Los hombres también mueren por Amor

#04

Durante días y días, Saturno le pedía que le dijera quien era aquella persona, ella estaba dispuesta a buscarla y de alguna forma hacer que se enamorará igualmente como lo estaba Júpiter, para así, no perderlo. Juró que haría hasta lo imposible, pero él se negaba a decir una palabra, no quería decirle que se trataba de ella; en ocasiones la miraba tan feliz con su pareja, que pensaba que de todas maneras no se podría hacer nada, seguiría sin ser correspondido…

Seguiría muriendo.

Su enredadera recorría hasta la cintura y el seguía acudiendo a su trabajo, a pesar de la depresión que aquello conllevaba, no podía dejar de ver a su enamorada, no podía permitir dejar aquel agónico dolor cada vez que la veía con su acompañante, en definitiva, Júpiter era un masoquista.




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