Lo más cansador es que tuve que volar por media ciudad para llegar a casa, ya que si iba con uniforme por la calle me dirían que me fugue del colegio y llamarían a mis padres, en mi caso a mi madre, y es un gran problema que prefiero evitar completamente, después de varios minutos pude llegar a mi casa, entré a toda prisa desocupe la mochila y metí toda la ropa posible, después fui al patio y saqué la caja, saqué una peluca de color rubio miel que era ondulada, unos lentes de contacto verdes y ropa que era muy alegre para mi gusto, más unos zapatos taco alto, también saque unos tatuajes temporales y los pegue en mis brazos, me saque mi maquillaje y me pinte más sutilmente lo cual no hago nunca, guarde lo que no use de nuevo en la caja y la volví a enterrar, me colgué la mochila y salí de casa. Tenía que tratar de ser una persona que no soy, porque si salgo a la calle tal y como soy la policía me podría pillar, todo lo que hiciera desde ahora en adelante sería peligroso, tenía que ser muy cuidadosa, pero yo decidí esto. Caminé algunos metros lejos de mi casa para que no sospecharan, después espere unos minutos hasta que paso un bus para que me llevara a la estación de buses e irme a la capital para vivir con los kinesis. Después de bajar del bus que me trajo a la capital me fui directo hacía donde los kinesis sin descuidarme de todo lo que pasará a mi alrededor; cuando llegue toqué la puerta y dije la palabra "mágica" y me dejaron entrar, camine hacia dónde la oficina de Miranda para decirle todo lo que me acaba de pasar, cuando llegue y escuche que alguien estaba hablando con ella.
– Y... ¿Qué esperas que haga? – dijo una voz masculina que era de Marcus, para mí él se escuchaba nervioso pero enojado, no entendía por qué.
– Nada solo hay que esperar a que llegue Lydia, si es que no la atrapa la policía primero – dijo una voz femenina, que era de Miranda que sonaba tranquila.
– Ella no dejaría que la atraparan, pero me gustaría saber ¿Qué paso para que Lydia se expusiera de esa forma? – dijo Marcus, podía escucharlo bastante molesto.
– Yo puedo decirles – dije entrando a la oficina, vi como Marcus se giraba para verme, pero vi su cara de confusión al igual que Miranda, creo que hice un buen trabajo para esconderme, me quité la peluca y vi el cambio en sus rostros al reconocerme – Veo que ya se enteraron de lo que paso.
– ¿Qué paso Lydia? – dijo Miranda pregunto atenta a lo que le pudiera decir.
– Supongo que también saben la respuesta – si Miranda estaba con Marcus lo más probable es que este ya le había dicho sobre lo que soy capaz de hacer por proteger a mi prima.
– Es por tu prima ¿Cierto? – Se levanto Marcus de la silla para ponerse en frente de mí, siempre olvidaba lo alto que era él ya que mientras yo media 1,61 el media 1,69 – Es la única razón por la cual te dejarías mostrar, solo para protegerla.
– Si ¿y qué? – él sabía perfectamente que era la única razón por la cual me expondría no sabía porque me lo volvía a preguntar.
– ¿Y qué?, ¡te pudieron haber atrapado! – Marcus me estaba gritando, no puedo entender su reacción ante mi comentario, pero no le voy a dar en el gusto de gritarle, no tenía ganas de pelear, estaba muy cansada.
–¿Qué mierda te pasa?, no me grites idiota – le dije tranquila, por que como dije estaba muy cansada por todo lo que había pasado, no estaba de ánimos para empezar una pelea y menos con él.
– ¡Yo te grito y me da lo mismo!, ¡Te pusiste en peligro por nada! – Este me estaba haciendo enojar y mucho, no estaba de ánimo para sus comentarios.
– ¿Por nada?, ¡Fue por mi prima, eso es muy importante, pedazo de mierda! – ahora yo también le estaba gritando ya no me importaba lo cansada que podía estar.
– ¡Ya cállense los dos! – nos gritó Miranda, ambos la miramos asustados ya que si Miranda gritaba era peligroso – Fue peligroso lo que hiciste, pero ya sucedió y ahora hay que pasarte una cama para que te quedes desde ahora aquí con nosotros – me dijo volviendo a su estado tranquilo – y tú – apunto a Marcus – tranquilízate, que no nos sirve de nada pelear entre nosotros y llévala a dónde quede alguna cama vacía.
– ¿Por qué no la llevas tú? – dijo Marcus cruzándose de brazos desafiándola, pero eso no funcionaba con Miranda.
– Porque yo estoy ocupada – dijo – ahora salgan los dos que tengo mucho que hacer.
Los dos salimos de la oficina de Miranda, Marcus iba delante de mí sin hablar sólo caminaba en diferentes direcciones, pero yo decidí hablar, no podía entender su comportamiento de hace un rato, quería saber que le sucedía.
–¿Por qué te enojaste hace un rato? – pregunte tranquila, no quería estar enojada con él y menos si no sé porque está enojado conmigo.
–No importa – dijo bastante serio, ni siquiera me miraba a la cara.
–A mi si me importa – le refute – que yo sepa no he hecho nada que te dañara para que estés molesto conmigo.
–Tienes razón – hablo luego de unos segundos – no me hiciste nada malo.
–¿Entonces? – pregunté otra vez – ¿Qué hice para que estés enojado? – con esa última pregunta él se devolvió y me miro directo a los ojos.
–Porque te pusiste en peligro, por suerte llegaste, pero... – lo mire, creo que ya podía intuir un poco más lo que pasaba.
–Pero ¿qué? – pregunte, quería que me dijera todo, que no se guardara nada.
–Pero tenía miedo de que algo te pasara – bajo la mirada – tenía miedo de que algo te sucediera y yo no poder ayudarte, me preocupe por ti, eso es todo – tenía muchas ganas de abrazarlo, pero no sabría muy bien porque, de pronto volvió a mirarme – lo siento, ahora ya sabes mejor porque Miranda no me deja salir.
–Eres muy impulsivo – sonreí y el me correspondió, seguimos caminando tranquilamente hasta que se paró frente a una puerta y la abrió, adentro solo había dos chicas y un chico que se notaban que eran unos años mayor que yo, Marcus camino hacia una cama, la apunto, me sonrió y luego se fue, deje la mochila con mis cosas debajo de la cama y me tire encima de ella.