Yupiit siberianos o Yupigyt
Viven en la parte más oriental de la península de Chukotka o Chukchi (Rusia), cerca del estrecho de Bering. Los inuit de Siberia se llaman Yupigyt (plural de Yuit), un término que significa «la gente auténtica». Yupiit siberianos, Yuhyt o Yupikhyt son otras formas conocidas derivadas del mismo término que se hizo oficial en 1931; a pesar de que en 1938 fueron designados nuevamente con el nombre genérico de «esquimales», denominación que estuvo vigente hasta 1977. En el pasado también se les conocía como «inuit asiáticos». Los Yupiit de la isla Saint Lawrence, en Alaska, pertenecen al mismo grupo cultural que estos.
Los antepasados de los Yupigyt vivieron, probablemente, en una región más extensa que la actual. Hacia el siglo XVII, los grupos que estaban en el norte y oeste de Chukotka fueron desplazados hacia el estrecho de Bering por las tribus Chukchi y Koryak. De hecho, existió un importante comercio y hubo matrimonios mixtos e intercambios culturales entre los Yupiit siberianos, los pastores de renos Chukchis del continente y los Iñupiat que vivían en el lado oriental del estrecho de Bering.
Desarrollaron una cultura especializada en la caza de mamíferos marinos. La carne y la grasa, sobre todo de las ballenas, focas y morsas, fueron utilizadas para el sustento humano y también como alimento para los perros. La carne de morsa y foca eran secadas en tiras; y en el caso de esta última, también se congelaba; la morsa y la carne de ballena igualmente fueron almacenadas en semifrío, de modo que fermentaran para luego poder ser hervidas como alimento. Esporádicamente cazaban caribúes y parece ser que también se alimentaron de ciertos tipos de alga marina y plantas. A veces intercambiaban sus alimentos procedentes del mar por la carne de reno con los Chukchis del interior. Cazaban desde un barco abierto de piel proveído de una vela y unos remos que se denominaba angyapik. Al igual que el kayak,1 la cubierta estaba formada por pieles de morsa o foca con una estructura de madera flotante o hecha de huesos. Con la ayuda de unos arpones atados a un flotador de vejiga de foca, desde ambas embarcaciones, los Yupigyt cazaban las morsas. Incluso eran capaces de capturarlas imitando el sonido de una orca frotando dos huesos de ballena. La caza de este cetáceo era menos frecuente, ya que un ejemplar proveía a una aldea entera de aceite y carne durante un año. Aparte de estas embarcaciones, usaban los trineos.2 Cuando estos eran pequeños, solían ser arrastrados por los cazadores, y si eran grandes hacían lo propio los perros. Inicialmente conducían los trineos de perros en formación de abanico aunque posteriormente, y como consecuencia de la influencia de los Chukchis, pasaron a la formación de tándem.
En invierno vivían en tiendas de piel de morsa similares al yaranga de los Chukchis, aunque también lo hicieron en trincheras semisubterráneas de hielo y nieve, llamadas nynglyu. Es posible que construyeran grandes casas comunales semienterradas en las que pudieron vivir entre 200 y 400 personas de un mismo linaje. Las viviendas de verano eran rectangulares, con una estructura de madera cubierta con pieles de morsa y reforzadas con rocas, huesos de ballena y tierra.
El grupo Yuit estaba compuesto de clanes patriarcales exogámicos o de linajes, liderados por un anciano y con un sistema de parentesco patrilineal. La tripulación de un barco, por ejemplo, tenía que ser de un mismo linaje y el matrimonio3 debía ser entre miembros de diferentes castas. Cada clan tenía un mito único de origen y poseían sus propios rituales, ceremonias y tradiciones. El propio clan controlaba el derecho a los recursos, compartía los alimentos y enterraban a los miembros del mismo linaje juntos en un lugar común. En un mismo poblado podían vivir varios clanes, y en caso de algún conflicto externo se solía escoger al líder del linaje más fuerte. La guerra entre clanes era común así como los conflictos endémicos con los Chukchis. La organización social en clanes patriarcales, a diferencia de sus parientes de Alaska, se debía a un sentimiento de identidad territorial reforzado por el deseo de formar una comunidad tribal.
Los Yupigyt eran animistas y sus creencias mostraban grandes similitudes con sus vecinos los Chukchis.4 La orca, el cuervo y el lobo eran considerados animales sagrados, y no podían ser matados. El Yuit siberiano, al igual que el Chukchi y el Koryak, creyó que el cuervo había creado el mundo. Este pájaro era venerado particularmente porque pensaban que protegía a los cazadores en el mar.5 Las orcas eran también reverenciadas como protectoras en la caza, y lanzaban un pedazo de carne al mar para bendecir y agradecerles su ayuda. Otra de las ancestrales creencias decía que la orca se convertiría en invierno en un lobo y devoraría al reno a menos que este se sometiera a los cazadores. Las ceremonias especiales se realizaban antes de la salida de los barcos para ir de caza.
El chamanismo de los Yupigyt estaba orientado hacia el apaciguamiento de los animales marinos, de quienes dependían los clanes para su propio sustento. Cada aldea tenía un chamán que a la vez servía como curandero y consejero espiritual. El tatuaje de la cara resultaba común y cuando se hacía en la barbilla de una joven era para evitar la infertilidad.6 Las mujeres tatuadas eran confinadas a papeles importantes en ritos religiosos, así como en la preparación ritual del alimento y la conservación de los amuletos sagrados.
La piel de la foca era utilizada para el calzado y los mitones. Las parkas impermeables estaban hechas del intestino de la morsa. Para combatir usaban una armadura hecha de tiras dobles de piel de foca endurecida o de piel seca de ballena, unos protectores de espinillas hechos de colmillos gigantes y escudos de madera con piel de animal seca para proteger los hombros y la cabeza.
Los Yupigyt lograron resistir las primeras acometidas de los conquistadores rusos (como el explorador Simon Dezhnev o Semión Ivánovich Dezhniov, en 1648). Se negaron a pagar cualquier tributo y nunca adoptaron el Cristianismo. En 1822, eran poco más de 1.200 personas y la dependencia con el Estado resultaba de hecho solo parcial. Después de la venta de Alaska, por parte de Rusia, a Estados Unidos en 1867 (por USD $ 7,2 millones de dólares USA), se abrió para los Yupigyt un nuevo mercado comercial que les permitió acceder a una serie de productos tales como armas, munición y barcos. Eso les posibilitó negociar con sus vecinos Chukchis, Koryaks, rusos, inuit orientales y norteamericanos.