer a uno de los hombres que estaba peleando contra uno de los rads, el impacto había sido al parecer muy fuerte y el hombre no se levantaba.
Tome impulso y salí corriendo a enfrentarme a ese rad, quería salvarle la vida a ese joven y sabía que ese rad lo quería terminar de matar. Me posicione a una buena distancia, alce mi arma, le apunte y dispare, el impacto había sido en la parte baja de su espalda. El hombre se vio sorprendido y se detuvo en seco medio tambaleándose. Miro su abdomen que le comenzaba a sangrar mucho y después miro a su otro compañero. El rad cayó sobre sus rodillas mientras colocaba una mano en su estómago ensangrentado y la otra en el césped para para apoyarse, finalmente cayo de un todo al piso y dejo de moverse poco a poco, la respiración que antes estaba agitada ahora era mucho más suave. Por increíble que fuera el rad estaba perdiendo la vida y mi invento funcionaba. El lugar había quedado silencioso desde que le había disparado al rad y de un momento a otro sentí el grito del otro compañero, un grito de desespero, ese que das cuando pierdes a alguien. Cuando gire en dirección al otro contrincante, me sorprendí al ver que empujaba a todo el mundo sin importar a donde fuesen a parar y se dirigía hacia mí.
Mire que se acercaba muy rápido y di gracias a Dios por llevar puesto ese vestido, me daba más libertad de movimiento. Apunte mi arma hacia el individuo pero eso no lo intimido, quería saber que hacían en este lugar así que le dispare a su pierna izquierda, el impacto fue preciso y el comenzó a cojear, como no se detuvo decidí darle en la otra pierna, pero esta vez el con un movimiento de su mano lo esquivo, volví a disparar y lo volvió a esquivar, como ya se estaba acercando decidí guardar las balas y defenderme aunque sabía que iba a ser difícil.
-Niña idiota, debiste haberme matado como a mi amigo cuando pudiste. Dicho eso comenzamos a pelear. Tenía una pequeña ventaja y quería aprovecharla, el hombre tenía su pierna herida. Con una velocidad impresionante llego hasta mí y me tomo por el cuello, mi cuerpo reacciono enseguida, le tome por las muñecas y en respuesta le di una patada fuerte en su entrepierna, el rad me soltó y me se encogió por el golpe.
Me tambalee un poco por la pérdida de energía que sentí cuando él me toco y por los tacones que llevaba, pues era difícil mantener el equilibrio peleando con ellos. El rad se enderezo y volvió a atacarme, esta vez hice un movimiento con mi pierna izquierda y le di donde esperaba darle, en la parte derecha de su cabeza, él se desequilibró y casi callo, me miro con odio y con su mano abierta hizo un movimiento mandándome a volar.
Me estrelle contra uno de los árboles de la mansión, me dolía todo el cuerpo por el golpe, pero le reste importancia al ver que el caminaba hacia mí. Eche una rápida mirada a los demás integrantes y vi que se acercaban, me levante de un todo cuando estaba casi llegando a mí y con un movimiento que no se esperaba alce mi pierna derecha hasta la altura donde le había dado el balazo y se la golpee.
Si lo se eso fue juego sucio… pero primero es mi vida.
El rad esta vez por el dolor que debió haber sentido al ser golpeado donde le había herido se dejó caer cogiéndose la pierna lastimada. Cuando los demás se acercaron a donde estaba yo, tenían la intención de matarlo pero logre detenerlos justo a tiempo para decirle que necesitábamos saber porque estaba ahí. Le colocaron un sedante y se lo llevaron.
Después de todo lo sucedido, me sentía un poco cansada. Mi cuerpo por la adrenalina no había sentido nada pero ahora que el efecto había pasado me sentía como si un tractor me hubiese pasado por encima. Sara y Daniel llegaron al poco tiempo de haber finalizado la pelea y ahora me acompañaban, estaba en una de las habitaciones de la mansión reposando un poco.
-¿Cómo te sientes? –pregunto Daniel.
-Mejor –respondí.
-¿Se puede saber cómo es que has matado con una bala a un rad? –Pregunto Sara-. Eso era imposible, al menos hasta hoy.
-En una de las páginas habla sobre una sustancia, según Calixto él una vez fue atacado por uno de ellos, el escribió en el diario que tomo una estaca que estaba llena de esa sustancia, se la enterró y lo mato. Según él no sabía que era lo que había pasado pero no hizo mención más de eso.
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Editado: 22.11.2020