Cada reino celestial tiene sus reglas, el reino angelical es uno de los más estrictos, a pesar de todas las reglas los inmortales que viven en este reino son considerados como los más puros, debido a que se encuentran ante una raza angelical de alto rango, los ángeles son los que ayudan a fomentar las armas y sobre todo a brindarles dominio ante su magia celestial.
Aunque todo parece que este reino es superior a muchos otros por tener ángeles supremos no es uno de los más poderosos, común mente los inmortales y dioses de alto rango vienen a presentar apoyo e incluso a dominar su magia celestial, algunos ángeles pueden predecir su futuro o incluso ellos pueden romper barreras inimaginables.
Hace dos años un ataque dejo vulnerable a la mitad del reino, por eso se proporcionó una barrera de agua para que nadie pueda entrar o al menos ellos pensaban eso, jamás imaginaron que alguien pudiera romper esa barrera, los únicos que podían pasarla eran dioses o inmortales de alto rango y antes de hacerlo estos pedían una visita celestial.
Los ángeles no tenían nombre, solo se les conocía por sus dones, el Angel sabio era el más común que le pedían visitas, el Angel fuerte era el que le seguía ya que muchos inmortales pedían ser entrenado por la fuerza del Angel, sobre todo el Angel premonición era el que más visitas programadas tenia, aunque este Angel no las aceptaba al menos que este lo viera venir en sus más grandes visiones.
La entrada al reino angelical era un sueño, rodeada de nubes y aves blancas, este estaba protegido por soldados celestiales, que los mismos ángeles seleccionan de hombres con visión angelical, estos son nefilim, son muy poderosos y son mitad ángeles y mitad humanos, por eso la mayoría de estos son soldados.
Ante la gran puerta del reino angelical estaba el inmortal del fuego y su amiga humana Iris esperando autorización para entrar, el inmortal podía entrar y salir del reino angelical sin problema, solo que en este momento estaba acompañado de una humana, aunque él sabía que no era humana su apariencia es totalmente mundana, además que el prometió protegerla es por eso que la trajo y quiere resolver su duda, por qué tiene una joya celestial en su poder.
-Nos tendrán esperando mucho – Iris esta algo angustiada y el dolor que hace un momento había disminuido estaba volviendo más fuerte – Tenemos casi una hora – Se desespera muy fácil.
-Yo puedo entrar con facilidad, el problema es que traigo de compañía a una mundana y ellos no lo ven de buena manera – Dice el inmortal del fuego – Así que aunque esperemos todo el día tiene que ser paciente – Dice ofendido.
-Bien – se sienta en uno de los grandes escalones.
A pesar de que Iris nunca había tenido conciencia de que esto existía ella estaba disfrutando de la vista, parecía que caminaba por nubes, solo se sentía desesperada porque el dolor que crecía se volviera más fuerte y así ella pensaba que sería una lata para Gabriel, ella podía mirarlo por horas y no cansarse al igual que este hermoso paisaje que tiene en su vista, las nubes son tan cálidas y las hermosas haber blancas parecen que brillan, es muy hermoso y la gran puerta que está esperando que abran parece oro puro.
En la entrada hay muchas personas tienen una armadura de acero puro les cubre todo el cuerpo tanto su cabeza como sus piernas, además las grandes espadas que llevan en sus brazos parecen muy pesadas y sobre todo incómodas de llevar, pero lo que más incomodaba a Iris es que todos los soldados o al menos ella pensaba que eran soldados la miraban como un bicho raro.
-Su majestad – Uno de los guardias se acerca – El Angel sabio a aceptado su visita, solo que tendrá que venir usted solo – Mira a la humana como si fuera un demonio – Por motivos celestiales no puede entrar un mundano.
-Bien – Responde Iris arta de sufrir miradas incómodas – Puede ir usted y yo espero aquí, si le explica por el motivo que estamos en este lugar más rápido se termina la espera – Esta angustiada y sobre todo se siente muy incómoda.
-No me agrada la idea de dejarla sola, pero es la única opción – El inmortal del fuego tiene un compromiso moral aunque es lo que él piensa – Nefilim iré pero le doy la orden de proteger a la mundana – La mira.
-No hay necesidad, un mundano en este lugar no puede hacer nada – Responde con tanta arrogancia que eso molesta al inmortal del fuego.
- No me interesa qué puede hacer o no, su deber es protegerla mientras voy con el ángel así que si le pasa algo o incluso si se siente más incómoda lo convertiré en cenizas - El inmortal estaba más que molesto.
Con esas palabras el inmortal del fuego se adentra en el reino angelical, de la misma manera en que se transportó del mundo humano, Iris admiro el momento en que desapareció, como un humo azul que se iba extinguiendo de una manera muy veloz y encantador, ella quería hacer algo parecido pero un simple humano pensaba que no era capaz de hacerlo.