– Perdón creo que escuche mal ¿Qué quieres hacer? – quería estar tranquila, no quería alterarme, pero en que solo me nombrara a su madre me enojaba, esa mujer le había hecho mucho daño, por culpa de ella hora no podía ver a su hermana ni tener una vida normal.
– Quiero ir a ver a mi mamá – golpe la mesa y me levante de la silla totalmente molesta por lo que quería hacer, no lo podía creer, ¿Después de todo lo que le había hecho? Como aun así quería ir a verla.
– Quieres ir a ver a una persona que te vendió por su propio bienestar – estaba muy enoja, pero seguía tratando de no gritarle no quería empeorar más la situación, aunque sé que si seguimos hablando de este tema me alterare más de lo que ya estoy.
– Si sé que me vendió, pero es mi mamá y quiero ver a mi hermana – podía notar nostalgia en su voz – extraño mucho a Yael – dijo bajando su voz y su mirada, yo creo que podía entender a cierta medida sus ganas de ver a Yael, ya que yo las extrañaba mucho a ambas al irme de casa, cuando uno quiere a alguien es muy difícil mantenerse alejado.
– Sé que extrañas a tu hermana, pero no te dejare salir, no te pondré en riesgo – cuando dije eso me vio directo a los ojos, ahora estaba un poco más tranquila al escuchar hablar de mi prima, yo también la extrañaba mucho pero no podía ir al continente y ponerme en riesgo, tengo que controlarme y ver cuáles son mis prioridades.
– No porque tu mamá y tu hermano sean un asco me vas a prohibir ir a ver a la mía – ahora si me enoje, no puedo creer que haya dicho eso, Kara sabía que yo no le prohibía ir a Chile por mis rencores a mi familia, solo quería protegerla, ¿Por qué se comportaba como una niña de pronto?
– ¡Entiende que no lo hago por ser egoísta, lo hago para protegerte, es tan difícil entender eso Kara! – me enoje bastante cuando me dijo eso, yo no era egoísta solo la quiero proteger de los riesgos que tiene ser una fugitiva – Eres una tonta si piensas que cuando vayas a tu casa tu mamá te va a recibir con los brazos abiertos, ella te va a recibir con un grupo de policías y tu sola no vas a ser nada, ¡ya que no eres capaz de matar a nadie!
– ¿Quién hablo de matar? – se notaba extrañada ante mi último comentario, pero yo sabía que si iba y su madre le tendía una trampa ella no haría nada y se la llevarían presa sin ningún problema, no iba a luchar.
– Si quieres sobrevivir en este mundo de mierda tendrás que aprender a matar quieras o no – ella se asombró mucho ante lo que dije – Ahora sale, este tema no se va a seguir discutiendo, no te dejare ir a Chile para ver a tu madre y no se discute más – ella solo me miro de mala forma para después irse.
Luego de esa conversación decidí salir un poco al exterior del refugio, necesitaba tomar aire fresco, decidí irme cerca de la costa para ver el mar. Kara no sabía, pero yo también quería volver a Chile, no con mi familia pero si a mi país, no es reconfortante estar escondido, no poder ser tu sin que te juzguen o que te llamen monstruo como nos pasaba a nosotros, creo que en el fondo sentía un poco de envidia por Kara, tener una familia, como he dicho la única persona en mi familia que me mostraba cariño era mi padre, él siempre me apoyaba en todo, siempre estaba hay para mí, él siempre me protegía de los malos comentarios de mi madre, de David y el resto de mi familia; nosotros siempre salíamos a comer juntos, con él me podía reír día y noche, con él podía ser yo, pero cuando murió todo eso se acabó, puse una barrera que impedía que cualquiera pudiera entrar a ella, hasta que llego Marcus. Cuando mi padre murió sufrí mucho, lloré por semanas y no salí de mi cuarto por casi dos meses, solo salía para comer e ir al colegio, pero para nada más. Todos los días me acordaba de mi padre, de aquella hermosa luz que un día tuve y que tanto pude disfrutar.
Se que Yael era la luz de Kara pero no podía creer después de todo lo que le hizo esa mujer aun quería ir a verla, pero no la iba dejar ir no la iba a poner en riesgo por nada en el mundo, si ella quiere volver a Chile tendrá que pasar sobre mi cadáver, estaba completamente loca, como podía pensar en ir a Chile para ver a ese monstruo, ahora no podía pensar en nada más que lo que me acaba de decir mi prima, sabía que me iba a seguir insistiendo para poder ir a ver a su madre y hermana, pero yo iba a seguir firme.
Luego de un rato decidí volver a la oficina para seguir trabajando y también porque me estaba dando frio, al llegar al poco rato alguien toco la puerta.
– Pase – dije, para luego ver pasar a Morosov – Creí que ya te habías ido – Morosov venía a veces para saber cómo estaba todo y ya cumplida su visita se tenía que ir a donde sea que vaya, pero yo siempre suponía que iba a Rusia que es su país natal.
– No, pero falta poco – él se sentó en la silla que estaba frente a mí – yo te quería preguntar algo importante Lydia.
– ¿Qué cosa? – lo mire con curiosidad y dándole toda mi atención.
– ¿Quería saber si me dejarías usar tu idea? – dijo entusiasmado, pero yo no pude entender su pregunta.
– ¿Qué idea? – le pregunte aun tratando de acordarme de alguna idea que tuviera.
– Sobre el proyecto de hace un año – Morosov paso de entusiasta a nervioso en un solo segundo, por lo menos ahora sabia de que estaba hablando.
– ¿Porque la quieres usar? Para hacerte más millonario – me burle del ya que no podía pensar en otra razón para que quisiera usar la idea que no había sido del todo mía si no que de varias personas que trabajamos en conjunto por mucho tiempo para llevar a cabo todo es idea.
– No es para hacerme más millonario, sino para ayudar a otros kinesis en el mundo – cuando menciono lo último me sentí mal ya que pensé que él quería tener más plata, sabía que había otros kinesis en el mundo, pero no creí que podrían estar tan mal como para usar nuestra idea.
– ¿A qué te refieres? – dije sin saber exactamente porque le hice esa pregunta, creo que estaba un poco en shock con la información dada.