Los Hijos de Anac y el Jardin del Eden

Capitulo 19

Todos permanecían dentro de la clínica caminando de un lugar a otro preocupados y sin saber que ocurría con Quinn. La tía de Sam les había echado de la habitación alegando que no podía trabajar si todos ellos estaban sobre sus hombros gritando e interrogándola sin parar. Así que todos se alejaron y le dieron el espacio que tanto suplicaba.

Gideon observo a su hermano sin pestañear, sus manos cerradas en puños y apoyadas con fuerza contra la áspera mesa de madera, su cabeza baja con mechones de cabello negro cubriendo su frente y la vena de su cuello palpitando como si estuviese a punto de estallar. Podía sentir su angustia, la desesperación y el dolor desgarrando su alma, su cuerpo e incluso su corazón.

_ Créeme que esto me duele tanto como a ti._ Le dijo Gideon con pesar._ Pero no…

_ No digas nada._ La voz de Alister sonó débil y titubeante._ No pienso perderla, no así.

_ No estás pensando…_ Las palabras murieron en la garganta de Gideon al ser atravesado por la mirada dura de su hermano._ Tú tienes que pensar como su líder, no como su prometido.

De un golpe Alister se levantó de la silla tirándola hacia atrás, sus puños comenzaron a sangrar por la presión que ejerció contra la madera y sus ojos inyectados en cólera se mantuvieron fijos en los de su hermano.

_ La amo y no la dejare morir. ¿A caso no harías lo mismo?

_ ¡No hay remedio!_ Le grito Gideon._ ¿A caso no lo entiendes?

_ No lo sabemos, nunca hemos intentado averiguar si existe alguna cura.

_ ¡Por qué no existe!

Ambos hermanos se sostuvieron la mirada sin pestañear, experimentando los mismos sentimientos y el mismo dolor.

_ Si se tratara de ti también lo arriesgaría todo por salvarte._ La cólera desapareció de la mirada de Alister dándole paso nuevamente a la angustia._ Arriesgaría todo por cada uno de los integrantes de este Clan.

_Créeme que lo sé._ Gideon estiro su brazo para tomar el hombro de su hermano._ Pero a veces no podemos salvarlos a todos.

_ Ella no es solo mi prometida, es mi amiga y ahora la madre de mi hijo, necesito que me entiendas, que me apoyes y que seas mi Soulmate. Sé que la amas tanto como yo, ¿Por qué quieres dejarla morir?

Ser el Soulmate de Alister los unía como una sola persona, sus sentimientos eran los mismos, sus mentes permanencia unidas, sus corazones latían al mismo ritmo, no era extraño que también amaran a la misma mujer.

_ ¿Por qué, Gideon?

El color se dreno del rostro de Gideon, las palmas de sus manos se volvieron hielo y su corazón se detuvo dos latidos. Durante mucho tiempo intento alejar aquel sentimiento de su corazón, sabía que amar a Quinn no era lo correcto, pero por mucho que lo intentara no conseguía deshacerse de aquel vacío en su pecho que le recordaba que ella jamás seria para él.

_ Perderla nos destruirá a ambos._ Respondió._ No quiero verla convertida en una de esas cosas, prefiero verla morir siendo aún una Gurki antes que verla convertida en una de esas criaturas sin alma.

Alister guardo silencio por varios minutos, camino a un lado de su hermano sin mirarlo y cuando estuvo en el umbral de la puerta se giró hacia él, sus miradas encontrándose una última vez.

_ No la perderé._ Afirmo Alister con seguridad._ No a Quinn, a nadie de este Clan.

La silueta de Alister se perdió en la oscuridad de la noche, Gideon permaneció contemplando a la nada, inmóvil y con el corazón estallándole en el pecho. Quería tener la fe de su hermano, ser tan fuerte como él y definitivamente deseaba poder creer en que existía una cura para aquel mal.

_ El Gurki solo ama una vez._ Gideon estaba tan abstraído en sus pensamientos que no se había percatado de la presencia de Wesh. Ella solo se encontraba a dos pasos de él, sus ojos azules atravesándolo como hielo afilado._ Le entregan al corazón a una única persona en toda su vida.

La mano de Wesh se posó sobre su pecho al tiempo que una lágrima se escurría por sus ojos, forzó una sonrisa en sus labios para disimular el dolor que la estaba rompiendo silenciosamente en su interior.

_ ¿Nos escuchaste?

Ella asintió.

_ Wesh, lo lamento tanto.

_ No te disculpes, no te culpo de nada. _ Otra lagrima rodo por su rostro._ Solo… es muy doloroso tener la certeza de que nunca me amaras como a ella.

En ese momento Gideon la envolvió en sus brazos y la acerco a su pecho abrazándola con todas sus fuerzas, queriendo consumirla en su interior para darle calor. Nunca podría expresar con palabras cuanto anhelaba poder fusionarse con el espíritu libre, fuerte y vibrante de Wesh; la amaba, de eso no tenía ninguna duda pero la sombra de su amor por Quinn eclipsaba todo a su alrededor.



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Editado: 24.04.2018

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